Los 20 juegos con mejores gráficos de Xbox One (2023)

¿Quieres saber cuáles son los juegos con mejores gráficos de One y One X? En este artículo recopilamos los títulos con el apartado visual más espectacular que puedes jugar en 2022.
Los 20 juegos con mejores gráficos de Xbox One (2023)
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El debate sobre la importancia del apartado técnico en el conjunto de un videojuego lleva décadas presente y nunca concluirá, ya que se trata de algo totalmente subjetivo. A la vez, la industria del videojuego está siempre a la vanguardia tecnológica y los hitos alcanzados influyen más allá del entretenimiento interactivo, dejando mella en la cultura audiovisual, en la arquitectura y en muchas otras aplicaciones. Pero más allá de eso, hay muchos jugadores que lo que buscan en un videojuego es sumergirse en su mundo. En ello tiene importancia el contexto argumental, el diseño artístico y las posibilidades interactivas del entorno, pero también, si se apuesta por un estilo fotorrealista, la fidelidad visual. En Xbox One y su versión más potente, Xbox One X, hay muchísimos ejemplos de títulos despampanantes en lo técnico. En este artículo seleccionamos los más impresionantes.

Ryse: Son of Rome

Ryse: Son of Rome fue uno de los juegos de estreno de Xbox One a finales de 2013. Ha llovido muchísimo desde su lanzamiento y sigue siendo uno de los títulos más vistosos del catálogo. Aunque eso no significa que sea un buen juego: la escasa interactividad, la repetición ad eternum de sus escasas mecánicas de combate, la confianza desmedida en los QTE y su corta duración fueron aspectos muy criticados en su día. Pero los creadores de Crysis consiguieron un apartado audiovisual espectacular con recreaciones y expresiones faciales, efectos de partículas, detalles de los entornos y escenarios donde no paran de ocurrir cosas.

Devil May Cry 5

El RE Engine de Capcom aparecerá mencionado más veces en este artículo. No es para menos: todos los títulos que lo han utilizado lucen geniales, ya se trate del último Resident Evil para la última generación de consolas o Monster Hunter para Switch. En Devil May Cry 5 los efectos son increíbles y los detalles de los diseños de los enemigos son impresionantes, pero lo que sigue dejándonos boquiabiertos son las recreaciones de Dante, Nero, V y Nico. No solo en su modelado y en sus rasgos faciales, sino también en sus animaciones corporales y gestuales.

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Red Dead Redemption 2

Red Dead Redemption 2 es el juego de mundo abierto más impactante visualmente disponible en cualquier plataforma. La obra de Rockstar Games nos lleva a un Lejano Oeste donde las densas y detalladas ciudades contrastan con la naturaleza virgen por la que cabalgamos: montes nevados, cañones con cascadas, páramos repletos de animales que se comportan de manera realista… Es de no creérselo. Y a pesar de su amplitud, no escatima en los pequeños detalles, desde los ya famosos testículos de los caballos a los materiales del cinturón de un personaje sin importancia.

Resident Evil 7

Resident Evil 7 es uno de los juegos con una atmósfera más conseguida que nos hemos encontrado en la generación de consolas de Xbox One y PS4. La aventura de terror de Capcom que estrenó el RE Engine aprovecha sus entornos cerrados para construir escenarios claustrofóbicos y decadentes que nos sumergen en un mundo inquietante. Los fotorrealistas personajes de la familia Baker, la inteligente utilización de la cámara en primera persona y un catálogo de animaciones muy bien recreadas hacen de la séptima entrega numerada de la saga un título hasta más pintón que Resident Evil 8: Village (aunque este último, igualmente alabable, tiene a su favor unos escenarios más abiertos que dibujan paisajes que quitan el hipo).

Forza Horizon 5

La saga Forza ha estado en la vanguardia tecnológica desde la primera entrega: son los títulos con los que Microsoft ha sacado pecho de la potencia de sus consolas. Forza Horizon 5 es uno de los juegos gráficamente más espectaculares en la última generación de consolas, pero también es sorprendente en Xbox One, llevando más allá lo que ya nos dejó boquiabiertos con la cuarta entrega. Gracias a un motor gráfico que funciona por capas (más o menos detalles en los entornos y los vehículos según la potencia de cada máquina), la recreación de México de Playground Games es impresionante en cualquier plataforma.

Forza Motorsport 7

La subsaga Horizon parece llevarse todos los méritos de la serie en los últimos años. Es fácil ver los motivos: llama más la atención un mundo abierto que una variedad de circuitos cerrados; es más popular un arcade de conducción accesible que un simulador que requiere un periodo de aprendizaje. Pero Forza Motorsport 7 fue el juego elegido para demostrar las capacidades de Xbox One X por un motivo. El ser más cerrado (al final son pistas, no un entorno amplio) le permitió mostrar en pantalla unos vehículos absolutamente fotorrealistas y unos efectos atmosféricos que siguen dejando con la boca abierta.

Halo Infinite

Todo el gameplay que ha mostrado Microsoft del juego que supone la vuelta por todo lo alto del Jefe Maestro pertenece a las versiones de Xbox Series o de PC, pero no hay que olvidar que Halo Infinite es un título intergeneracional. Obviamente, en Xbox One no luce ni tan bien ni tan fluido (funciona a 30 fps en la original) como en las consolas de última generación o los ordenadores más potentes, pero sorprende que un título tan amplio, con tanta libertad de movimiento y con una inteligencia artificial tan costosa para la CPU se mueva así en la máquina de 2013. Al igual que Halo 4 parecía imposible en su día en Xbox 360, Infinite lleva a One mucho más allá de lo que uno podía imaginar hace casi una década.

Gears 5

Gears of War siempre ha sido uno de los referentes técnicos de Xbox, pero con Gears of War 5 se llegó a un nuevo límite. La aventura de Kait Díaz y compañía asombra en todo: en efectos, en el modelado de los personajes, en los detalles más nimios de los enemigos, en la recreación de atmósferas, en las texturas de unos escenarios diversos y que por primera vez se acercan al mundo abierto sin por ello dar un bajón visual. Y ojo a la expansión Machacolmenas, donde la densidad natural asombra. The Coalition firma un referente técnico y no aguantamos las ganas por ver de qué son capaces en la última generación.

Metro Exodus

Lo que han logrado a nivel técnico los ucranianos de 4A Games desde el primer Metro 2033 es para quitarse el sombrero. Cuando se anunció Metro Exodus hubo quien dudó de que pudieran mantener el nivel debido a que la serie, siempre centrada en escenarios lineales y hasta cierto punto pasilleros, pasaba ahora a estructurarse en varios mundos abiertos de tamaño medio. Y aun así lograron poner sobre la mesa una experiencia atmosférica, con detalles asombrosos y con una recreación de un mundo hostil que en ciertos aspectos no tiene parangón en la generación de consolas que nos ocupa.

The Witcher 3: Wild Hunt

Ha pasado más de un lustro desde que CD Projekt RED estableciera un nuevo estándar (pocas veces alcanzado) en los RPG de mundo abierto. Durante este tiempo, obviamente, hay ciertas cosas de The Wticher 3: Wild Hunt que se han quedado anticuadas, como las animaciones faciales y corporales de personajes principales, pero sobre todo secundarios. Sin embargo, la amplitud de su mundo y su detalle sigue rayando a un nivel con el que pocos pueden competir, la densidad de sus grandes ciudades logra transmitir una sensación de mundo vivo que quizá solo está competida por Red Dead Redemption 2 y las acertadas decisiones artísticas consiguen dejar detrás de la cortina aspectos técnicos que no han envejecido del todo bien.

Star Wars Battlefront 2

El lanzamiento de Star Wars Battlefront II en 2017 estuvo rodeado de una polémica en torno a las cajas de botín y el pay to win que provocaron un embargamiento hacia el estreno en cuanto a la percepción del juego en el imaginario colectivo. Pero dejando eso de lado, el shooter de EA DICE es una de las experiencias más espectaculares audiovisualmente que podemos disfrutar en una Xbox One, incluso por encima de los Battlefield del mismo estudio. Nunca se habían recreado con tanto detalle los mundos, las armas, los androides y los clones de Star Wars, y encima se añadieron batallas espaciales (creadas por Criterion, por cierto) asombrosas.

Assassin’s Creed Origins

La saga Assassin’s Creed mutó y se renovó a mediados de la generación. Las aventuras de acción protagonizadas por Altair, Ezio, Connor y compañía dieron paso a RPG de acción de mundo abierto que conservaron una de las señas de identidad de la serie: la recreación hasta cierto punto fidedigna de escenarios y entornos de épocas pasadas. El mayor tamaño de Odyssey y de Vahalla conllevan que la atención al detalle no sea tan minuciosa, pero el primero de estos títulos, Assassin’s Creed Origins, es un juego que sorprende audiovisualmente, también apoyado por una dirección de arte soberbia sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un gran mundo abierto.

Control

La aventura de acción de Remedy Entertainment conjuga su tono de ciencia ficción surrealista con un apartado artístico y audiovisual que supone uno de los techos técnicos en PC, pero que también luce genial en consolas. La arquitectura brutalista con oficinas repletas de detalle y túneles van dando paso poco a poco a escenarios más oníricos donde, más allá de la calidad de las texturas, el inteligente juego de sombras y los constantes reflejos, sorprenden las partículas. Cada mesa, estantería, fichero y otros ítems que Jesse Faden lanza a los enemigos con sus poderes telequinéticos se destroza en una lluvia de astillas, folios y escombros.

Batman Arkham Knight

Cinco años han pasado desde que Rocksteady pusiera punto y final a la saga Arkham con Batman: Arkham Knight, y a día de hoy sigue siendo uno de los juegos más punteros visualmente. Evidentemente, ayuda la estética oscura que consigue maquillar lo menos pintón y una dirección de arte sobresaliente, pero en lo puramente técnico hay muchas cosas que sobresalen: el detalle de los escenarios (sobre todo los cerrados), el diseño de personajes tanto aliados como adversarios, y unos efectos de iluminación que logran ofrecer una atmósfera muy particular.

Star Wars Squadrons

Entre tantos juegos de mundo abierto y aventuras de acción en tercera persona, merece la pena destacar este Star Wars Squadrons. La obra de EA Motive se dibujó al principio como un proyecto de poca envergadura. Al fin y al cabo, estamos hablando de un shooter espacial en primera persona donde todo el protagonismo recae en las naves de la saga de Lucasfilm y en el manejo de las mismas. Pero precisamente por esa concreción en su propuesta, cada uno de sus detalles está pulido al máximo. En Squadrons se recrean como nunca los detalles del interior de naves icónicas como TIE Fighters y Ala-X, y ofrece escenarios que si bien no amplísimos, nos dejan estupefactos en más de una ocasión.

Anthem

El proyecto con el que BioWare intentó ofrecer algo distinto a los títulos por los que se suele identificar al estudio no salió bien: en un género tan competido como el shooter looter cooperativo hay que acertar desde el principio con un bucle jugable que atrape, y no lo consiguieron. Pero, incluso con un downgrade evidente respecto a la primera vez que lo vimos, lo que sí consiguieron fue ofrecer uno de los títulos más vistosos técnicamente de los últimos años, con entornos naturales con toques de ciencia ficción absolutamente espectaculares y una ciudad, desaprovechada en lo jugable, pero imponente en lo visual.

The Division 2

Snowdrop, el motor gráfico creado por Massive Entertainment para Tom Clancy's The Division y su secuela, ha logrado poner en nuestras pantallas mundos con un nivel de detalle inusitado por los que transitar sin tiempos de carga de ningún tipo, junto a otros jugadores y con un buen puñado de NPC lanzándonos lluvias de balas. Hay quienes prefieren la estética de la primera entrega (más oscura, más fría, más en los cánones del posapocalipsis habitual), pero la recreación de un Washington D.C. decadente que logra Tom Clancy's The Division 2 impresiona en el buen equilibrio que ofrece entre atención al detalle y amplitud, y en un sistema de iluminación que da pie a estampas realmente bellas, algo poco habitual en un juego marcadamente militarista.

Far Cry 6

La saga Far Cry, desde su nacimiento a manos de Crytek, ha sido puntera gráfica y técnicamente: la inmersión de la primera entrega, la tecnología del fuego de la secuela, el amplísimo mundo exótico del alabado Far Cry 3... En la generación de Xbox One Far Cry 5, ambientado en los territorios campestres de Montana, supuso un gran salto audiovisual. Pero Far Cry 6, la entrega intergeneracional que nos lleva a hacer la revolución en Yara, un país inspirado en Cuba, mezcla con tino un entorno natural exuberante donde nos movemos a pie, a caballo, en avioneta y hasta en moto de agua con una amplia ciudad muy detallada y campamentos que respiran vida.

Rise of the Tomb Raider

En variedad de entornos y en el detalle minucioso de los mismos, en iluminación, en efectos, en recreación y animaciones de personajes, en puesta en escenaRise of the Tomb Raider es, además de una aventura de acción muy recomendable (e imprescindible para fans del género), una gran experiencia audiovisual que luce genial en la primera Xbox One y que, después de un parche lanzado años después del estreno, increíble en Xbox One X.

Mortal Kombat 11

Los juegos de lucha de NetherRealm Studios, desde el reinicio que supuso Mortal Kombat en 2011 hasta la última entrega, pasando por Injustice: Gods Among Us y su sucesor, son títulos muy sorprendentes visualmente, siempre destacando en su género. Sin embargo, Mortal Kombat 11 es apabullante, un espectáculo audiovisual con unos modelados impresionantes, unas expresiones faciales que en las curradas escenas cinematográficas del modo historia dejan sin palabras, con unos escenarios de combate cuidados al máximo y unas animaciones, especialmente en los sangrientos Fatalities, que están entre las mejores gráficos de la generación.

Fran G. Matas
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