Las gallinas de Zelda son una de las señas de identidad de la serie. Ya desde las primeras entregas en dos dimensiones Link podía cogerlas, lanzarlas e incluso golpearlas con la espada. En Zelda: Breath of the Wild se llaman cucos (cuccos en inglés) y se guardan más de una sorpresa. Además de protagonizar la misión secundaria Los cucos perdidos de la zona de Necluda, se pueden usar contra los enemigos.
Cuidado con molestar a los cucos
Además de usarlos de paravela (podemos planear usándolos, logrando exactamente los mismos resultados), podemos atacar a los cucos para conseguir algún ítem sorpresa, pero... ¡cuidado!
En anteriores entregas de la serie Zelda los cucos podían ser golpeados de manera impune, pero en Breath of the Wild se enfadan y se organizan para vengarse. Si les golpeamos podemos conseguir que suelten algún huevo, pero si les damos demasiadas veces la víctima de nuestro ataque se enfadará y llamará a varios cucos para que le ayuden, realizándonos un ataque a gran escala del que solo podremos huir poniéndonos a cubierto.
Los cucos pueden matarnos, y no es broma.
Usar a los cucos contra los enemigos
Lo bueno de esta terrorífica revelación es que también pueden acabar con los enemigos. Si llevamos a un cuco cogido sobre nuestras cabeza y nos acercamos a un enemigo y hacemos que le golpee, el cuco inmediatamente pedirá ayuda (sin tener algo de paciencia, como con Link) y el enemigo será atacado por un vendaval de cucos. La gracia de esto es que podremos acabar con algunos enemigos con este método, puede que no con los mayores del juego como el Centaleon, pero sí con Lizalfos y Bokoblins de cierta entidad.
Éste es un buen ejemplo de este método.
Desde luego, la pluma es más fuerte que la espada.