Demon's Souls Remake cuenta con una buena ristra de jefes finales a los que enfrentarte mientras completas la historia del juego. Para que no tengas problemas con ellos, aquí te contaremos cómo derrotarlos a todos. En esta ocasión os hablaremos del Acechador ígneo, el jefe del Túnel Colmillo de piedra.
Acechador ígneo: puntos débiles, ataques y cómo derrotarlo
- Recompensas: 22.500 almas, Alma demoníaca candente, recuperas la forma humana, +45% de Tendencia Blanco.
- Localización: La Ciudad Túnel.
- El jefe, como la mayoría, es vulnerable a la magia.
- Obviamente es resistente al fuego.
- Tiene solamente tres ataques distintos: un puñetazo con la diestra, que es relativamente rápido; un ataque con el que machaca el suelo con los puños y provoca daño de área y, finalmente, un ataque que empieza agachándose, salta y machaca el suelo a media distancia. El último ataque se ve venir con mucho tiempo.
- Aunque tiene ataques simples, son muy dañinos. Procura llevar defensa contra fuego, porque además de hacerte daño, puede prenderte fuego y hará algo de daño extra durante unos instantes.
- Si luchas cuerpo a cuerpo, lo que debes hacer es buscar el puñetazo, bloquear o girar y atacarle una vez nada más, hasta que vuelva a atacar y golpearle mientras se recupera.
- Si atacas a distancia, es posible hacer que se tambalee mientras se acerca a ti, pero ten mucho cuidado con confiarte.
No podrás cancelar la animación de sus ataques, pero sí la de sus embestidas.
- Además, si haces ataques a distancia, a veces se queda "tonto" y se dedica a dar saltos laterales para intentar esquivarte. Si calculas bien los ataques, puedes seguir haciéndole daño.
- Un pequeño truco para hacerle daño, simplemente ve moviéndote hacia atrás y cuando ataque, aprovecha para usar o un ataque cuerpo a cuerpo o una magia. Su alcance es bastante más limitado de lo que parece, por lo que siempre tendrás tiempo para atacar y retirarte.
- Recuerda que hay varios obstáculos por la zona. Debes evitar quedarte atascado con ellos, pero puedes aprovecharlo para ganar algo de tiempo si le obligas a esquivarlos.