Undertale fue, sin lugar a dudas, la gran sorpresa de 2015. Tras financiarlo en Kickstarter con la modesta cantidad de 50.000 dólares, el joven tobyfox trabajó completamente en solitario para lanzar este peculiar juego de rol, llegando a Steam el 15 de septiembre de tapadillo y pasando inadvertido. Sin embargo, los primeros análisis no tardaron en aparecer en la red para otorgarle notas inesperadamente altas, un fenómeno que comenzó a replicarse y a extenderse entre los pocos jugadores que decidieron darle una oportunidad de primeras. En cuestión de una o dos semanas, Undertale ya estaba en boca de todos, desatando una locura colectiva como pocas veces se ha visto en esta década y generando una comunidad de fans totalmente entregada a él. Pero, ¿por qué gustó tanto?
Un juego lleno de determinación
En esencia, el título tomaba ideas de obras como Shin Megami Tensei y Earthbound a las que daba varias vueltas y mezclaba con algunas de cosecha propia para crear un RPG muy atípico, diferente y completamente único que nos daba varias formas de afrontarlo. Por un lado, podíamos jugarlo como cualquier otro título del género, es decir, eliminando a nuestros enemigos en combate para ganar experiencia, subir de nivel y volvernos más fuertes. Sin embargo, en nuestro menú de comandos (los enfrentamientos son por turnos clásicos) también tenemos diferentes opciones para conversar con nuestros rivales y hacernos sus amigos, algo que también se aplica a los jefes, por lo que es posible llegar al final de nuestra odisea sin haber derramado ni una sola gota de sangre, aunque claro, esto no nos reportará experiencia.
Lo mejor de seguir este enfoque es que convierte a las batallas en auténticos puzles de ingenio, ya que deberemos encontrar la manera de forjar amistad con quienes se interpongan en nuestro camino, y cada tipo de monstruo tiene sus propias condiciones para ello, algo que se lleva a su máxima expresión en las luchas más importantes, cuyos requisitos son tan sorprendentes como inesperados y originales.
Para darle todavía más vidilla a los combates deberemos superar una especie de minijuegos inspirados en los shmups en los que deberemos mover a nuestro corazón como si fuese una nave para evitar las ofensivas enemigas, aunque esta es una mecánica con infinidad de variantes, por lo que es capaz de mantenerse fresca desde el principio hasta el final.
Por supuesto, dependiendo de nuestra forma de jugar iremos alterando la historia (a fin de cuentas, los personajes morirán o vivirán según nuestras acciones), lo que nos llevará a ver un final u otro de una historia muchísimo más profunda de lo que en un principio podría parecer y que llega a tocarnos la fibra sensible con suma facilidad. Sumadle a todo esto las sensaciones tan únicas que es capaz de provocar, con detalles tan perturbadores como el hecho de que consiga hacernos sentir como auténticos asesinos desalmados si seguimos la ruta genocida, y tendréis un juego como ningún otro que hayáis jugado antes, donde las sorpresas, la creatividad y la búsqueda por nuevas ideas están siempre presentes. Tampoco podemos olvidarnos del increíble carisma que rezuman sus personajes ni de lo bien que están escritas las conversaciones, repletas de un humor tremendamente peculiar que no parará de sacarnos más de una carcajada cuando menos nos lo esperamos.
Huelga decir que su éxito acabó derivando en su llegada a consolas y en un fenómeno fan sin precedentes para un título indie, con internet inundado de vídeos, fanarts y contenidos dedicados al juego, algo que ha llevado incluso a que se vaya celebrar un concierto dedicado exclusivamente a la fantástica banda sonora de la obra, compuesta por el mismísimo tobyfox. De hecho, la carrera de este desarrollador se ha catapultado lo suficiente como para haber colaborado con Game Freak y ver algunos de los contenidos de Undertale en Super Smash Bros. Ultimate tras haber jugado varias partidas con el mismísimo Masahiro Sakurai. En definitiva, uno de los indies más importantes y con mayor impacto de la década.
Los juegos de la década
Durante todo el mes de diciembre, cada día, vamos a hablar de unos de los juegos que creemos que han marcado los últimos diez años. Por su calidad, por su influencia, porque han sido un enorme éxito de público o porque han iniciado modas o tendencias que han influido el mundo de los videojuegos, así hasta un total de 31 títulos que hemos seleccionado:
