Las Ruinas encantadas es el nivel 18 de la historia de MediEvil Iremos a este lugar tras completar El Guantelete de Gallows. Mira, ya se me han acabado los chistes sobre encantamientos. QUE TODA LA REGIÓN ESTÁ ENCANTADA, puñetas. Decir que un sitio está embrujado es una redn...rendu... redund... es repetirse.
Bueno, nada más empezar, avanza y haz que las gallinas vayan al montón de alpiste del fondo.
Se lo comerán y harán aparecer un interruptor que no hace falta activar, simplemente bajará el puente. No te molestes con el resto de montones de alpiste, no hay nada.
Atraviesa el puente y sube la muralla del lado izquierdo, justo después de la Gárgola. Ve hacia la izquierda para recoger la Runa del Caos. Antes de seguir, te recomendamos que equipes el Arco mágico para matar demonios de un disparo. Ve hacia la derecha del libro, con cuidado, con el arco preparado y, en cuanto veas que la luciérnaga se vuelve roja, indicando objetivo, dispara. Matarás al instante a un demonio volador.
Atento porque es posible que otro demonio se teletransporte a tu ubicación, acaba con él rápidamente. Ahora, muy despacio, avanza hacia la derecha. Verás otros dos demonios abajo. Un disparo cargado del Arco mágico acabará con ambos.
Al haber hecho esto sin ser "descubierto", evitarás que maten a los prisioneros. Ojo, no pulses el interruptor que hay cerca de ellos. Si mueren, perderás porcentaje del Cáliz de almas del nivel. Para liberar a estos pobres cautivos, primero golpea el fuego que hay bajo ellos con el Martillo hasta que se apague, y luego pulsa el interruptor. Cuando se vayan, verás una corta secuencia y te dejarán tres cofres de oro.
Ahora continúa por el callejón tras el interruptor que acabas de pulsar. Sube por la rampa que te permite colocarte sobre la muralla y, nada más hacerlo, mira hacia atrás. En lo alto de la cuesta que queda a tu espalda verás el Cáliz de almas de este nivel. No se puede coger aún, obviamente. En el otro lado de la cuesta hay un Frasco de energía.
Bien, ahora que sabes dónde está el Cáliz, vuelve al patio donde estaban los prisioneros y sal por el otro extremo. Darás con un pasillo con demonios y cañones, tienes que cruzar entre ellos. Al llegar al final darás con una reja, pero puedes subir a la muralla por las cajas que hay justo antes. Sigue el camino hasta el final, déjate caer al patio que encontrarás al final del vallado y acaba con ese molesto caballerete. Si te das una vuelta por el patio darás con otros dos, además de un cofre con un Escudo de plata.
Ahora sube por las cajas que hay en el lado contrario a donde está el cofre. Darás con dos Frascos de energía. Usa la Runa del Caos en la reja del patio para avanzar.
Cruza el puente evitando las llamas o con la Armadura de dragón y entra por la puerta de la sala del trono. Al ir a acercarte al trono, se abrirá el suelo y caerás en una cueva con varios demonios. Acaba con ellos, ve al fondo y coge la puerta izquierda. Darás con más enemigos, la Corona del Rey Peregrino y algo de dinero. Recuerda que puedes usar la Armadura de dragón para evitar daño de fuego. Retrocede y coge la salida derecha de la cueva.
Después de una sala con otros dos demonios y una Fuente de vida, verás que estás en el exterior de la sala del trono. Vuelve a entrar en ella, salta por encima de la trampilla y usa la corona en el trono.
Jefe Golems y huida del castillo
Al terminar la secuencia, coger la Runa de la Tierra y activar la palanca de la pared, comenzará la última fase de la misión. En primer lugar, mata a los golems usando la Armadura de dragón y escupiendo fuego hasta tirarles de la plataforma, o bien golpeando con lo que sea. Después tendrás que huir hasta la entrada del castillo y cruzar la puerta a la derecha de donde estaban los prisioneros. Es aquí donde usarás la Runa de la Tierra para abrir la salida. ¡No olvides coger el Cáliz de almas en lo alto de la muralla!
Para abandonar la zona, pulsa la palanca de la catapulta, y luego súbete tú a la catapulta. Nos toca ir a El Barco fantasma.