Las tierras de Cenicia será la cuadragésima cuarta misión de historia de Final Fantasy XVI. Comenzará cuando, al final de Al otro lado del estrecho te dirijas a la Costa Umbra. Avanza por el único camino posible, el mapa es simple y no ofrecerá obstáculos para ser explorado sin nuestra ayuda.
Mientras avanzas te encontrarás con grupos de orcos (orcos de verdad, no es que sean gente fea). Después del segundo grupo, abre el rastrillo con la palanca que hay a un lado.
Cuando llegues al Desfiladero de la Furia, fíjate en la parte sur de la primera región y verás que hay un pequeño camino hacia el sur. Si lo sigues hasta el final, te podrás colar por una grieta para dar con un cofre con la Masamune. Al lado está el Cronolito de Rea. Hazlo si quieres, nosotros no entraremos en detalles sobre estas piedras hasta más adelante.
Sigue hacia el marcador de la misión. Al final llegarás a las puertas de un poblado. Tras cruzarlas, tendrás que luchar contra enemigos akásicos. Es un grupo grande, pero nada que no conozcas de enfrentamientos anteriores. Tras la secuencia, ve a la zona sudeste del pueblo para activar el obelisco de Eistla. El marcador de la misión te señalrá la puerta de un edificio junto a él, ábrela para continuar. Después de la secuencia, toma la salida este del pueblo para ir hacia el siguiente marcador.
El camino será sencillo, ya que el único desvío está bloqueado. Por el camino te encontrarás con una plaga, un enemigo tipo arimán. Recuerda que, si usa Condena, debes mantenerte fuera del círculo cuando el ataque se cargue del todo o morirás al instante.
En el último desvío antes del objetivo ve al oeste para dar con contenedor empíreo con los Guanteletes de adamantita.
Cuando avances activarás el obelisco Filo de la Eternidad y verás una secuencia. Una vez se abra el mapamundi, regresa a la guarida y consulta el tablón de anuncios para dar caza a una nueva escoria llamada Pandemónium. Después de acabar con él, viaja a Somnia para avanzar hasta El último rey.