En el universo Souls únicamente existen dos constantes. Una es la presencia de una espada que aprovecha la luz de la Luna para hacer ataques mágicos. La otra es la aparición estelar, con una forma u otra, de Patches, un personaje que buscará siempre la más mínima ocasión para tendernos una trampa y así matarnos.
A Patches nos lo encontraremos por primera vez sin saberlo. Después de derrotar a la Vicaria Amelia y haber entrado por primera vez en el Bosque Prohibido, pero antes de derrotar a Rom, la Araña Vacua, cuando "hables" con cualquier personaje que esté detrás de una puerta o una ventana, estarás hablando con Patches, que te dará la Piedra Amigdalina.
Con ella, dejándote atrapar por el Amygdala menor que está en la primera salida de la izquierda desde el farol del Distrito de la Catedral, puedes ir al Aula de conferencias. Tanto si entras desde la primera planta, como desde la segunda, podrás hablar con él.
En un caso hablarás con él con una puerta de por medio, lo que sólo te permitirá verle la cabeza, mientras que si vas desde la segunda planta, descubrirás que es una araña gigante con cabeza humana.
También te lo puedes encontrar en la Frontera de la Pesadilla, siguiendo una mecánica de lo más clásica del personaje. En una zona verás un camino iluminado por monedas y, al seguirlo, verás una secuencia en la que el muy puñetero te tirará por un acantilado con una sonora carcajada, hasta el pozo venenoso del fondo de la sima por la que cruzas normalmente.
Patches no ofrece ninguna recompensa en especial, más allá de una Runa de Caryll y un gesto cuando hablas con él, pero esta vez no habrá grandes tesoros o armas como en otros juegos.