Ve al punto de encuentro, Pagan Min está retransmitiendo un discurso en el que niega su muerte y además lanza una provocación a la Senda Dorada invitando a matar a su lugarteniente Yuma. Está claro que es una trampa, pero confías en tu habilidad.
La mina en cuestión, Keo de Svargiya, está al norte del mapa. No hay vigilancia, lo cual es bastante sospechoso. Entra y llegarás a una sala con una gran estatua, mira los objetos, entre ellos una mesa con un documento, al acercarte aparecerá Yuma con un polvo que te hará ver visiones.
Después de esto podrás ir por un nuevo camino en la roca y ver unos tétricos escenarios con un río de sangre y escenas en sus márgenes.
Sigue el camino y verás una sección de saltos con el garfio, apunta arriba y desplázate como si fuesen lianas, rodea una gran figura. Llegarás a una sala con brujos, debes acabar con ellos con tu arco o con el cuchillo. Presta atención a los jarrones porque son explosivos y puedes hacer uso de ellos, aunque con el arco tensado te basta un tiro para matar a estos enemigos. Para avanzar una vez estén todos muertos, dispara a los jarrones junto a la puerta.
La parte final es una sala con columnas, te vas a enfrentar al jefe acompañado de unos brujos y un tigre blanco. La táctica es la siguiente: dispara al jefe cuando esté a tiro, quedará inconsciente unos instantes en los que debes rematar con el arma cuerpo a cuerpo. Hay que hacer esto tres veces, pero cada vez va subiendo más la dificultad.
Los acompañantes que tiene son como los que has visto antes, con una flecha mueren, incluso el tigre no es tan terrible como los que encuentras en Kyrat, hasta puedes plantearte golpes directos o usar los jarrones explosivos. La dificultad está en el tiempo de recarga del arco, y por cada flecha errada quizás recibas un zarpazo o disparo. No hay indicador de salud, tendrás que intuir el daño por el color de la pantalla.
Mata a este oponente para despertar de tu colocón y descubrir que has matado a Yuma. Ya puedes ir a su fortaleza con las estrategias habituales.