El 18 de octubre de un ya lejano 2013 se lanzó Windows 8.1, un sistema operativo destinado a corregir los múltiples fallos que nos encontramos en Windows 8 y que no fue demasiado bien acogido por los usuarios del S.O. de Microsoft.
Ayer, casi 10 años después de su lanzamiento, fue el último día de vida del sistema operativo ya que desde el día de hoy Microsoft ha dejado de darle soporte extendido (el soporte básico terminó ya en 2018), lo que significa que desde ahora no se van a corregir errores que puedan seguir presentes y, lo que es más importante, no va a contar con actualizaciones de seguridad por lo que más pronto que tarde vamos a estar ante un sistema aún más vulnerable.
Por fortuna, aquellos que aún siguen usando Windows 8.1 van a poder actualizarlo de forma completamente gratuita pudiendo convertirlo en Windows 10 o en Windows 11 sin coste adicional siempre y cuando sus equipos cumplan con los requisitos mínimos para poder mover los sistemas operativos más actuales que, por otro lado, ya son prácticamente indispensables para jugar a la mayoría de los nuevos lanzamientos del mercado.
Apenas un 0.41 % usaba Windows 8.1 para jugar
Como curiosidad, no creemos que el fin del soporte adicional de Windows 8.1 vaya a molestar a casi nadie ya que en la actualidad tan solo un 0,41 % de los jugadores de Steam utilizaban este sistema operativo. Para que os hagáis una idea, incluso Windows 7 de 64 bit le supera a pesar de ser más antiguo (un 1,66 % de uso) mientras que Windows 10 sigue siendo el más popular con un 65,42 % de cuota seguido por Windows 11 con un 28,42 % y con un progreso lento pero seguro.
Vosotros, ¿utilizasteis alguna vez Windows 8.1 o, como muchos otros, preferisteis quedaros en Windows 7 hasta la llegada de Windows 10?
