A medida que avanzas en Sekiro: Shadows Die Twice tendrás que enfrentarte a una buena cantidad de jefes finales. Cada jefe final es único, no sigue el modelo de ningún otro enemigo, cuenta con patrones de ataque especiales y exclusivos... lo típico.
Enfrentarse a los jefes sin saber qué es lo que estás haciendo es, por supuesto, un suicidio, así que en estas entradas te explicaremos exactamente que es lo que debes hacer para tener algunas posibilidades de sobrevivir a los enfrentamientos.
¿Cómo matar al Dragón Divino? - Tips y consejos
Nada más terminar el pequeño combate contra los dragonetes de la fase de introducción al Reino Divino, te lanzarán contra el último de los enemigos que derrotar para ayudar a Lord Kuro.
Para empezar, evidentemente, el combate a corta distancia está descartado.
Lo que debes hacer, al principio, es observar el movimiento de su espada:
Si es vertical, corre a los lados. CORRE, no esquives, es mucho más fácil.
Si el movimiento es horizontal, ve de frente y esquiva los barridos a ras de suelo saltando.
La idea es estar atento a los árboles que tienes delante: usando el arpeo, tienes que pasar por encima de los que tengan un rayo y atacar en el aire, para lanzar el relámpago al dragón y hacerle daño. Esta mecánica se repetirá hasta que bajes su vida hasta un determinado punto y los árboles desaparezcan.
En ese momento tendrás que, o bien lanzar shuriken para bajarle algo la vida sin más, o bien esperar a que aparezca de nuevo un punto del arpeo para cazar un rayo y dar el golpe de gracia. Cuando veas que cae al suelo, lo de siempre: ve corriendo hacia él, sube por la espada y remata el asunto.
Conseguirás el Trofeo Don de Lágrimas refinado, el recuerdo del Dragón divino y regresarás junto a tu señor, después de un trabajo bien finiquitado... o no.