El garrafón tiene los días contados. El Ministerio de Hacienda de España quiere evitar que las botellas rellenas de líquido alcohólico de peor calidad sigan causando tan prejuicio a la economía y atentando contra la salud pública. Además de gravar con nuevos impuestos especiales asociados al alcohol de alta graduación, introducirá nuevas medidas de seguridad en las marcas fiscales o precintas que figuran en las botellas de whisky, ron, ginebra o vodka.
Un nuevo proyecto de orden que busca garantizar la seguridad
El ministerio de María Jesús Montero ha elaborado un proyecto de Orden muy completo que pretende dar desarrollo al artículo 26 del reglamento de los Impuestos Especiales, aprobado por decreto el pasado diciembre, y que busca añadir un nuevo tipo de precinto de seguridad en el tapón o cuello de los envases de las llamadas bebidas derivadas, aquellas que superan normalmente los 22 grados. Este precinto, que sirve para identificar que el producto circula con el impuesto pagado, ahora será una nueva medida de seguridad.
Las bebidas deberán incorporar a partir de 2020 un código electrónico de seguridad que ayudará a los consumidores, compradores y dueños de negocios verificar inmediatamente la autenticidad del producto, ofreciéndoles la posibilidad de enlazar telemáticamente cada precinta con los datos relativos al fabricante o establecimiento correspondiente y a su titular. Estos precintos inteligentes o timbrados, están siendo desarrollados y elaborados por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, la misma que se encarga de poner en circulación otro tipo de productos impresos de gran calidad como los billetes de euro.
Una vez entre en vigor, cada marca incluirá un código de seguridad QR que será legible mediante cualquier dispositivo electrónico para facilitar el control de estos productos. Este precinto, incluirá datos del lote de producción, la graduación, el tipo de producto, la capacidad de cada botella y si el fabricante quiere, podrá añadir información comercial extra para los consumidores como modo de empleo, recomendaciones y demás.
Más allá del fin recaudatorio, pues el nuevo sistema mejorará sustancialmente la capacidad de la AEAT en el ámbito fiscal, se ayudará a controlar la calidad del alcohol despachado.
El nuevo precinto hará más difícil la falsificación y la reutilización de estas precintas, evitando el garrafón, y según Sanidad, se podrá verificar la trazabilidad del producto con mayor exactitud. Cualquier cliente o consumidor podrán verificar, con su propio teléfono móvil, la autenticidad de la precinta que va incorporada en cada botella, controlando qué están tomando en todo momento. Esta medida, que entrará en vigor en 2020, obligará a establecimientos, vendedores artesanales y grandes productores a cumplir con los nuevos estándares de calidad y seguridad alimentaria.