Análisis Control, Remedy en estado puro (PS4, Xbox One, PC)
Tras una década trabajando para Microsoft, el prestigioso estudio Remedy Entertainment, creadores de juegos como Max Payne, Alan Wake y Quantum Break, regresan con Control, una nueva aventura de acción en esta ocasión de la mano de 505 Games. Estamos antes una producción más modesta que sus últimos trabajos, pero que contiene todas las señas de identidad del estudio, es Remedy en estado puro, para bien y para mal, como ahora explicaremos.
Unos tiroteos vibrantes y divertidos, una narrativa muy elaborada, aunque un tanto farragosa, un diseño visual muy atractivo, y en esta ocasión una estructura más abierta y con un enorme escenario que podemos explorar con libertad, una gran diferencia respecto a sus anteriores juegos, que eran totalmente lineales. Este desarrollo que mezcla los combates con la exploración hace que sea una aventura muy entretenida, sin duda su principal virtud, uno de esos juegos en las que cuesta soltar el mando si conectas con su propuesta, pero que no por ello está exento de múltiples carencias, que le alejan de la excelencia.
Videoanálisis
Si cuando se presentó en el E3 del año pasado a muchos nos pareció un corta y pega de Quantum Break, y es cierto que su combate tiene unas cuantas similitudes y han reciclado ideas, finalmente Control no se parece tanto a su anterior trabajo, su estructura y narrativa hacen que sea bastante diferente, aunque curiosamente repite algunos de sus errores. Como unos combates que en un principio parecen tener mucho potencial, pero que al final no acaban de explotar del todo y se acaban haciendo un tanto monótonos, o una narrativa en la que se abusa de los documentos en forma de texto y audio, y que obliga al jugador a tener que poner mucho de su parte, para poder disfrutar de una historia contada de manera un tanto confusa y que finalmente no es para tanto.
Así, tenemos un juego muy entretenido y con personalidad, que sin duda disfrutaron los amantes de este estudio y de las aventuras de acción, pero que no pasa de ser correcto o en el mejor de los casos notable, y no somos pocos los que llevamos años esperando a que Remedy vuelva a hacer un juego sobresaliente, ya que creemos que tienen talento para ello.
Bienvenidos a la FBC: La Oficina Federal de cosas rarunas
La aventura se desarrolla en La Casa Antigua, la sede de la Oficina Federal de Control (FBC), una organización secreta del gobierno de los Estados Unidos encargada de estudiar todo tipo de fenómenos y objetos paranormales. Sin más explicaciones, tomamos el control de Jesse Faden, que llega a este lugar después de que se haya producido un fatídico incidente, en el que un virus paranormal ha puesto todo patas arriba, convirtiendo a sus huéspedes en unas entidades hostiles que tendremos que combatir.
Que toda la aventura se desarrolle dentro de un edificio puede sonar aburrido, o que visualmente se vaya a hacer repetitivo, pero si algo nos ha gustado de Control es su diseño visual, las potentes imágenes y atmósferas que ofrece su cuidada dirección de arte, y no temáis por aburriros dentro de La Casa Antigua, ya que está repleta de sorpresas y momentos desconcertantes, siendo uno de los puntos fuertes del juego.
Su narrativa, que como en los anteriores juegos de Remedy está muy trabajada, va mucho más al grano que Quantum Break, apenas hay cinemáticas o grandes diálogos, y mezclan la fantasía y la ciencia ficción para contarnos una historia un tanto desconcertante y extraña, bastante interesante, pero que vuelve a confiar demasiado en la paciencia del jugador.
Sin exagerar, hay toneladas de documentos coleccionables en forma de texto y audio, más de 200, y muchos de ellos son irrelevantes o poco importantes, pero esto no lo sabes hasta que te los has leído. Si quieres enterarte bien de su interesante trasfondo tienes que pararte constantemente a leer o escucharlos, y esto acaba con la paciencia de cualquiera, y más en una aventura en la que es tan divertido combatir y explorar, que es lo que estás deseando hacer siempre, y no pararte a leer cada pocos pasos.
Este error ya lo cometieron en Quantum Break -aunque aquí al menos no tenemos una serie de TV de imagen real...-, y se deberían plantear la manera de contar una historia en sus próximos trabajos, ya que se aprecia el enorme esfuerzo que han puesto en esta faceta, y es una pena que cuesta tanto disfrutarla. Tampoco es que la historia en sí misma nos haya parecido una maravilla, pero al menos sería más disfrutable si la hubieran contado de una manera más amena y utilizando el lenguaje de los videojuegos.
Por cierto, si sois seguidores del estudio lo vais a gozar con los guiños y referencias a sus anteriores trabajos, y hasta ahí podemos decir...
Unos combates muy divertidos, que pierden fuelle en el tramo final
Los combates de Control son muy satisfactorios, funcionan realmente bien, y aunque se parecen bastante a los Quantum Break, por esa mezcla de disparos en tercera persona con poderes especiales, finalmente acaban teniendo su propia personalidad, invitándonos a movernos constantemente y ser muy agresivos para hacer frente a todo tipo de extrañas criaturas.
Todos los enemigos tienen una barra de defensa y una de vida, y para romper la primera y hacerles daño tenemos que coger objetos de los escenarios y lanzárselos, uno de los primeros poderes especiales que obtenemos, y una de la mecánicas más agradables de toda la aventura. Una vez que estén sin defensa es cuando debemos usar sobre ellos la curiosa pistola transformable, una única arma para la que podemos ir desbloqueando diferentes formas, que por ejemplo emulan una escopeta, un revolver, una ametralladora o un rifle de precisión, y en las que además podemos equipar modificaciones para mejorar sus características.
Este concepto, que nos parece ingenioso, al final está un tanto desaprovechado, ya que si te encariñas de una de ellas descubrirás que no es necesario utilizar el resto para avanzar sin problemas. Tampoco ayuda que solo puedas llevar activas dos formas del arma a la vez y que para utilizar el resto tengas que acudir al menú de inventario y equiparlas, algo que se podría haber solucionado de múltiples maneras, y que no nos extrañaría que acaben arreglando con un parche.
Tras el poder de lanzar objetos, obtenemos otros como esquivar, crear un escudo, poseer a los enemigos y ya en el tramo final levitar, y lo curioso es que muchas de estas habilidades son opcionales, y podemos seguir avanzando en la historia sin haberlas obtenido. Estos poderes además se pueden mejorar en un sencillo árbol de habilidades, y nos ha parecido un tanto fácil "romper" el juego, tan simple como mejorar muy rápidamente la habilidad lanzar objetos, convirtiéndote en una máquina de matar. Además hay que tener en cuenta que no se puede elegir nivel de dificultad, por lo que para un experto en títulos de acción se puede llegar a hacer bastante fácil, salvo algún pico esporádico de dificultad.
Los combates, que en las primeras horas son muy entretenidos gracias a un más que correcto gunplay, la constante aparición de nuevos tipos de enemigos así como la obtención de nuevos poderes, en el tramo final de la aventura pierden fuelle y se llegan a hacer bastante monótonos y repetitivos, especialmente por abusar de las situaciones con numerosas oleadas de enemigos. Podría haber más jefes finales y otras sorpresas -curiosamente algo de esto encontramos en los contenidos secundarios-, pero todo lo solucionan lanzándote toneladas de rivales, y el combate no evoluciona lo suficiente en la segunda mitad de la aventura como para no llegar a hacerse un tanto tedioso.
El placer de explorar y perderse
A diferencia de los anteriores juegos de Remedy, Control no es completamente lineal, y su mundo se va abriendo poco a poco, dándonos libertad para explorar, realizar misiones secundarias y buscar algunos secretos, siendo una de sus mayores bazas. Sus creadores ya habían advertido de su estructura "metroidvaniesca", una palabra que está más de moda que nunca y que hasta los grandes estudios no dudan en utilizar para promocionar sus juegos -véase Star Wars: Jedi Fallen Order-, pero no busquéis un buen metroidvania en Control ya que no lo vais a encontrar, porque el poder volver sobre tus pasos y explorar no nos parece suficiente como para poder aplicarle esta etiqueta.
Al ser un juego en 3D con un mapa en 2D que no diferencia las alturas, es fácil perderse en más de una ocasión en los pasillos y localizaciones de La Casa Antigua, no saber dónde está tu siguiente objetivo exactamente y dar algunas vueltas de más. Pero con tantos juegos que te llevan de la mano constantemente y que tienen miedo de que el jugador se pierda y se frustre, la verdad es que nos ha gustado mucho perdernos en los escenarios de Control, y la exploración le da un toque muy agradecido entre tanto tiroteo, y que lo diferencia de anteriores trabajos de Remedy.
Dicho esto, las misiones o actividades secundarias son bastante flojas y de relleno, excepto dos o tres más notables, y el backtracking, volver sobre nuestros pasos, es un tanto perezoso. Se basa en ir consiguiendo llaves de acceso de nivel 1, 2, 3, etc., que nos permiten abrir nuevas puertas, pero habría sido más interesante que estuviera basado en los poderes, con los que superar obstáculos que antes no podíamos. Esto sí ocurre con el poder de levitar, que nos permite acceder a ciertas zonas elevadas de los escenarios, y es un atisbo de lo que podría haber sido de haber hecho lo mismo con otros poderes.
En cualquier caso, nos ha encantado explorar la desconcertante y extraña Casa Antigua, gracias a la dirección de arte y a la multitud de secretos que contiene, y aunque no nos parezca un buen metroidvania como tal, si os gustan este tipo de aventuras seguro que vais a disfrutar la exploración en Control, lo que más lo diferencia sin duda con anteriores títulos de Remedy.
La historia se puede terminar en unas 12 o 15 horas, dependiendo de cuánto te entretengas con los contenidos secundarios y explorando, y se puede ir fácilmente a la veintena si deseas completarlo todo, en un platino o 1000G bastante asequible.
Visualmente potente, técnicamente discreto
Como ya hemos comentado, algo que hacen muy bien en Control es crear imágenes potentes y estimulantes, atmósferas inquietantes y de ensueño, en una fantástica dirección de arte, posiblemente de lo mejor del juego. Es una pena que el apartado técnico no acompañe tanto, y al menos en consola nos ha parecido bastante discreto, y con algunos problemas técnicos como caídas graves en la tasa de imágenes, así como unas texturas y otros detalles un tanto feos, por ejemplo el modelado de las caras y las expresiones faciales de los personajes, más propios de un título casi indie.
Quizás es aquí donde se note más la falta de presupuesto, ya que ha debido de ser una producción muchísimo más barata que los dos anteriores trabajos de Remedy, aunque esto lo compensan con personalidad y talento, y tiene momentos visualmente muy espectaculares, de esos que se quedan grabados en las retinas, algo que no es tan fácil de encontrar en un videojuego.
"¿Me estás nombrando virreina?"
Y es ahora donde llegamos al momento más incómodo de este análisis, cuando toca hablar del polémico doblaje al español. Sí, es tan malo como podría parecer, aunque no es el desastre que puedes llegar a imaginar escuchando ciertos momentos aislados, como el peculiar hombre de mantenimiento, que habla "raro" por un motivo argumental, aunque el resultado en español haya sido poco menos que ridículo.
Es un doblaje que falla en la interpretación y la dirección de actores, y que además para agravar el problema carece de cualquier sincronización con lo que está ocurriendo en pantalla, lo que hace que sea todavía más desconcertante. Esto podría dar pie a un interesante debate, si es mejor un mal doblaje en español que no tener ninguno, y al menos nosotros tenemos clara la respuesta: para hacer mal las cosas, mejor no hacerlas. En cualquier caso se pueden elegir las voces en inglés sin problemas en el menú de opciones, pero es una pena que el bien intencionado esfuerzo por doblarlo se haya convertido en algo negativo y en motivo de mofa.
El resto del apartado sonoro, como los efectos y la banda sonora, cumple bien su cometido, aunque quizás la música pasa más desapercibida de lo que debería.
Una interesante y divertida aventura de acción
Lo mejor que se puede decir de Control es que es Remedy en estado puro: una aventura con una historia muy elaborada y unos tiroteos divertidos, que en esta ocasión se enmarcan en una estructura menos lineal y donde la exploración cobra un gran protagonismo, algo que aporta un toque de frescura frente a sus anteriores juegos.
Esto no hace que esté exento de problemas: su manera de contar la historia con decenas de documentos se llega a hacer muy pesada, los combates en el último tercio de la aventura pierden toda su frescura y se llegan a hacer monótonos, y como metroidvania no acaba de dar la talla, se nota que no están habituados a hacer juegos con este tipo de estructuras. Pueden parecer muchas pegas, pero tenemos que admitir que no pudimos soltar el mando ni un momento hasta acabarlo, es entretenidísimo, y pocas cosas mejores podemos decir de un juego. Si os gustan las aventuras de acción y los títulos de este estudio, seguro que lo vais a disfrutar como nosotros.
Hemos realizado este análisis en su versión de Xbox One X con un código de descarga que nos ha proporcionado 505 Games.