Había un juego para PlayStation 3 llamado Supersonic Acrobatic Rocket-Powered Battle-Cars que poca gente conocía. Psyonix estaba trabajando en una secuela para PlayStation 4, luchando para hacerse un hueco en las páginas de videojuegos y conseguir así generar interés en un producto que sabían que tenía potencial, pero que se perdía entre los cientos de lanzamientos que llegan a una consola cada mes. En Vandal le dedicamos una entrevista a este nuevo título en su día, e incluso nos compensaron con unas pantallas en exclusiva.
Pero Rocket League es un juego que hay que probar. Por mucho que te cuenten lo divertido o lo profundo que es, hasta que no lo juegas no lo entiendes. No tienen que gustar los coches ni te tiene que gustar el fútbol para disfrutarlo, y su curva de aprendizaje está tan bien medida que cualquiera se siente cómodo jugándolo… sobre todo si lo empezaste a jugar el día de lanzamiento. Y es que aquí está la clave: al ofrecerse sin coste adicional con PlayStation Plus, mucha gente pudo descubrirlo el primer día y sentirse cómoda gracias a una comunidad que, entre comillas, acababa de nacer, y donde era fácil crecer juntos.
Y es que en el juego de Psyonix vas a crecer, y mucho. Al principio, simplemente es divertido conducir con un coche e intentar marcar, pero poco a poco el jugador va a descubriendo la importancia de la estrategia; de saber colocarte y organizarte con tus compañeros. Luego descubres la importancia de tener siempre turbo, saltar para conseguir impulso, derrapar, medir el doble salto… y finalmente, aprendes a volar. El desafío definitivo de todo rocketer es ser capaz de adelantarte a tus enemigos por el aire, alcanzar balones imposibles y conseguir paradas –es decir, salvadas– increíbles.
Siempre relevante
Aun así, hay muchos juegos que han debutado en PlayStation Plus y han caído en el olvido. La diferencia es que Rocket League ha sabido crecer en todos los aspectos (salvo en la calidad de su traducción), fidelizando a la comunidad, expandiéndola y siempre dando motivos para volver, ya sea con nuevos modos, eventos, estadios o mil y una opciones de personalización para aquellos que disfruten expresándose estéticamente en el campo. Otro factor importante es que, en cierto modo, es de lo más parecido a un deporte real. El balón no va pegado a tu pie o a tu mano, pulsas un botón y una dirección y le dices a dónde quieres mandarlo y cómo; tienes que buscarlo, controlarlo con tu posición e impulsarlo con tu «cuerpo». Un golazo por la escuadra no depende de que el jugador al que le cae el balón tiene unas estadísticas increíbles y es capaz de, aun estando a contrapié, hacer una chilena y clavarla, sino que depende de que hayas tenido la habilidad para ponerte en el sitio adecuado, saltar en el momento adecuado, y girar tu coche con el ángulo y la fuerza correcta.
Para todos y cada uno
También hay que reconocerle el mérito a la hora de promover el crossplay. El título de Psyonix puede jugarse prácticamente en cualquier plataforma actual y, gracias a su sistema de amigos propio, nos permite unir fuerzas con nuestros amigos independientemente de dónde jueguen. Si, además, tenemos en cuenta que aún estamos en los albores de esta tecnología, todavía tiene más mérito el esfuerzo que este estudio antes independiente (ahora parte de Epic) ha hecho para asegurarse todos sus usuarios pueden disfrutar de la experiencia con quien quieran y como quieran.
Psyonix ha sido capaz de confiar en su proyecto, luchar y no rendirse hasta llevarlo a lo más alto y, una vez ahí, ha conseguido mantenerlo frente a titanes como Fortnite. Rocket League sigue creciendo con nuevas ideas tomadas prestadas, precisamente, del juego de su compañía matriz, como los Battle Pass, pero esto no es más que una muestra de que los desarrolladores escuchan a la comunidad y siguen trabajando para hacer que este título tan único sea siempre mejor. ¿Qué le esperará en la próxima generación?
Los juegos de la década
Durante todo el mes de diciembre, cada día, vamos a hablar de unos de los juegos que creemos que han marcado la última década. Por su calidad, por su influencia, porque han sido un enorme éxito de público o porque han iniciado modas o tendencias que han definido estos diez últimos años en el mundo de los videojuegos, así hasta un total de 31 títulos que hemos seleccionado:
