Análisis Halo Infinite, el regreso triunfal del Jefe Maestro (Xbox Series X/S, Xbox One, PC)

Ha sido un largo camino tanto para 343 Industries como para los fans del Jefe Maestro, pero tras un repentino retraso de todo un año y alguna que otra polémica por su apartado visual, por fin tenemos a Halo Infinite entre nosotros, la nueva entrega principal de esta importantísima saga que marcó un antes y un después en la industria del videojuego. Y por si alguien tenía dudas sobre la calidad del producto final, ya podemos confirmaros que el regreso del icónico Spartan hace justicia a su legado y nos deja con uno de los mejores shooters en primera persona de los últimos años.

A continuación podéis ver nuestro análisis en vídeo, con imágenes capturadas de la versión de Xbox Series X:

También podéis escuchar nuestra nota de voz, en esta ocasión dos audios en el que os contamos qué nos ha parecido la campaña y el multijugador.

Una campaña espectacular con unos tiroteos de lujo

Como suele ser habitual en la serie, el título se divide en una campaña para un jugador y en un completo modo multijugador competitivo que esta vez es de acceso gratuito para todo el mundo. Centrándonos en lo primero, decir que nos llevará a vivir una épica aventura ambientada 18 meses después de Halo 5: Guardians en la que tendremos que acompañar a John-117 en una peligrosa misión para evitar que los Desterrados lleven a cabo sus misteriosos planes en la estación Zeta Halo.

La historia, dentro de su sencillez y lo confusa que resulta durante los primeros compases hasta que nos conseguimos ubicar, nos ha gustado mucho, especialmente por el espectacular tratamiento que hace de la figura del Jefe Maestro (tiene algunos momentazos y frases que nos recuerdan por qué sigue siendo toda una leyenda viva y uno de los grandes iconos del medio), el ritmo al que plantea sus interesantes interrogantes y la forma en la que amplía el trasfondo de la saga. Además, las secuencias de vídeo están dirigidas con muchísimo gusto.

Pero como siempre decimos, esto es Halo y aquí venimos a disfrutar, sobre todo, de los impecables tiroteos por los que siempre se ha caracterizado la licencia, algo que 343 Industries ha bordado y perfeccionado hasta niveles sorprendentes. De hecho, el gunplay es una auténtica delicia que consigue hacer que el uso de cualquier arma resulte en una experiencia tremendamente gratificante a los mandos. No hay dos que sean ni parecidas y escoger bien nuestro arsenal según la situación suele suponer la diferencia entre una victoria gloriosa y una humillante derrota.

Además, ahora contaremos con una serie de nuevos gadgets que aportan algo más de profundidad a los tiroteos y hacen de nuestro héroe un personaje mucho más versátil. Entre ellos destaca con luz propia un utilísimo gancho con el que se pueden llegar a realizar auténticas virguerías tanto a la hora de desplazarnos como a la de combatir que ayuda a hacer de los enfrentamientos algo considerablemente más dinámico y espectacular. Tanto es así que los escenarios son ahora muchísimo más verticales y están repletos de oportunidades para que siempre encontremos formas de sacarle partido a este nuevo "juguete". Hablando de escenarios, nos vemos obligados a aplaudir el buen diseño de niveles del que hace gala durante casi toda la aventura, planteando unas arenas de combate muy amplias que nos permiten afrontar una misma batalla de infinidad de formas distintas.

Pero si hay algo que hace que estos tiroteos brillen tantísimo lo tenemos en los enemigos y su IA. De entrada, nos encontramos con que hay una variedad de rivales más que notable, todos ellos con sus propias características, peculiaridades y comportamientos únicos que nos obligan a encararlos con diferentes estrategias en mente, algo a lo que debemos sumar una IA sobresaliente que consigue por sí sola que la experiencia de combate sea tremendamente inmersiva. Los rivales reaccionan de forma coherente a lo que ocurre y hacemos, no tienen problemas a la hora de interactuar con el entorno y tomar cobertura, se organizan entre ellos para sacarnos de nuestros escondites y emboscarnos, rompen filas si eliminamos a sus líderes, sienten miedo, pueden lanzarse a la desesperada si se ven contra las cuerdas, etcétera.

No es que sea algo nuevo en la saga, pero sí que se ha vuelto a recuperar el nivel que alcanzó Bungie y que se perdió con Halo 4 y Halo 5: Guardians, por no hablar de lo refrescante que resulta poder disfrutar de un título que a día de hoy cuida este apartado, lo que tristemente es cada vez menos habitual. Esperemos que otros estudios tomen nota y este se convierta en el camino a seguir, ya que hay una gran diferencia entre disparar a rivales que son poco más que patos de feria y enemigos que transmiten la sensación de ser muy reales. Y sí, cuanto más subáis la dificultad, más listos serán, llegando a un punto en Legendario que nos ha dejado con la boca abierta no pocas veces.

Una estructura familiar, pero con novedades

Más allá de los tiroteos, una de las mayores dudas que había en torno a esta entrega radicaba en su estructura de mundo abierto y sobre lo bien o mal que le sentaría a la serie este cambio, así que vamos a atajar esta cuestión ya: Halo Infinite no es un juego de mundo abierto. Se trata de una aventura de corte lineal en la que la historia va guiando nuestros pasos para llevarnos de una misión a otra con la peculiaridad de que hay unos pocos niveles que se desarrollan en unos mapas gigantescos repletos de actividades secundarias en los que nos dan total libertad para decidir lo que queremos hacer.

Estas fases tienen lugar sobre la superficie de Zeta Halo y en ellas encontraremos bases que conquistar, soldados que salvar, minijefes que derrotar para obtener armas modificadas, puntos de viaje rápido que desbloquear y un buen puñado de coleccionables, como documentos, calaveras con las que añadir modificadores a la partida o núcleos con los que subir de nivel nuestros gadgets para mejorarlos. Casi todas estas actividades opcionales suelen recompensarnos con puntos de valor, los cuales nos desbloquearán armas, vehículos y nuevos tipos de marines en los lugares de viaje rápido para que podamos acceder a ellos siempre que queramos.

Como veis, no hay nada aquí que resulte mínimamente original y se echa de menos secundarias más elaboradas o atractivas, aunque tal y como hemos dicho, los escenarios están muy bien diseñados y siempre se prestan a unos tiroteos excelentes y muy variados que podemos afrontar de innumerables maneras, lo que se ve potenciado, además, por la enorme escala de estos mapas y el uso de vehículos. Esto, al final, lo que consigue es que nos sintamos como auténticos guerrilleros en un planeta artificial repleto de blancos hostiles que quieren acabar con nosotros mientras nos las ingeniamos para sobrevivir en él y cumplir nuestra misión. Sumadle que cada fortaleza a conquistar tiene su propio diseño y objetivos y entenderéis lo bien que os lo vais a pasar abriéndoos camino a tiro limpio y planificando vuestras incursiones.

De todos modos, si este coqueteo con los juegos de mundo abierto no os llama la atención y queréis ir al grano, siempre podéis ir directamente a los lugares que os marque la historia principal y jugarlo como un Halo de toda la vida. De hecho, tened en cuenta que una vez terminéis una de estas misiones y empecéis la siguiente no podréis volver atrás hasta después de ver los títulos de crédito, momento en el que nos dan completa y absoluta libertad para terminar aquellas cosas que nos hubiésemos dejado.

La parte negativa la tendríamos en unos jefes que sin llegar a estar mal tampoco destacan, la falta de momentos realmente épicos (no esperéis nada en este sentido que siquiera se le pueda parecer a lo visto en Halo 3 o Reach) y, por supuesto, la ausencia de multijugador cooperativo de lanzamiento, algo para lo que tendremos que esperar, mínimo, hasta mayo. Una auténtica pena, ya que disfrutar de estas aventuras junto a nuestros amigos es una parte fundamental de la saga y esta campaña en concreto se presta muchísimo a ello.

En lo que respecta a su duración, comentar que nos ha llevado unas 20 horas completar el juego por primera vez en Heroico sin entretenernos demasiado, por lo que la cifra puede aumentar considerablemente a poco que juguéis en Legendario y le dediquéis tiempo a todas sus actividades secundarias, dejándonos con un título muchísimo más largo y grande que cualquiera de sus predecesores.

Un multijugador competitivo con una base excelente

Cambiando de tercio para centrarnos en su multijugador competitivo, tenemos que recordaros que actualmente se encuentra en beta y que ya está disponible para todo el mundo. Además, al tratarse de un producto gratuito no necesitaréis ni estar suscritos a Xbox Live Gold para poder jugarlo en vuestra Xbox One o Xbox Series X/S, algo que siempre es de agradecer.

Una vez dicho esto, lo que nos ofrece es, sin lugar a dudas, uno de los mejores exponentes de su género, recuperando la esencia más clásica y pura de la serie para deleitarnos con partidas de 4 contra 4 o 12 contra 12, aunque también podremos disfrutar de algunos modos todos contra todos si creamos salas personalizadas para jugar exclusivamente con amigos.

Estando ya en partida, lo que nos encontramos es el mismo y exquisito gunplay de la campaña con unos mapas sobresalientemente diseñados que dan pie a todo tipo de estrategias, jugadas y locuras que dotan a las partidas de un dinamismo increíble y un ritmo frenético. No hay ni un solo momento en el que no estén ocurriendo cosas o en el que no nos topemos con un enemigo, por lo que no tendremos tiempo para aburrirnos o relajarnos, lo que se traduce en diversión directa, sencilla y sin complicaciones.

Además, al tener una jugabilidad tan familiar resulta un título muy accesible para todo tipo de jugadores, sean nuevos o veteranos, de forma que nadie tendrá problemas a la hora de coger el mando, ponerse a pegar tiros y disfrutar de su propuesta sin mayores frustraciones, lo que hace de él un juego fácil de jugar, pero difícil de dominar.

Para redondear las cosas, nos ha gustado comprobar la gran variedad de modos y mapas que hay de lanzamiento, así como la introducción de pequeños pero agradecidos detalles, como la presencia de bots para suplir jugadores cuando alguien se sale a mitad de partida mientras el sistema de emparejamientos busca a alguien más o la posibilidad de soltar el arma que empuñemos sin necesidad de recoger otra. Y sí, tanto crear grupo con nuestros amigos como buscar una sesión de juego es algo que se hace con una facilidad y rapidez pasmosa.

Como veis, se trata de un multijugador muy clásico que nos ha recordado muchísimo a lo que hizo Bungie en su día con Halo 3 y Reach, pero actualizando su jugabilidad, infraestructura online y gráficos a lo que cabría esperar de un juego que se lanza a finales de 2021, algo que solo puede ser bueno.

Esto equivale a una base tremendamente sólida que a poco que 343 Industries la cuide, amplíe y pula (algunos mapas se prestan un poco a convertirse en la fiesta de la granada y hay alguna que otra arma a la que no le vendría mal pequeños ajustes), podría aspirar perfectamente a convertirse en el mejor multijugador de toda la licencia.

Aun así, se nota que está actualmente en beta y hay detalles que requieren de una revisión urgente, empezando por las pocas listas de juego que hay disponibles, las cuales no separan el modo Asesino de los que funcionan por objetivos. Es decir, si solo quieres disfrutar de una matanza indiscriminada contra el otro equipo y no te interesa conquistar bases o capturar banderas, lo único que vas a poder hacer es cruzar los dedos para que toque la modalidad que quieres.

De la misma manera, el sistema de progresión mediante pases de batalla nos ha parecido que está muy mal equilibrado, pues la experiencia que recibimos por jugar es ridículamente y la única manera realmente efectiva de subir niveles en él es cumpliendo los retos que nos van marcando, algo que dista de ser lo ideal, ya que condiciona nuestra forma de jugar en vez de permitir que nos centremos en disfrutar de las partidas a nuestro gusto.

Todo esto hace que nuestros progresos vayan a cuentagotas y que tengamos que dedicarle una ingente cantidad de horas para poder desbloquear sus recompensas. El equipo de desarrollo no ha parado de hacer cambios y ajustes a este sistema, pero ahora mismo siguen sin haber dado con la tecla correcta. La buena noticia es que todo lo que se consigue de este modo o pagando con dinero real es pura y meramente estético. Hablamos de diseños con los que cambiar el aspecto de nuestra armadura, de nuestras armas o de nuestros vehículos, por lo que nadie tendrá ventajas artificiales dentro de una partida y el resultado de las mismas se decidirá por pura habilidad y buena estrategia de equipo.

De vuelta a los orígenes

A nivel visual nos encontramos con un título muy resultón que destaca sobre todo por una dirección de arte muy cuidada que recupera muchos elementos provenientes de la trilogía original, algo que se nota en cosas como el aspecto de los escenarios o el hecho de que los Desterrados, nuestros enemigos, sean una facción remanente del Covenant, lo que implica que volveremos a luchar contra todo tipo de rivales clásicos, como grunts, élites o brutes.

Si bien no esconde que es un juego intergeneracional, tampoco es menos cierto que en Xbox Series X cuenta con detalles muy buenos, como una distancia de dibujado increíble que beneficia, y mucho, a la jugabilidad al permitirnos ver y atacar a enemigos que están en la otra punta del mapa, por no hablar de lo bien que funciona su espectacular sistema de iluminación para crear estampas muy memorables. Quizá los modelados y ciertas animaciones podrían dar para más, al igual que determinadas texturas, pero el resultado es más que notable y satisfactoria. Además, permite jugar a 4K dinámicos y 60 fps en Modo Calidad, mientras que en Rendimiento podremos alcanzar los 120 fps a cambio de sacrificar resolución, unas especificaciones que se aplican tanto a la campaña como al multijugador.

Finalmente, no nos queda otra que quitarnos el sombrero ante el portentoso trabajo que ha realizado Gareth Coker (Ori and the Will of the Wisps) con la banda sonora, calcando el estilo musical de Martin O’Donnell y rescatando algunas de sus partituras más míticas, lo que ha conseguido ponernos los pelos de punta en más de una ocasión mientras jugábamos. El diseño de sonido también es una auténtica pasada, permitiéndonos ser plenamente conscientes de todo lo que sucede a nuestro alrededor con tan solo usar nuestro oído, los efectos son de una calidad altísima y el doblaje nos llega con unas sobresalientes interpretaciones en español por parte de los actores habituales de la serie.

Conclusiones

A pesar de la incertidumbre que ha rodeado a su desarrollo, 343 Industries puede sacar pecho de lo que ha conseguido con Halo Infinite, firmando la mejor entrega de la saga desde que Bungie la abandonara y uno de los mejores juegos de todo 2021. Una campaña larga y con unos tiroteos impecables que nunca cansan, un multijugador competitivo que difícilmente podría ser más divertido y que ya nos ha dejado innumerables momentazos, una gran dirección artística y una banda sonora espectacular son sus principales cartas de presentación, unas virtudes que se sobreponen fácilmente a sus pocos defectos. Sí, todavía hay cosas que mejorar, por no hablar de ausencias tan dolorosas como la falta de cooperativo para la campaña o el Modo Forja (que, repetimos, llegarán más adelante), pero eso no quita que estemos hablando de un grandísimo producto con un futuro brillante que hace honor al buque insignia de Microsoft y que podemos recomendar sin que nos tiemble el pulso lo más mínimo. El Jefe Maestro ha vuelto por todo lo alto y no le vendría mal vuestra ayuda, ¿estáis listos para terminar la lucha?

Hemos realizado este análisis en Xbox Series X con un código que nos ha proporcionado Xbox España.