Megalópolis, un proyecto del que llevamos años hablando y que puede ser uno de los filmes más ambiciosos del año y una de las grandes películas de la historia, ha tenido un rodaje complicado y una distribución que no termina de salir adelante. Hablamos de la nueva película de Francis Ford Coppola, el director de El padrino, que ahora se adentra en su proyecto más personal y colosal. Tras sortear problemas de presupuesto, parece que la crítica y los miembros más selectos de Hollywood están encantados con el resultado final de este cuento sobre la reconstrucción de Nueva York en un futuro distante, pero las grandes productoras y distribuidoras no quieren estrenar la película en cines por miedo a un fracaso. Ahora, en Francia, parece que ha encontrado aliados. Y Apple y Amazon están luchando por hacerse con los derechos de una apuesta arriesgada en el ámbito cinematográfico.
Megalópolis puede ser una de las mejores películas de la historia y ahora Amazon y Apple luchan por hacerse con lo nuevo de Francis Ford Coppola: ¿les saldrá bien la apuesta?
Coppola, que se recupera del triste fallecimiento de su esposa hace unas semanas, proyectó la película a un selecto grupo de críticos, amigos y miembros de la industria de Hollywood. El aplauso fue unánime, pero también el rechazo: nadie quiere poner el dinero necesario para distribuir y estrenar la película en cines. Grandes del sector como Warner o Netflix han mirado hacia otro lado, y compañeros de profesión le han confesado que este tipo de películas no tienen cabida en el circuito comercial actual y que los estudios buscan otras inversiones de más fácil retorno en lo monetario. Lo que confesó Johnny Depp hace unos días. Sin embargo, parece que hay algo de luz a final del túnel.
Al menos sabemos que, tras unas arduas negaciones en Francia, la distribución de Megalópolis estará a cargo de la empresa Le Pacte, conocida por darle el empujón en salas a proyectos como Anatomía de una caída, una de las cintas de mayor tirón internacional en los últimos meses y uno de los grandes exponentes los pasados premios Óscar.
Según se informa, este acuerdo de distribución se realizará para cumplir con los requisitos para aparecer en competencia en el próximo Festival de Cine de Cannes. Pero el asunto es algo más complejo, ya que Megalópolis necesita una distribuidora en Estados Unidos. Netflix se ha bajado del carro, pero Amazon y Apple siguen en la dura pugna por hacerse con los derechos y darle un hogar en cines y en streaming -pasado un tiempo de la ventana de exhibición- en múltiples territorios.
La película es una apuesta arriesgada por varios motivos. Este capricho de Coppola, su trabajo más íntimo, ha sido financiado con su propio dinero, contando con la venta y la hipoteca de algunas de sus bodegas para sacarla adelante. No es la primera vez que el cineasta lo hace, jugarse el dinero de su propio bolsillo, en la filmación Apocalypse Now casi se arruina -bueno, y sin el casi- pero sí es una de las veces que más pasta pone sobre la mesa: ha invertido más de 120 millones de dólares. A esto hay que sumarle su historia, que nos narra la obsesión de un arquitecto que quiere reconstruir la ciudad de Nueva York como una utopía luego de un desastre devastador que ha hecho la ciudad cenizas, mientras entabla una relación en mitad del proyecto.
Ahora, tras haber pasado un tiempo prudencial desde los atentados del 11 de septiembre, que empujaron el proyecto a un cajón, Coppola ha decidido que es el momento ideal de mostrarla a las audiencias. Con un reparto único -Adam Driver, Aubrey Plaza, Nathalie Emmanuel, Shia LaBeouf, Forest Whitaker, Laurence Fishburne, Jon Voight, Dustin Hoffman, entre otros-, puede convertirse en un antes y un después en el Séptimo Arte. Veremos qué ocurre y cómo se resuelve este culebrón, que tiene visas de convertirse en una película de culto y que, aunque no triunfe, puede ser uno de esos momentos en los que la pantalla grande nos sorprende con una proyecto original, grande y único, algo al alcance de muy pocos genios y realizadores.