Recompensas: 10.125 XP.
Cuando termines tu viaje Entre los reinos estarás un paso más cerca de tu objetivo.
Vuelve a la sala de viaje de Tyr
Cruza el puente, habla con los enanos (si quieres mejorar algo, como siempre, ahí los tienes) y entra en la sala de viaje.
Viaja a Jötunheim
Usa el Bífrost y dirígete a Jötunheim.
Habla con Brok y Sindri
Para variar, nos falta algo. Habla con los enanos.
Vuelve al cuerno de la serpiente de Midgard
Mimir nos hace una advertencia que cualquiera sabría reconocer. Se trata de un punto de no retorno, es decir, vamos a tardar bastante en volver a tener libertad.
Rebusca todo lo que quieras, técnicamente ahora tienes acceso a prácticamente todo lo que el juego tiene que ofrecerte. No obstante, podrás seguir jugando más adelante, así que, cuando estés listo, ve al puente, usa la palanca y sopla el cuerno.
Navega dentro de la boca de la serpiente
Baja por las escaleras hasta una barca y ve a la boca de la criatura. Aunque está más oscuro que el sobaco de un grillo, simplemente sigue adelante.
Encuentra el ojo de Mimir
Simplemente avanza hasta que veas luz. Antes de eso no explores porque no hay nada, pero mientras prosigues, será inevitable que veas un cofre a la izquierda mientras vas adelante. Puedes bajarte en la "playa" que hay enfrente, cogerlo, y proseguir. Un poco más adelante podrás desembarcar de nuevo. Mira a tu derecha nada más bajar de la barca.
Lanza el hacha varias veces contra la plancha, hasta que el ascensor choque contra el tope y entonces congela el mecanismo. Recuerda no llamar al hacha de vuelta.
Ahora avanza hasta el fondo, rompe unos maderos y podrás escalar una pared. Terminarás por llegar precisamente al ascensor, ahora sí, llama de vuelta al hacha y escala la pared que quedará frente a ti cuando la plataforma deje de girar.
Al llegar arriba es imposible que no veas la maldita luminaria del cofre que tienes a tu izquierda. El baúl guarda en su interior justamente lo que estabas buscando.
Vuelve a la sala de viaje de Tyr
Antes de nada, date la vuelta. Verás otro de esos cofres especiales con un humillo, encontrarás un Símbolo de triunfo, y si no tienes todas las Claves, una de ellas.
Ahora usa la cuerda como tirolina para regresar a la barca y sal de la serpiente.
Derrota a Baldur
Es la hora de un duelo: vamos a ver a quién le duele más. Va a ser un combate extremadamente largo.
- Golpea al enemigo constantemente, liberándote de vez en cuando de las raíces del suelo pulsando el botón círculo. Sus ataques son básicamente los mismos que en el prólogo, así que ya sabes que lo que debes hacer es bloquear cuando haga fintas y acosarlo a espadazos (funcionan mejor que el hacha).
- Golpea constantemente para ver una secuencia y cambiarás de fase
- Cuidado con la mano del gigante, provoca ondas de choque. Después de unos cuantos golpes y una corta secuencia, Baldur usará ataques a distancia de hielo, bombas de hielo y, por supuesto, sus rapídisimos y potentes golpes físicos.
- Ten cuidado con el suelo, porque además de que aparecerán raíces para atraparte, si pisas un círculo brillante también quedarás atrapado. Ten en cuenta que no le harás daño con el hacha. Usa los puños o las espadas.
- Sigue atacando hasta que haya otra secuencia interactiva. Ahora habrá enemigos menores y Baldur es inmune a las espadas. Sus ataques son, en esencia, los mismos que antes pero de fuego.
- Durante todo el combate, a medida que va recibiendo daño, el enemigo deja caer objetos curativos. Te harán falta.
- Cuando le hagas suficiente daño en la fase de fuego, verás una secuencia más.
- Salta al pilar que tienes delante y ve escalando.
- Esta fase será similar a la pelea a puñetazos sobre el dragón de hace un rato, sólo que tendrás que pulsar cuadrado después de golpearle cuando te lo indiquen.
- Después volveremos a luchar cuerpo a cuerpo e irá cambiando el elemento que usa, tú debes atacar con el arma contraria.
Después de terminar el brutal combate y las secuencias, conseguirás el trofeo Llamada del crepúsculo y completarás la misión. Ya casi no queda nada para cumplir con los deseos de Fey y esparcir Las cenizas de madre.