Tras la gran recepción que tuvo Red Dead Redemption en 2010, todos sabíamos que más tarde o más temprano habría una secuela, aunque con Grand Theft Auto V de por medio, y más después de su descomunal éxito, estaba claro que habría que esperar, Rockstar no tenía ninguna prisa, y con cada nuevo sandbox siempre han querido dar un gran salto de calidad, aunque luego el rumbo que hayan tomado haya sido o no del gusto de los jugadores. Eso es algo que nos gusta mucho de esta compañía, que no temen desafiar las expectativas de los consumidores, y Red Dead Redemption 2 es un ejemplo perfecto de ellos, un juego que a pesar de haber vendido más de 25 millones de copias genera siempre opiniones muy enfrentadas (como vais a ver en los comentarios de esta noticia), al contrario que la anterior entrega que fue unánimemente aclamada.
Si bien lo fácil para Rockstar hubiera sido hacer una aventura más grande, más bonita y más épica, tomando buena nota de lo que tanto había gustado del juego de 2010, quienes hayan seguido la trayectoria de esta compañía saben que nunca se han conformado con esto, y los ocho años que separan al primer Red Dead Redemption del segundo son un perfecto ejemplo de su evolución como estudio y de la propia industria del videojuego, cada vez más preocupada de contar buenas historias, a la altura de la literatura y el cine, con un público que ha crecido junto al medio y que reclama narrativas más cuidadas y complejas que nunca, que nada tengan que envidiar a otras artes.
Forajidos siempre
Tras una generación en la que los mundos abiertos han sido uno de lo géneros estrella, los "padres" de este tipo de juegos tenían que dar un golpe encima de la mesa, además siendo su único título en las actuales consolas. Un mundo gigantesco y precioso, repleto de detalles, gracias a un apartado gráfico de infarto, con unas animaciones y físicas cuidadísimas, una banda sonora de ensueño, una aventura gigantesca... vamos, todo que se le exige a Rockstar con cada nuevo sandbox, con unos valores de producción que ningún otro estudio es capaz de alcanzar en estos momentos.
Pero si en algo han evolucionado sus juegos en los últimos diez años, partiendo desde Grand Theft Auto IV en 2008, es que sus historias empezaron a querer a contar algo más allá de la mera sátira, y Red Dead Redemption 2 ya directamente nos parece un salto de gigantes, siendo uno de los juegos mejor escritos que hemos disfrutando nunca, y con un protagonista, Arthur Morgan, simplemente inolvidable, un arco dramático de personaje que nunca habíamos visto tan bien desarrollado, arropado por un elenco de secundarios -y villanos- también a la altura.
Contándonos la historia de una banda de forajidos en los últimos años del Salvaje oeste, en una lucha contra el progreso y la civilización, ante la que no quieren hincar la rodilla, vivimos una épica y extensa - incluso demasiado- aventura, con un montón de intensos y espectaculares tiroteos, largas caminatas a caballo, disfrutando y luchando con la naturaleza, pudiendo cazar cientos de animales distintos, y un montón de inolvidables momentos junto a los compañeros de la banda, alrededor de una hoguera, siendo las escenas en el campamento una lección de narrativa en videojuegos.
¿Por qué ha dividido tanto Red Dead Redemption 2 a los jugadores? Pues cada uno tendrá sus motivos, pero es cierto que es un juego lento, que se toma las cosas con calma, que no tiene miedo a que el jugador, hiperactivo por naturaleza, se pueda aburrir, y muchas de las cosas que quiere transmitir también lo hace a través de la propia jugabilidad, con un control del personaje lento y tildado por algunos de 'tosco', que prioriza unas animaciones realistas por encima de todo, algo que no agradó a muchos.
Tanto por el propio ritmo de la historia y la narrativa como por la propia jugabilidad, la intención de Rockstar es que te lo tomes con calma, que lo saborees, y en cierto sentido, y esto es algo que solo entenderán los que conectaron de verdad con su propuesta, nos parece uno de los mejores juegos de rol de la generación, en el sentido más puro de la palabra, y no de los numeritos y el looteo. Levantarse por la mañana y tomarse un café mientras charlamos con los compañeros de la banda, ir a cazar un ciervo, luego llevar la pieza al pueblo para vender la carne, pasarnos por la barbería y arreglarnos un poco, echarnos un poker en la taberna, para luego ponernos a explorar el escenario mientras contemplamos un bello atardecer o un fascinante cielo estrellado.
El simulador definitivo de ver un vaquero en el Salvaje oeste, una auténtica maravilla para cualquier amantes del western, siendo hasta la fecha el juego más ambicioso que se ha hecho nunca, y además uno sorprendentemente atrevido y con las ideas muy claras, sin tener miedo de que no fuera a gustar a muchos jugadores. Para nosotros, una aventura simplemente inolvidable, irrepetible, y por tanto uno de los mejores juegos de los últimos diez años, un ejemplo perfecto de a dónde ha llegado la industria del videojuego, que esperamos que nos siga sorprendiendo con obras semejantes en la próxima década.
Los juegos de la década
Durante todo el mes de diciembre, cada día, vamos a hablar de unos de los juegos que creemos que han marcado los últimos diez años. Por su calidad, por su influencia, porque han sido un enorme éxito de público o porque han iniciado modas o tendencias que han influido el mundo de los videojuegos, así hasta un total de 31 títulos que hemos seleccionado:
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