Análisis Red Dead Redemption 2 - El mejor juego de la generación (PS4, Xbox One)
Que tras cinco años Rockstar Games lance ahora su primer título original en la actual generación de consolas, dice mucho de una compañía atípica, que juega con sus propias reglas y que compite contra sí misma, intentando superarse con cada nuevo sandbox, un desafío que comenzaron en 2001 con el histórico Grand Theft Auto III.
Ahora, casi dos décadas después de crear uno de los géneros estrella, nos ofrecen el esperadísimo Red Dead Redemption 2, uno de los juegos más ambiciosos y espectaculares de todos los tiempos, una épica aventura que nos demuestra hasta dónde pueden llegar los videojuegos con el suficiente tiempo de desarrollo y un descomunal despliegue económico y de recursos humanos.
Y lo mejor que se puede decir de él no es que sea grande y caro, que lo es, y te lo demuestra a cada momento, es que tiene alma, con una historia emocionante y unos personajes entrañables, donde la narrativa siempre es lo más importante.
Esto, junto a la espectacular ambientación audiovisual, las enormes posibilidades jugables y los excepcionales valores de producción, hacen que te sumerjas en su propuesta como pocas veces nos ha ocurrido en una aventura de mundo abierto.
Un juego en el que cada detalle, cada contenido, está cuidado al milímetro, por lo que disfrutas desde las acciones más mundanas, como tomarte un café por la mañana mientras das los buenos días a tus compañeros de campamento, pescas en un bonito río o juegas una partida de póquer con unos paisanos, hasta los momentos más épicos, como atracar un banco, asaltar un tren en marcha o vivir algunos de los tiroteos más espectaculares que hemos visto nunca.
Sin el factor sorpresa del primero, un western que sorprendió a todos en 2010, incluso a los que no simpatizaban con este popular género cinematográfico, esta secuela apuesta por ser mucho más grande y ambiciosa, con una trama principal que dura más de 40 horas, y toneladas de misiones secundarias, actividades, minijuegos, coleccionables y pequeñas historias para poder estar perdidos en su deslumbrante mundo más de un centenar de horas.
Sin intentar revolucionar el género o ser demasiado innovador, "simplemente" con hacer las cosas mejor de lo que nunca nadie las ha hecho en un juego de mundo abierto, demuestra como pocos lo que puede dar de sí este medio, la capacidad que tiene para trasladarte a un vasto, complejo y bello universo y convertirte en el protagonista del western más épico de todos los tiempos, uno que ni el mayor aficionado al género pudo jamás atreverse a imaginar.
Por estos y por otros muchos motivos, Red Dead Redemption 2 nos parece una aventura inolvidable, y un nuevo referente en lo que se refiere a ambición y calidad, que será un referente para todas las superproducciones que disfrutaremos en los próximos años.
Malditos bastardos
Si bien en los últimos años hemos vivido una lógica y esperable evolución tecnológica y gráfica, con mundos cada vez más bellos y detallados o personajes con mejores animaciones y modelados, hay un salto no tan obvio pero más importante si cabe, que es en la calidad de los guiones y la narrativa, donde Red Dead Redemption 2 es un gran ejemplo. Estamos sin duda ante la aventura de Rockstar mejor escrita, con los personajes más interesantes, complejos y mejor desarrollados en cualquiera de sus aventuras, su obra más madura.
La historia transcurre en 1899, unos doce años antes de los acontecimientos de Red Dead Redemption, y está protagonizada por la banda de forajidos de Dutch Van der Linde, a la que pertenece John Marston, el protagonista del anterior juego, que cede su testigo a Arthur Morgan, el nuevo personaje al que controlamos en esta ocasión.
Tras un atraco fallido que acaba como el Rosario de la Aurora, la banda se ve obligada a huir hacia el interior de América, con multitud de agentes federales y los mejores cazarrecompensas del país pisándoles los talones. Así, vivimos una constante huida hacia adelante en la que Dutch y sus fieles seguidores están cada vez más acorralados, siguen empeorando las cosas cometiendo más y más crímenes para sobrevivir, y empiezan a surgir todo tipo de tensiones internas que hacen que la situación sea cada vez más insoportable.
Temas recurrentes del western como la lealtad, el honor o la libertad están siempre muy presentes, así como el imparable progreso y todas sus consecuencias, que les pasa como un camión por encima a los protagonistas, que saben que sus días de forajidos están contados. Y por supuesto también se habla de redención, en un arco argumental que deja un excelente sabor de boca, muy emocionante. Está tan bien escrito que acabas cogiendo mucho cariño -y odiando- a los miembros de la banda, con los que siempre te apetece interactuar y conocer más en profundidad, con conversaciones que surgen de manera sorprendentemente natural, algo que nunca habíamos visto tan bien hecho en un juego de este estilo.
Ya sea mediante el interesantísimo diario del protagonista en el que escribe sus reflexiones sobre lo que está ocurriendo, periódicos que podemos comprar o conversaciones que escuchamos furtivamente en cualquier lugar, comprobamos constantemente que la estructura narrativa de la aventura es portentosa, y no nos cansamos de conocer más y más información del mundo y de las personas que lo habitan, donde como es habitual en los juegos de Rockstar hay lugar para humor, drama o crítica social, y como no podía faltar en un western, sus buenas dosis de épica.
Podríamos estar horas hablando de la narrativa, porque nos ha encantado, pero queremos hacer especial hincapié en el protagonista, Arthur Morgan, que no solo es que nos haya parecido más interesante, carismático y mejor construido que John Marston, es que no nos tiembla el pulso al afirmar que nos parece uno de los mejores personajes de la historia de los videojuegos.
Que tanto los personajes como la historia están tan bien construidos, en parte es por culpa del tiempo que se toman para ello, de lo larga que es la trama principal, como hemos dicho antes más de 40 horas. Esto tiene sus ventajas e inconvenientes; por un lado nada se cuenta de manera precipitada o abrupta, todos los personajes tiene un gran arco argumental, muy coherente y con sus dosis de protagonismo, pero tiene sus cosas malas, como algunos altibajos prácticamente inevitables en una historia tan larga, especialmente en una parte del final, que no podemos explicar por motivos obvios.
En cualquier caso, no son pocas las ocasiones en las que Red Dead Redemtion 2 toca el cielo, tanto en varias escenas de acción de lo más épicas y espectaculares que hemos visto en juego alguno, que quedarán para el recuerdo, como otros momentos no tan vibrantes pero sí más emotivos, como ciertas conversaciones o actos tan sencillos como cantar una canción con los miembros de la banda alrededor de una hoguera, celebrando que un día más siguen con vida y en libertad.
Para que os hagáis una idea de su magnitud, estamos hablando de más de 100 misiones solo en la historia principal, y todas cuidadísimas y con unos valores de producción sobresalientes, a niveles Uncharted, para que os hagáis una idea. Y lo más sorprendente es que casi todas son variadas y diferentes entre sí, y apenas unas cuatro o cinco nos han parecido flojas, lo que tiene mucho mérito.
Como ya ocurrió en GTA V, la línea entre lo principal y lo secundario prácticamente se desvanece, da igual lo que hagas que todo está cuidadísimo, cada contenido tiene mucha calidad, y nunca sabes dónde te vas a encontrar una nueva aventura o personaje interesante, es un auténtico placer explorar sus preciosos escenarios.
Un mundo lleno de posibilidades
Pero Red Dead Redemption 2 no vive solo de su historia y sus misiones, y el hecho de explorar su enorme y apasionante mundo es una aventura en sí mismo, con una enorme fauna compuesta por más de 200 animales que podemos cazar -y que nos pueden cazar-, con multitud de personas extrañas con los que podemos vivir los momentos más insólitos, curiosos e incluso emotivos, con todo tipo de eventos aleatorios, en los que ayudar a la gente o en los que las bandas rivales que nos pueden hacer emboscadas, y todo tipo de minijuegos, como el póquer o el dominó, o visitar espectáculos de teatro.
Podemos trabajar como cazarrecompensas buscando criminales, dedicarnos a realizar atracos, asaltar bancos, trenes y diligencias, atacar guaridas de las bandas rivales, encontrar todo tipo de coleccionables, pescar, recoger plantas y preparar recetas, dar caza a los animales legendarios, ir de compras, cambiarnos de ropa, de peinado y de barba -las mejores en juego alguno-, tomarnos unas copas, completar toda una serie de desafíos de acción y caza y, en definitiva, divertirnos con sus toneladas de contenidos, todos muy cuidados, y que nos permiten jugar como más nos apetezca.
Nuestra relación e interacción con todo lo que nos rodea está mucho más trabajada que nunca en un juego de Rockstar, y podemos acercarnos a cualquier personaje y saludarle o provocarle, así como intimidarle con nuestras armas. Nunca sabemos cómo va a reaccionar un NPC, cada uno tiene sus propia personalidad, algo en los que también influye el sistema de honor, que nos permite ser un forajido de buen corazón o un auténtico villano, algo que se define a lo largo de multitud de pequeñas decisiones a lo largo de la aventura. Estas no cambian la férrea historia principal, pero sí que influyen en la percepción que el mundo tiene de nuestro personaje.
También se han añadido pequeños elementos de supervivencia, muy ligeros y que no lastran el ritmo, como tener que alimentarnos o descansar para tener a punto la salud y la resistencia, o tener que vestir adecuadamente en cada zona del mapa, así como cuidar a nuestro caballo tanto o más como a nosotros mismos. Hay multitud de pequeños detalles y sistemas como estos, que no tienen un gran peso en el desarrollo, pero que todos juntos ayudan a esa sensación de realismo, de estar en mundo vivo y con personajes de verdad, lo que te anima a comportarte de manera razonable, metiéndote en el rol de forajido o cowboy.
La naturaleza es una protagonista más, la mayor parte del mapa son unos espectaculares escenarios que no te cansas de recorrer, y hay una amplia fauna y flora con la que podemos interactuar, siendo, como muchas otras partes de la aventura, algo muy presente pero también opcional. Puedes centrarte totalmente en la historia y apenas no dedicarte a cazar, obteniendo dinero y recursos mediante todo tipo de robos y delitos.
Nos ha encantado la representación de la naturaleza, con toda su belleza pero también su crudeza. Es sorprendente cuando dejas a un ciervo malherido y este agoniza en el suelo, con unos gemidos que incomodarán a muchos jugadores, hasta que lo matas definitivamente, o el realismo con el que despellejas a los distintos animales. En otros juegos se trivializa el matar animales, no son más que meros recursos, y aquí te muestran con todo el realismo lo que ello supone, algo que nos parece muy positivo.
Esto se aplica a otros aspectos de la aventura, la violencia está siempre muy presente, con situaciones e imágenes que pueden llegar a ser incluso desagradables, pero no de una manera festiva y trivial como en la saga GTA, sino más bien de una manera realista y cruda, como la vida misma debía serlo en 1899, en el el Salvaje Oeste.
Acción salvaje
Las escenas de acción de Red Dead Redemption 2 nos han recordado a las de los últimos juegos de Rockstar, como si cogiera un poquito de cada uno ellos, aunque el referente más positivo es el de Max Payne 3, al que nos ha recordado mucho. Unos tiroteos muy divertidos y salvajes , por la contundencia de las armas, muchas y muy variadas, y la violencia e incluso el gore, y por supuesto las excelentes físicas y animaciones de los enemigos.
Hay muchos, muchísimos tiroteos, es un juego con toneladas de acción, aunque a la vez es bastante asequible. Como decíamos al principio, la narrativa es la gran protagonista, quieren que el juego fluya y lo que plantean jugablemente nunca es un gran desafío, algo que puede decepcionar a los jugadores más experimentados que busquen un reto, algo de lo que ya se quejaron con GTA V.
Para complicarnos la existencia podemos reducir o desactivar las ayudas al apuntado, algo que cambia bastante las cosas, teniendo una jugabilidad muy personalizable, tanto en los controles como en la interfaz de pantalla. A los tiroteos les añade algo de sal y pimienta el el Dead Eye, esa habilidad especial que nos permite ralentizar el tiempo y realizar espectaculares disparos de precisión, algo de lo que tampoco nos permiten abusar, y que añade mucha espectacularidad a los combates.
También nos ofrecen la posibilidad de repetir las misiones de la historia y cumplir una serie de objetivos, como acabar ciertas escenas en un límite de tiempo, tener un porcentaje de aciertos elevado o no usar objetos para curarnos, y dependiendo de la cantidad de estos objetivos que cumplamos conseguiremos una medalla de bronce, plata u oro. Un componente rejugable que está sin duda pensado para los jugadores más expertos, que aun así seguirán echando de menos un modo de dificultad más elevado.
Un espectáculo audiovisual
Como no podía ser de otra manera en una superproducción como esta, los gráficos son una auténtica pasada, posiblemente el juego que visualmente más nos ha sorprendido en la actual generación de consolas, y no por aspectos concretos como pueden ser las texturas o los modelados, sino más bien por lo rotundo de todo el conjunto, la harmonía con la que se dan la mano lo técnico con lo artístico para crear momentos visualmente alucinantes.
La soberbia dirección de arte junto a la sofisticada iluminación crean imágenes simplemente sobrecogedoras, de una fuerza y una belleza que no tienen parangón, se nos ha desencajado la mandíbula varias veces. En más de una ocasión nos hemos parado a pensar que si cuando empezamos a jugar, ya fuera en los 80, los 90 o incluso los primeros años 2000, nos hubieran dicho que acabaríamos viendo juegos como este, nos hubiera costado creerlo, es alucinante.
Destacar, entre otros muchos aspectos, el pantagruélico trabajo de animaciones, tanto por su calidad como por su variedad, en palabras de Rockstar más de 300.000 animaciones únicas, algo que nos creemos totalmente después de haberlo jugado, que se ve acompañado también por un gran trabajo de físicas.
No todo es perfecto, y el único aspecto un poco flojo que hemos visto en los gráficos son las caras de los personajes, tanto su detalle como expresividad, que no es que sean malos, pero no están a la altura de los mejores. Es cierto que no se le puede exigir lo mismo a un juego de mundo abierto tan grande como este que a uno lineal, pero es que en el resto de aspectos Red Dead Redemption 2 sí supera o puede mirar de tú a tú visualmente a cualquier otro título.
Hemos analizado la versión de PS4 Pro, que va a 30fps totalmente estables y sin ningún tipo de defecto gráfico, siendo muy sólido técnicamente y visualmente impecable.
También lo hemos probado en la PS4 original, y a pesar de ofrecer una menor resolución y contar con algunos defectos, como en ocasiones un poquito de popping o carga tardía de texturas, el resultado es francamente sorprendente, con un framerate totalmente estable y un acabado visual que no dista demasiado de lo que ofrece su hermana mayor. Es admirable que un hardware con casi cinco años y que no salió a un precio desorbitado pueda mover sin problemas un portento visual como este.
Ojo a la banda sonora, pero es que nos ha parecido una de las mejores que hemos escuchado nunca, casi 200 piezas originales compuesta por Woody Jackson, habitual de Rockstar en la última década que ya trabajó en el primer Red Dead Redemption, y que ha recogido aquí todos los estilos habidos y por haber del western, siendo una auténtica delicia la cantidad y variedad de composiciones, con cada misión con su propio tema musical.
El papel del sonido y de la música es importantísimo durante el juego, siendo capaces de elevar muy alto la gran mayoría de escenas de acción, añadiéndoles una épica inexplicable con palabras, tenéis que vivirlo. La gran ambientación visual junto a la excelente banda sonora y el contexto argumental de algunas misiones crean momentos inolvidables, un auténtico "sueño de artes marciales" para cualquier amante del western, al que se le puede llegar a escapar alguna lágrima de pura emoción.
Y como es habitual en Rockstar, el doblaje en inglés es sencillamente inmejorable, con más de 1000 actores diferentes y unas interpretaciones geniales, aunque eso no quita que nos hubiera gustado que también llegara con voces en español, algo que parece que nunca vaya a ocurrir con los juegos de esta compañía, pero que no tienen excusas para no ofrecerlo, hemos visto títulos en esta generación igual de grandes que sí han venido doblados, mejor o peor, pero es algo que agradecen muchos usuarios.
Al menos esta vez sí tiene unos subtítulos en español bastante más legibles que de costumbre, tanto por su tamaño como por la manera de presentarlos en pantalla, con un fondo negro. En nuestra opinión se ven perfectamente, y no creo que tengáis ningún problema por muy lejos que juguéis del televisor.
Uno de los mejores juegos de los últimos años
A unas pocas semanas de que PS4 y Xbox One cumplan su quinto aniversario, llega el primer título original de Rockstar para ellas, que nos ha parecido posiblemente el mejor juego de la generación. Una aventura de acción en mundo abierto apabullante por sus gráficos y posibilidades jugables, pero que recordaremos por sus entrañables personajes y la épica y emocionante historia que hemos vivido junto a ellos.
No innova en prácticamente ningún aspecto, ni quiere revolucionar el género, simplemente es Rockstar intentando el más difícil todavía, volviendo a superarse, ofreciéndonos el juego más ambicioso de todos los tiempos. Uno que merece ser vivido por cualquier amante de este arte y entretenimiento, que nos vuelve a demostrar, una vez más, que su único límite es el cielo, que esta obra nos ha permitido en varias ocasiones acariciar.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 Pro con un código de descarga que nos ha proporcionado Rockstar.