La misión se activa mientras llevas a cabo Patito feo y es obligatorio completarla, como cualquier misión principal. Da igual si completas esta misión antes o después que las demás.
Habla con Lambert, que te guiará a través de un agujero en la muralla que tú mismo puedes usar como atajo en caso de necesidad hasta el lago. No, explica Lambert, no vamos a cruzarlo a nado. Baja las rocas con cuidado, si vas haciendo sprint lo más posible es que acabes saliéndote del estrecho camino y acabes muerto al caer al vacío. Tendrás que sobrevivir al ataque de unos cuantos monstruos (y al sarcasmo de Lambert).
Al llegar al lago verás que la barca no está, al parecer se la llevó una tormenta. No tardarás en localizarla. Está en la orilla, en la zona de búsqueda. Las barcas no van tierra adentro (¡Gracias, Capitán Obvio!). Sube a la barca y siéntate en la proa para que tu compañero pilote la nave. Da igual lo que decidas hacer sobre los gritos, terminarás por llegar a una cueva que debes atravesar. Por cierto, Punta de Lanza se despertará hagas lo que hagas. No es más que un cíclope viejo, no te preocupes.
Cuando salgas de la cueva un montón de trols te empezarán a tirar piedras, primero tienes que huir de ellos hasta una cueva y al atravesarla, tendrás que decidir. "Bien... Ya hemos hablado bastante" significa luchar con ellos, mientras que "Déjame hablar, ¿quieres?" termina en una solución pacífica. No te preocupes por el tema de dejar las espadas, no pasa nada, no las vas a perder ni nada por el estilo.
A partir de este punto ya no queda mucho hasta el altar de los Elementos. Enciende las antorchas y después deja la filacteria en el punto indicado para terminar con esta misión. Desde luego, Lambert es un brujo con una peligrosa tendencia a la agresividad y la muerte... y con muy pocas ganas de ser brujo.