Análisis de Resident Evil 7 (PS4, PS5, Xbox Series X/S, iPhone, Xbox One, PC)

Después del incesante giro hacia la acción que comenzó con Resident Evil 4 en 2005, la saga de Capcom fue perdiendo a lo largo de la última década todas las señas de identidad que convirtieron a Resident Evil en uno de los grandes éxitos de finales de los 90, y que pusieron moda el género del survival horror.

Esta pérdida de identidad no estuvo acompañada de un descenso de ventas, más bien todo lo contrario, y así Capcom siguió insistiendo en la idea de que lo que los jugadores querían era más acción, en detrimento del terror, los puzles, la exploración y la gestión de recursos. En definitiva, todo aquello que tanto nos enamoró en la primera entrega de 1996.

En 2012 la serie sufrió una catarsis con tres juegos tan diferentes como discutibles: Resident Evil 6, Resident Evil: Operation Raccoon City y Resident Evil Revelations, y tras el interesante Resident Evil Revelations 2 (2015) y el horrible Umbrella Corps (2016), por fin Resident Evil está de vuelta con su mejor juego en los últimos doce años, y con una de las mejores entregas de toda la serie. Y lo que es más importante para los aficionados a las aventuras de terror, con un regreso a los orígenes, recuperando todos los elementos que hicieron de la saga de Capcom un referente en el mundo de los videojuegos.

Cambiando la perspectiva de tercera a primera persona y tomando prestadas algunas ideas de los exitosos juegos de terror contemporáneos, Resident Evil 7 es lo que los fans de la saga habían estado pidiendo a gritos en los últimos años: un regreso al survival horror, a los puzles, la exploración, el ir contando las balas, al temer cada enfrentamiento, el aprenderse los escenarios de memoria y al jugar siempre con tensión, deseando saber lo que se encuentra a la vuelta de esa esquina o en la siguiente habitación, pero a la vez temiéndolo, en una combinación de elementos irresistible que hacen imposible que te despegues de la pantalla.

Con sus más y sus menos, que ahora desgranaremos, Resident Evil 7 nos ha encantado, hemos disfrutado cada minuto con él, y nos ha sorprendido la manera tan natural en la que la fórmula clásica se ha adaptado a la perspectiva en primera persona. No nos queda ninguna duda, este es el camino adecuado para Resident Evil, la senda correcta para volver a tomar impulso y seguir mejorando, y a los que os enamoraron las primeras entregas y estabais desencantados con el rumbo que había tomado la serie, estamos seguros que este juego os va a sorprender muy gratamente. Porque además, Capcom ha sabido gestionar muy bien las expectativas y apenas había mostrado nada de lo que esta interesante aventura escondía, que es mucho y muy bueno.

Bienvenidos a la familia

Una de las grandes incertidumbres de esta nueva entrega venía por la parte argumental, al no saber si estaba conectada con el resto de la saga de alguna manera, y si volverían rostros conocidos. No vamos a ser nosotros los que os estropeemos la sorpresa, y solo os vamos a decir que la historia es muy sencilla pero interesante, que tiene algunos giros argumentales bastante chulos, y que sin deslumbrar funciona correctamente, como casi todo en esta aventura. Resident Evil 7 hace de la sencillez una virtud, y es algo que se ve reflejado en todos los aspectos del juego.

Nos metemos en la piel de Ethan Winters, un personaje del que apenas sabemos nada más allá de su objetivo: su mujer lleva desaparecida más de tres años, y de repente una pista le lleva hasta una recóndita localidad en Louisiana, donde se han estado produciendo una serie de extrañas desapariciones alrededor de una granja. Ya casi desde los primeros minutos las sorpresas y los sobresaltos se suceden sin descanso, con una ambientación perturbadora y malsana, más realista que nunca, pero a la vez más macabra y disparatadamente violenta y gore, recordando al cine de terror y los slasher de los 70 y 80, a películas como La matanza de Texas o Las colinas tienen ojos.

Resident Evil 7 tiene unas primeras horas espectaculares, brillantes, y cuanto más indefensos y vulnerables nos sentimos, mejor es el juego, una máxima que se repite a lo largo de la aventura. No, no intenta copiar a Outlast, Amnesia o P.T. como engañosamente había podido dar a entender su demo, y aunque tiene algunas situaciones parecidas a las de esos juegos, son en momentos aislados y muy puntuales, y todos los elementos clave de las primeras entregas están de vuelta.

Debemos explorar los escenarios con mucha atención para recoger todos los objetos y recursos, descubrir pistas y leer documentos. Hay que resolver puzles para seguir avanzando, y el inventario tiene un espacio limitado, así que debemos gestionarlo con cuidado y decidir en cada momento qué debemos llevar o no. Hay enfrentamientos, pero no se abusa de ellos y debemos contar cada bala, y tanto por ambientación como por diseño Resident Evil 7 sabe mantenernos en tensión constantemente, algo importantísimo en un juego de terror.

Hay jefes finales, algunos de ellos brillantes, y el cambio de perspectiva no se siente como un capricho o una imposición de los tiempos que corren, y ayuda un montón a incrementar la tensión y a que nos metamos más de lleno que nunca en su ambientación. Ya que gracias a un acertadísimo motor gráfico, y un espectacular trabajo de diseño de sonido, estamos ante un juego de terror que audiovisualmente es una delicia, irreprochable, y todo moviéndose a unos agradables y sorprendentes 60fps.

Hasta ahora todas las palabras de este texto reflejan nuestro entusiasmo hacia el juego, que no podemos ocultar, pero esto no quiere decir que no le hayamos visto pegas y cosas mejorables, que en ningún caso empañan una experiencia que en líneas generales es muy satisfactoria e incluso redonda. Sin ir más lejos y teniendo cuidado para no caer en spoilers, los enemigos a los que nos enfrentamos nos han parecido poco variados y sin carisma, algo en lo que precisamente brillaban las primeras entregas de la serie.

Es curioso que es un error que ya cometió el interesante Resident Evil: Revelations, y que aquí vuelven a repetir sin ningún tipo de reparo. Echamos de menos la variedad y el acertado diseño de enemigos de las primeras entregas de la serie, esos zombis, perros, cuervos, lickers o arañas gigantes que han dado paso a unos enemigos informes y repetitivos que no infunden el mismo respeto que otro tipo de criaturas.

También nos hubiera gustado que los acertijos fueran un poco más difíciles, complejos y originales, aunque entendemos que es algo complicado de encajar en un juego contemporáneo con aspiraciones de llegar a un gran público. Sí agradecemos que sin ser excesivamente desafiante, su dificultad por defecto está por encima de la media de los juegos actuales, y nos obliga a jugar concentrados, maximizando el uso de los recursos que ponen a nuestra disposición, sin poder derrocharlos.

Por último comentar entre los aspectos negativos que el tramo final de la historia desentona con el resto de la aventura, pero su duración no es tan importante como para manchar la experiencia. Aun así nos hubiera gustado un final más redondo e impactante, que dejara un gran sabor de boca, a la altura de las primeras horas o el ecuador del juego.

Aunque a muchos os pueda parecer obvio, os animamos a que lo juguéis en su dificultad por defecto, en ‘normal’ (se puede elegir también ‘fácil’ en la primera partida), ya que aunque nos advierten que una vez comenzada la partida no se puede cambiar, ya os decimos que es un juego desafiante pero asequible, que no se acerca ni mucho menos a la dificultad de las primeras entregas de la saga. Culpa de ello es que cuenta con puntos de control automáticos, y aunque tenemos que guardar partida en sitios concretos de los escenarios (sin limitaciones, no hay cintas de tinta), al tener puntos de control no debemos preocuparnos demasiado por guardar.

Otro aspecto que es importante comentar y que imaginamos que va a levantar cierta polémica es el de su duración, ya que se puede completar en unas 9 o 10 horas, incluso habiendo conseguido un gran porcentaje de sus coleccionables y documentos. Esta duración, que a simple vista se puede antojar corta, hace que el juego no tenga relleno y en ningún momento se sienta alargado artificialmente, siendo muy redondo. Una vez que te lo has pasado se desbloquean nuevas armas y objetos, dificultades extra, y como es habitual en la serie te empujan a jugar una segunda o tercera vuelta, pero la experiencia realmente buena e impactante es la primera partida, ya que es una aventura que juega mucho con las sorpresas, y evidentemente su impacto se produce una única vez.

Lo que nos molesta de los contenidos de Resident Evil 7 no es la duración en sí misma de la aventura, que es bastante acertada, es el hecho de que un juego que dura unas diez horas tenga un Pase de temporada de 30 euros, por lo que en teoría prometen que pagando podremos obtener casi un 50% más del contenido original. No recordamos un ejemplo reciente de un juego tan corto con un pase de temporada tan largo.

Nos gustaría contaros algunos de sus mejores momentos, cómo son sus sorprendentes jefes finales, o el ingenioso uso que se hace de las cintas VHS opcionales para contarnos historias paralelas que a su vez tienen repercusión en el desarrollo de la historia principal, pero hemos preferido modernos la lengua, ya que como Capcom ha orquestado en su campaña de promoción, cuanto más vírgenes lleguéis a Resident Evil 7 mejor, seguro que os sorprenderá tanto como a nosotros.

Terror en VR

Un valor añadido exclusivo de la versión de PS4 es el hecho de poder jugarlo íntegramente en realidad virtual con PlayStation VR. Es uno de los primeros grandes títulos para este dispositivo (tras muchas pequeñas experiencias o juegos poco ambiciosos) que podemos disfrutar íntegramente con la realidad virtual de Sony, y es un hecho que sin duda van a agradecer sus poseedores, que seguramente no le hayan dado demasiado uso en el último mes.

Y sí, se puede jugar y disfrutar sin problemas a Resident Evil 7 en VR, ganando en unos aspectos y perdiendo en otros respecto a hacerlo en un televisor. Lo que ganas de inmersión y de llevarte algunos sobresaltos, con algunas escenas muy impactantes en VR, lo pierdes en calidad gráfica, con unas texturas muy pobres en realidad virtual. Y el grado de detalle y atención que aporta a la hora de explorar los escenarios y observar los entornos en VR, se pierde en las escenas de acción más intensas, que se vuelven mucho más complicadas en realidad virtual.

Sobre la gran duda de si marea o no, con las opciones activadas por defecto, con la cámara dando giros de 30 grados lateralmente, nosotros hemos podido jugar sin problemas ni malestar, aunque en cualquier caso hay que ser responsable y no jugar sesiones muy prolongadas, de no más de una hora. El juego incluye muchísimas opciones de VR, para que que configuremos una experiencia a nuestra medida, y se nota que Capcom ha trabajado mucho en este modo, que no es un simple parche.

¿Es Resident Evil 7 el gran salvador de la VR, o el juego que la justifica? Pues es nuestra opinión no, y aunque es una experiencia curiosa, pasados unos minutos nos parece más grato y satisfactorio jugar de una manera tradicional en un gran televisor. En cualquier caso, es una buena noticia para esta tecnología, demostrando que se pueden adaptar grandes juegos a la realidad virtual.

Impecable audiovisualmente

Ya lo hemos comentado antes de pasada, pero es casi imposible ponerle una pega a los gráficos y el sonido de Resident Evil 7, dos elementos muy importantes para crear un gran juego de terror. El nuevo motor utilizado para la ocasión, RE Engine, es perfecto para este juego, uno que se mueve en espacios casi siempre reducidos, con muchos detalles en los escenarios, y con una iluminación muy realista, con entornos oscuros.

En muchas ocasiones consiguen aquello que tanto nos gustó en P.T., la ya mítica demo del cancelado Silent Hills, el hecho de ser fotorrealista gracias a la excelente iluminación y la cantidad de detalles de los escenarios, y aunque las texturas a veces no son gran cosa, la ambientación es tan buena que hace que ni te fijes ni le des demasiada importancia a sus pequeñas carencias visuales. E incluso mejor que los gráficos es el sonido, simplemente excelente, algo vital en un juego de terror.

Con los efectos sonoros consiguen que siempre estés intranquilo, al escuchar extraños ruidos en la habitación de al lado, pisadas inquietantes, sonidos guturales, y la banda sonora pasa a tener un papel secundario, aunque no por ello menos bueno, cumpliendo con acierto su función en las sombras. A España llega con las voces dobladas en castellano, en un trabajo correcto, y que siempre se agradece.

Vuelve el terror a Resident Evil

Hemos disfrutado muchísimo Resident Evil 7, una aventura de terror muy divertida y redonda, que recupera los elementos clave de las primeras entregas de la saga, pero que a la vez moderniza la fórmula sin perder su esencia. Un juego corto pero directo y que va al grano, con una historia sencilla pero efectiva, y un gran magnetismo para tenernos pegados al mando y la pantalla y que no queramos despegarnos, queriendo descubrir que nuevo horror nos espera detrás de la siguiente esquina.

Se va a ganar muchos aplausos y también cierta controversia, por cómo coquetea con las expectativas de los fans, pero es exactamente el juego que en estos momentos la saga necesitaba: una gran aventura de terror, ni más ni menos. Una sorpresa muy agradable para empezar el año, y una senda que esperamos Capcom continúe con las siguientes entregas de la serie.

Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con una copia que nos ha proporcionado Koch Media.