Microsoft lleva bastante tiempo trabajando para poder agilizar las instalaciones de Windows 10 evitando así que los poseedores de su sistema operativo tengan que esperar, a veces, incluso tiempos de más de una hora para actualizarse, sobre todo en equipos más modestos.
Para la Creators Update que se lanzó en abril del año pasado, el tiempo medio de instalación fue de 82 minutos, algo que los de Redmond no quieren volver a repetir y que quieren arreglar de cara a la próxima gran actualización de Windows.
Según la propia Microsoft, el sistema ha mejorado de tal manera que Windows 10 Spring Creators Update sólo tardará en instalarse unos 30 minutos de media, bastante menos si contamos con un equipo potente.
Para lograrlo, Microsoft ha decidido que cada vez más tareas de la instalación se hagan en segundo plano mientras el usuario está utilizando el equipo, minimizando los pasos críticos que deben de hacerse con el equipo fuera de línea o del control del usuario.
"Debido a estos cambios", comentan desde Microsoft, "la fase online tardará más en completarse. Sin embargo, esto no lo notarán la mayoría de los usuarios ya que la instalación se produce en prioridad baja por lo que no tendrá un gran impacto en la batería o el rendimiento del sistema".
