El primer gran viaje de Spyro comienza cuando, por un pequeño desliz sin importancia, todos los dragones son convertidos en estatuas por el infame Gnasty Gnorc. Nuestro simpático amigo no se quedará quieto y hará todo lo posible por rescatar a sus amigos de este terrible destino.
Acompáñanos mientras resolvemos el problema creado por el villano de turno que, para ser justos con lo sucedido, efectivamente: es muy feo.