Ha llegado, por fin, el momento de liberar a Jaskier. Puedes ir a pedir ayuda a Dijsktra si quieres, pero no te la prestará. No está por la labor de participar abiertamente en conflictos que puedan comprometer su tapadera, así que ve al punto marcado cuando estés listo para un combate.
Se trata de tender una emboscada, así que Priscilla no pinta nada ahí, pero se quedará quieras o no. Puedes jugar a las cartas con ella si quieres (no aporta absolutamente nada, pero entretiene). Después verás cómo la emboscada funciona pero se llevan a Jaskier, y tendrás que acabar con los cazadores de brujas.
Una vez hecho, tienes dos opciones: puedes seguir el rastro, o puedes mirar las imágenes bajo estas líneas para ver el lugar exacto al que dirigirte para dar con la casa donde tienen a Jaskier.
Habla con los enanos que están cerca de la casa, y en el mapa se marcará un punto donde hay una trampilla por la que llegar al sótano de la cabaña. Entonces tendrás que enfrentarte a un bandido y por fin, el bardo será libre. Por fin, de boca de Jaskier, conoceremos los últimos pasos de Ciri en Novigrado, activando la misión La historia de Ciri: A velocidad de vértigo.
Simplemente monta en caballo y huye, corre tanto como puedas hasta que tengas que desmontar obligado y luchar. Recuerda que puedes usar Parpadeo y despedazar a los enemigos sin esfuerzo. Ciri hizo lo que pudo para robar la cámara, pero pese a todo tuvo que usar sus poderes para huir tras ser herida.
Todo apunta a que Ciri está en Skellige. Sin embargo, antes de ir a Skellige te recomendamos, ahora sí, que hagas todas las Misiones secundarias de Novigrado, contratos y búsquedas del tesoro que quieras.
Si por lo que sea no quieres hacerlas todas, asegúrate de hacer al menos las siguientes misiones secundarias:
Estas cuatro misiones secundarias son de gran importancia para eventos posteriores. Cada una de ellas es además una cadena de misiones en sí misma, que desarrollaremos de forma individual, así que asegúrate de completar todas las relacionadas con ellas si no quieres lamentarte más tarde.