Aparte de los jefes obligatorios, en Dragon's Dogma 2 te las verás con monstruos grandes, bestias fuera de lo normal y que suponen una gran amenaza. Hay que destacar una cosa: todos los jefes son monstruos grandes, pero no todos los monstruos grandes son jefes. La diferencia radica en que, por norma general, los jefes de historia ofrecen mecánicas únicas, como puede ser el reventar una presa para eliminar a un cíclope al que debes enfrentarte para avanzar en la historia.
En esta sección os dejaremos una serie de consejos para derrotar a todos los monstruos grandes.
Consejos generales para matar monstruos grandes
En términos generales, hay que tener en cuenta los siguientes factores:
- La cabeza es un punto débil común a casi todos los monstruos grandes.
- Los monstruos grandes se te intentan sacudir si trepas para apuñalarles.
- Cuando sufren suficiente daño, caen al suelo. Cualquier personaje con ataques cuerpo a cuerpo puede acercarse a la cabeza o principal punto débil del objetivo y pulsar el botón de ataque fuerte para hacer daño crítico.
- La mejor vocación para eliminar monstruos grandes es el Ladrón, seguida del Arquero Mágico por sus capacidades de acosar de manera constante y precisa cualquier punto débil.
Cíclope
Los cíclopes serán seguramente el primer tipo de monstruo grande que te encuentres durante tus viajes. El punto débil para apuñalar es la cabeza. No obstante, debes hacerlo siempre por la espalda, si te acercas trepando por el pecho no tardará en agarrarte con la mano y estamparte contra el suelo. Además son bastante vulnerables a la magia.
Para empezar, se trata de un monstruo que sólo hace ataques físicos, por lo que un personaje como el Luchador puede anular por completo el daño que hace. Casi siempre llevará un garrote como arma (puede arrancar árboles para usarlos si le hace falta). Si te acercas a las patas se dedicará a pegar pisotones que aunque no te alcancen pueden desequilibrarte y, si golpeas demasiado, se estampará contra el suelo para tratar de aplastarte. Si le haces daño en el ojo, se quedará "ciego" durante un rato, pero sus ataques serán más impredecibles porque se dedicará a dar manotazos frente a él. Es un momento perfecto para treparle a la cabeza y meterle tres cuartas de toledana por la coronilla.
En el caso de los que usan troncos de árboles como arma, debes tener cuidado: cuando les queda poca vida tienden a lanzarlos como arma arrojadiza antes de arrancar otro para volver a tener garrote.
Cuando avances por los mapas empezarás a ver cíclopes con armadura. Para poder apuñalar a estos bichos trepando a ellos, antes debes destruir las piezas de armadura con otros ataques.
Grifo
El grifo es otro monstruo fácil de comprender: vuela, te salta encima, da vueltas sobre sí mismo para golpearte... No es muy imaginativo, pero es rápido y huye si no le haces daño durante mucho rato. Si te agarras a su lomo y no le derribas, te llevará a su nido, donde habrá algunos objetos de valor.
El grifo es relativamente vulnerable a la magia, especialmente a prenderle fuego.
Ogro
El ogro es un bicho muy molesto. No porque sea especialmente peligroso sino porque es muy veloz. Sus puntos débiles son la cabeza y la magia. El problema de intentar apuñalarle en la cara es que se te quita de encima rápidamente, agarrándote con una mano y mandándote a tomar por saco.
Si consigue agarrarte, huirá y consumirá toda tu energía, dejándote vulnerable durante un buen rato. Hará lo mismo si agarra a cualquiera de tus peones, así que persíguele para salvar a tu peón rápidamente. El bicho tiene además la mala costumbre de lanzarse en plancha llevándote por delante, lo que puede implicar que te tiren a ti o a tus peones al agua, así que procura alejarte del río cuando luches con uno.
Quimera
La quimera es un monstruo con tres cabezas, y las tres atacan por su cuenta, pero nunca a la vez. De entrada, si te acercas de frente, usa ataques físicos, nada que no puedas evitar con el Luchador. Pero con lo que hay que tener cuidado es con las otras cabezas. La cabeza de cabra puede crear zonas de daño mágico de las que debes salir antes de que el ataque impacte. Ojo con la de hielo, que deja daño persistente durante un rato. El tercer elemental, de fuego, es más peligroso. Crea un halo de bolas de fuego que se esparcen en una perdigonada que puede ser letal. Por su parte, la serpiente te puede envenenar con un mordisco o con un chorro de veneno.
Aquí la clave es destruir la serpiente y luego la cabra (si intentas trepar y apuñalar a la cabra, la serpiente te muerde). La cola de serpiente se acaba cayendo y la cabra "se muere", dejándote únicamente como amenaza la cabeza de león y sus ataques físicos. Si consigues derribarle y las otras cabezas siguen en pie, céntrate en apuñalarlas.
La quimera es resistente a la magia, así que procura ir a mamporros para terminar rápido con la cabra y la serpiente. Sola, la cabeza de león no es muy peligrosa.
Liche
Los liches son brujos no muertos. Aunque al principio te puedan parecer muy peligrosos, son enemigos muy fáciles de eliminar si sabes lo que estás haciendo. En primer lugar, acaba con los esqueletos que suelen aparecer con ellos. A partir de ese momento, el combate seguirá siempre la misma secuencia.
Lo primero será que el liche usará una magia elemental. Si te pegas a él, generalmente será un área de daño justo bajo él. Debes alejarte, la zona estallará y el liche saldrá volando. Esta secuencia se repite constantemente con magia generalmente de hielo o rayo, solamente debes evitar las zonas de daño del suelo mientras baja, golpearle y retirarte antes de que el suelo estalle. Debes estar muy pendiente si el hechizo es verde, de viento. Creará un huracán que aguanta bastante rato. Ojo porque si le derribas, al levantarse hace caer bolas de rayos desde el cielo.
Una vez le hagas suficiente daño, después de cada vuelo lo que hará es invocar unas bolas de rayos teledirigidas que aparecen en fila o en columna. Escóndete detrás de algún obstáculo para evitarlo y sigue hasta que caiga.
El liche es muy resistente a todo tipo de daño, pero es especialmente vulnerable a magia de luz como Empíreo.
Gólem
El gólem es un enemigo muy simple: pega mamporros y dispara rayos por la cabeza frente a él. Da manotazos y pisotones que pueden hacer que te desequilibres. Repartidos por todo el cuerpo tiene unos sellos de colores brillantes. Estos son los únicos puntos débiles del monstruo, y tienes que atacar hasta que uno se destruya y caiga al suelo (recógelo, valen bastante dinero) y seguir hasta destrozar el siguiente.
El problema estará cuando veas que uno de esos sellos está en los hombros o en la planta de los pies. En el caso de la planta de los pies, tienes que agarrar la pata del golem y tirar hacia atrás hasta que se caiga de morros (también se expndrá cuando hinque la rodilla, pero es más fácil así). En el caso de los hombros, debes esperar a que dispare rayos. Al hacerlo, tiene que refrigerarse, quedará paralizado unos segundos mientras expulsa vapor y los hombros quedan expuestos.
Como decíamos, no es un enemigo complicado siempre que sepas golpear los puntos débiles. Eso sí, ten en cuenta que es extremadamente resistente a la magia y que, si ves que los medallones brillan en rojo, debes correr. Entrará en una especie de furia berserker, golpeará sin parar a su alrededor y lanzará rayos sin parar a apuntar ni sobrecalentarse hasta que se pase el efecto.
Dullahan
El Dullahan es un monstruo especial. Solamente aparecerá hacia el amanecer y cerca de puentes. El problema está en que se irá cuando salga el sol del todo, así que tu tiempo para acabar con él es muy limitado. Su spawn es aleatorio, no hay un punto fijo en el que salga. Por lo demás, en realidad no es peligroso... solamente extremadamente molesto, porque tiene un ataque de área que te derriba. Si llegas al endgame (ojo, spoilers) puede aparecer en cualquier momento, pero siempre cerca de puentes.
Minotauro
El minotauro es, junto al cíclope, el enemigo más simple y directo de todos los monstruos grandes. Puede golpear con el arma que lleve y embestir. Si esquivas la embestida y se estampa contra una pared, se romperá los cuernos y hará menos daño. Debes tener cuidado con ponerte a su espalda, porque cocea. Por lo demás... es un toro con una maza o un hacha, no hay mucho que explicar.
Al avanzar, te encontrarás con versiones acorazadas de la bestia, que lógicamente no podrás apuñalar hasta haber golpeado y desmontado la armadura. En ambos casos es vulnerable a la magia, en especial a la de rayo.
Dragón
Los dragones o dracos son bestias con una inmensa cantidad de vida y que, para colmo de males, huirán si no les haces suficiente daño en un determinado período de tiempo. Antes de nada, debes estar siempre pendiente de sus garras y el brillo de colores que verás de vez en cuando. Si es azul/morado, va a crear zonas de daño en el suelo, aparecerán varias en línea recta y debes evitarlas. Si levanta las dos garras y hay un brillo rojo, corre en línea recta en cuanto veas la primera zona de daño, es el Bólido, un hechizo que lanza tres meteoritos. Normalmente lo usa cuando le queda poca vida.
El punto débil del dragón es el corazón, pero sólo puedes hacer daño crítico cuando brille. Si no puedes golpear ahí, ataca a la cabeza. En cuanto a sus ataques, debes estar pendiente de las fauces, porque escupirá fuego. Por norma general lo echa en tierra, en arco de lado a lado a media-larga distancia, pero si estás cerca y se pone a dos patas, ponte a su espalda para evitar el arco de fuego frente a él. Si echa a volar y no lanza magia, usará llamas, que generalmente van en línea recta frente a él.
En cuanto al cuerpo a cuerpo, su tamaño juega a su favor. Puede lanzar zarpazos, agarrarte y estamparte contra el suelo, golpear con la cola o saltar y estrellarse sobre tu posición. Mucho ojo a cuando agarre a un peón tuyo: lo infectará y se volverá en tu contra con lo que seguramente sea el origen de la Peste dracónica. No olvides recoger los Cristales dracónicos que deja caer al ir haciéndole daño, y al matarle. Son extremadamente valiosos.