Hay múltiples caminos para llegar al Valle de dragones. Nosotros te indicaremos cómo completarlo partiendo desde la hoguera de la cueva de la Cuenca tenebrosa. Si estás siguiendo nuestra guía, habrás usado el ascensor para llegar hasta aquí.
Nada más salir de la torre del ascensor, procura no moverte y fíjate en que hay un montón de enemigos. Usa el arco y las flechas para atraerlos y matarlos uno a uno. En el cadáver del puente encontrarás el Set de bandolero (Capucha, Armadura, Guanteletes y Pantalones de bandolero) y el Escudo de araña. Por el momento no puedes abrir esa puerta gigantesca.
Da la vuelta y continúa por la cornisa junto al lado del puente del ascensor, con cuidado de no caerte. Es mejor que no intentes enfrentarte a este dragoncillo que te espera, porque el lugar es muy estrecho, no tienes margen de maniobra y terminarás muerto.
En lugar de eso, corre por la cornisa hacia arriba y presta atención al paisaje: ahí al fondo puedes ver al Dragón no muerto y, desde este punto (acercándote un poco) está en una situación perfecta para matarlo "a lo guarro", disparando flechas hasta que muera.
Cuando te lo cargues, recoge frente a él un Alma venerable caballero, el Escudo con emblema dragón y la Espada recta de Astora. Ahora cruza la cornisa, el puente y unos tablones de madera (fíjate en que, en la roca, hay una especie de cueva. Ahora volveremos).
Recoge el Gran alma guerrero anónimo y, si tienes la Llave maestra (si no, pasa al siguiente párrafo) podrás abrir un atajo a las Ruinas de Nuevo Londo. Nada más salir, gira a la izquierda, sube las escaleras, activa el interruptor y estarás en el Santuario de Enlace del fuego: usa la hoguera, compra objetos... lo que te haga falta.
Ahora, cruza por ese agujero en la pared que estaba delante del ascensor que te ha llevado a Nuevo Londo. Hemos llegado a la zona más odiada de todo el juego: la Ciudad infestada.