A lo largo de tus viajes por el mundo de The Elder Scrolls IV: Oblivion te enfrentarás a numerosas amenazas. Tu personaje se verá las caras con un montón de peligros, tanto durante la historia como mientras te haces con el control de las facciones o consigues tu propio hogar. Una de estas amenazas son las enfermedades, que pueden afectar a tu personaje de maneras bastante variadas, pero de las que puedes curarte si sabes cómo hacerlo.
En esta sección de la guía vamos a explicarte todo lo necesario para entender y curar enfermedades.
¿Cómo saber si tengo una enfermedad?
Cuando tu personaje sufre una enfermedad, en la esquina superior izquierda de la pantalla verás un mensaje de que has contraído X, la enfermedad que sea. Como es bastante habitual que entre unas cosas y otras o el fragor del combate se te pase por alto, hay otra manera que te permite saber si tu personaje está enfermo. Todas las enfermedades afectan a los atributos o a las habilidades. Si abres la pestaña de atributos o habilidades y ves que en alguno de los valores hay un número o una flecha en rojo (y no hay ningún efecto mágico activo) significa que sufres una enfermedad.

¿Cómo se contraen las enfermedades?
Con la excepción de algunas enfermedades extremadamente concretas, casi todas las enfermedades se contraen en combate. Cuando por ejemplo un lobo, una rata o un zombi te golpean; hay una determinada probabilidad de contraer una enfermedad. En algunos casos, las enfermedades pueden ir empeorando, como sucede con el vampirismo, así que es importante curarte cuanto antes.
¿Cómo se curan las enfermedades?
En términos generales, puedes curar cualquier enfermedad con una Poción de curar enfermedad.
Puedes comprarlas en distintos establecimientos, desde mágicos a posadas, o bien fabricarla con alquimia usando varios de los ingredientes con la propiedad Curar enfermedad. Procura llevar alguna encima por si acaso.

Otra manera de curarte es interactuar con los altares de los Nueve. En cada ciudad tienes un templo, un edificio bastante grande que no pasa desapercibido. Dentro habrá siempre al menos un altar activo (cada vez que activas un altar por primera vez, se activa uno adicional en los demás templos) que además de concederte su bendición, te curará de todas las enfermedades (salvo del vampirismo, que lleva una cura diferente).
Ten en cuenta que para usar un altar, tu personaje no puede ser infame. Al llevar a cabo actos "malvados" como asesinar, robar, etc. se va acumulando infamia, un valor invisible. Si llega a determinado nivel, tendrás que recurrir a altares oscuros como el de la Hondonada del Desprecio.