En Sekiro: Shadows Die Twice, como en cualquier juego de este tipo, cuando te matan, vuelves al último punto de control, en este caso el último Ídolo que hayas conectado. Sin embargo, debido a motivos argumentales, se nos explica que esto consume la esencia vital de los NPCs, que acabarán contrayendo Dracogripe.
Cada vez que un NPC contraiga la Dracogripe, suceden tres cosas:
- En tu inventario aparece un objeto de Dracogripe, que sirve para señalar qué personaje la ha contraído.
- Si hay alguna quest en marcha, se paraliza hasta que el NPC se cure.
- El porcentaje de Ayuda invisible (el % de probabilidad de que al morir no perdamos objetos) baja hasta que el NPC se haya curado.
Debes saber que los NPCs no mueren nunca debido a la Dracogripe, es simplemente un incordio para tu avance. Por supuesto, es posible curar la Dracogripe de una manera muy sencilla<
Cómo curar la Dracogripe
La primera vez que un NPC contraiga la Dracogripe, al hablar con Emma, te informará de la situación. Ella te informará de que es posible curar la Dracogripe, y para eso te pedirá la muestra de sangre de un enfermo.
Simplemente ve a hablar con uno cualquiera (que no sea el Escultor) que la haya contraído para conseguirla.
Ahora vuelve con Emma y te hará entrega del Amuleto de recuperación.
Con este objeto en tu poder, simplemente debes acudir a cualquier Ídolo del juego y verás que aparece una opción para curar la enfermedad. Sin embargo, hacerlo tiene un precio bastante concreto. Tienes que consumir una Gota de Sangre del Dragón para curar la Dracogripe.
Basta con hacer uso de una Gota de Sangre del Dragón para curar a todos los afectados por Dracogripe a la vez. Ten en cuenta, por supuesto, que pueden volver a enfermar si mueres varias veces.