El último rey será la cuadragésima quinta misión de historia de Final Fantasy XVI. Comenzará cuando, al final de Las tierras de Cenicia viajes hasta Somnia, una ubicación que se desbloqueará en el mapamundi. Avanza por la torre, derrota a un grupo de empíreos y abre la puerta con la luz azul. El suelo de la siguiente sala es un ascensor.
Una vez arriba, derrota a los boms y avanza eliminando más enemigos comunes, nada que pueda suponer una amenaza real llegados a este punto. Eso sí, cuidado con el bavarois púrpura, un enemigo tipo flan que aparecerá después de la pasarela que cruzas tres el segundo ascensor.
En el pasillo tras el flan hay un cofre con Merced del hielo (Pilares gélidos). El camino y ascensores seguirán sin desvíos durante un rato, sin grandes amenazas reseñables. En un momento dado verás una secuencia y tendrás que derrotar a Desirae, una variante del gigante al que ya has eliminado en una de las ruinas empíreas. No es una amenaza, Clive es infinitamente más fuerte que la otra vez. Puedes bloquear, puedes esquivar, usar el poder de Bahamut... no te durará ni un suspiro.
Sube por el lateral de las escaleras del fondo de la sala para seguir el ascenso.
Tras eliminar a los empíreos de la pasarela, verás un falso cruce. La puerta derecha está cerrada, por delante tienes un cofre con Voluntad del hielo (Esquirlas punzantes y por la izquierda, el camino para avanzar. En el siguiente ascensor verás una secuencia, toca jefe.
Cómo derrotar al Nodo de control y el Áureogante
De entrada, embestirá. Es una de las pocas cosas que puede hacer de cuerpo a cuerpo una esfera, después de todo. Si falla, se queda clavada un par de segundos. Si saca un cañón y ves un rayo azul sostenido, lo hará girar, prepárate para esquivarlo y castiga con un contraataque. Cuando empiece a girar y cargarse, retírate antes de que haga el mismo ataque de área con el que se presenta en la secuencia. Si ves que se carga y abre estando lejos, disparará proyectiles. Usa la Onda térmica de Fénix para bloquear y maximizar el daño. El Nodo de control puede lanzarse a por ti abriéndose, es un ataque de pinza, échate atrás para evitarlo. Finalmente, cuando use Cortocircuito fijará un rayo sobre Clive, que lo irá siguiendo. Presta atención al resto de rayos para evitarlos si al moverse te pasan cerca. El enemigo aún puede usar Electroacumulación.
Se trata del ataque de carga. Debes golpear hasta agotar la barra de resistencia mientras evitas los ataques eléctricos a ras de suelo. Si fracasas, lógicamente, sufrirás daño masivo. Esta primera fase no tendrá nada más, sigue hasta el Vulnerable. En la segunda fase hará lo mismo, pero más rápido.
Sin descanso entre combates, te las verás con una variante del Ferrogigante y a la que ya has derrotado en la forma de escoria si has estado siguiendo la guía. Cuenta con sus mismos ataques y por supuesto, su principal debilidad es que es muy lento. Los parrys de Titán, por ejemplo, son letales a la hora de bajarle la barra de Ímpetu. Ojo cuando pegue la espada al suelo a su izquierda, el ataque de embestida cubre más espacio horizontal del que parece.
Sube las escaleras y, cuando cruces la siguiente puerta, se vienen cositas (sí, otra vez).
Cómo derrotar a Barnabás y Odín
Muy bien, volvemos a vernos las caras con el carajaula. La primera parte es igual que la segunda del combate anterior: combos de dos fases de ataques de arco a corta distancia, Gungnir con daño de área, mil tajos a media distancia, embestida... Nada especialmente preocupante. Si tienes activada alguna de las habilidades de parry de Titán, la cosa será hasta divertida, la verdad. Sigue hasta ver una secuencia tras hacerle suficiente daño (independientemente de la fase de Vulnerable). Entonces debes usar un Ataque certero para neutralizar a esa... cosa.
Cuando volváis al combate, Barnabás lanzará un Destello justiciero. Se trata de un ataque horizontal de largo alcance y daño mantenido, tienes que conseguir colocarte a su espalda cuando lo lance o te lo comerás de lleno con toda seguridad.
Ahora usará los ataques de antes, sin grandes variaciones. Lo más destacable es que el ataque a distancia va ahora seguido de un segundo espadazo, pero no lanzará una onda de energía. A ver, teniendo una espada que corta en dos el mar como si fuera el puñetero Moisés en una fase especialmente edgy, yo tampoco me complicaría la vida con florituras. El combate seguirá igual hasta otra secuencia, de nuevo de manera independiente de las fases de Vulnerable. Ahiora hay que superar un Contraataque certero.
Nada más volver a la pelea, el enemigo cargará Gestación sombría, su ataque final. Como es habitual, tienes que atacar sin parar para evitar la carga. Ojo porque, a diferencia del resto de enemigos, usará exactamente los mismos ataques mientras carga. Una vez agotes la barra, usará Silente y Tajo justiciero. Éste ataque consiste en un espadazo vertical, uno horizontal y, finalmente, un rayo sostenido frente a él. Después usará los mismos ataques de Barnabás, aunque a veces se teleportará entre ataques de un combo, nada peligroso.
Una vez sufra suficiente daño, flotará fuera del escenario y usará el ataque Sigrfödr. Sabes que un ataque te va a hacer mierda cuando tiene simbolitos. Se trata de un combo de espadazos lentos: horizontal, vertical, horizontal, vertical con daño de área, un manotazo con daño de área de la mano izquierda y un último espadazo horizontal. Al acabar tardará un rato en recuperarse y usará el Círculo de Malia, girando en forma de disco. Debes evitar varios embates, es bastante lento así que no será un gran problema.
Cuando termine usará un ataque de caída con las dos espadas, y luego hará una embestida cruzándolas. Después volverá a la normalidad. A su lista de ataques añade un Hendecielos con patrón en rombos que irá seguido de Destello justiciero. Es un momento perfecto para castigar, llevarlo hasta un último Vulnerable y poner punto y final al combate.
Después de las secuencias, pasarás a Fraternidad
