En los últimos años, hemos visto cómo la cultura de la cancelación o la 'cancel culture' empieza a copar cada vez más titulares. Actores y actrices, así como otras personalidades, se pronuncian sobre un tema polémico en contra de la opinión popular o imperante o simplemente intentan debatir o acaban surgiendo tuits y declaraciones antiguas y, automáticamente, se encuentra siendo cancelado y condenado al ostracismo por millones de personas. Actores como Bryan Cranston han criticado duramente esta actitud, pues piensa que hay que debatir y pedir perdón si alguien se equivoca y no condenarlo para siempre por disentir. Matthew McConaughey ha ido más allá, abogando por la libertad de expresión. Ahora es Kevin Hart, el humorista y actor de Hollywood, el que ha criticado esta actitud (vía The Times y Cinemanía).
Hart cree que cagándola uno crece como persona
Kevin Hart, que sufrió en 2019 la cultura de la cancelación sobre sus propias carnes. El actor, que iba a presentar la gala de los Oscar, se encontró abandonando un puesto único por culpa de unos chistes y una serie de comentarios poco sensibles que se destaparon cuando fue elegido para conducir la entrega de premios más importante de Hollywood. El intérprete, que ha seguido trabajando en cine y series, está promocionando Ser padre de Netflix bajo la dirección de Paul Weitz, una comedia en la que vuelve a hacer chistes de todo tipo. Sin embargo, cree que la hipersensibilidad del público estaría cargándose la comedia en múltiples ámbitos. Y en ese aspecto, critica duramente a la cultura de la cancelación. "Los comediantes se siente censurados ahora, pues tienden a pensar que las cosas que dicen volverán y les morderán el culo", comenta. Pero el humorista piensa que, cuando esto ocurre, no se tiene la perspectiva suficiente. Los críticos no contemplan el cambio o la evolución de una persona cuando se rescatan chistes antiguos, vídeos de hace unos años o comentarios sacados de contexto.
"Si la gente quiere sacar cosas, volver a los mismos tuits de siempre, adelante. No hay nada que pueda hacer. Están viendo una versión más joven de mí mismo: un comediante que intenta ser gracioso y fracasa en el intento", prosigue. "Yo me disculpé. Y ahora comprendo cómo se ve aquello que dije. Miro hacia atrás y me avergüenzo. Así es el crecimiento, se trata de crecer. A mí personalmente me importa una mierda la cultura de la cancelación. Si alguien ha hecho algo realmente perjudicial, entonces, absolutamente, debería haber consecuencias", añade abogando por la evolución de aquel que comete un error. Pero es aún más crítico. "Pero cuando se trata de ‘¡alguien ha dicho eso, hay que quitarle de en medio!’... ¿de qué estamos hablando? ¿Cuándo hemos llegado a un punto en que se supone que la vida es perfecta? ¿Se supone que la gente tiene que comportarse perfectamente todo el tiempo? No lo entiendo", prosigue.
"Mira, no espero la perfección de mis hijos, ni de mi esposa, amigos o empleados. Porque, la última vez que lo comprobé, la única forma de crecer es cagándola. No conozco a ningún niño que no haya metido la pata o no haya hecho alguna tontería. Si permites que algo te afecte, lo hará. En lo que a mí respecta, no es así cómo actúo. Entiendo que la gente es humana. Todo el mundo puede cambiar. Es como la cárcel. Se encierra a las personas para que reciban una lección. Cuando salen se supone que son mejores, pero si salen y la gente les dices ‘no te voy a dar trabajo porque estuviste en la cárcel’, ¿para qué coño fueron a la cárcel?", matiza en relación a las personas que se reforman o aprenden de sus errores. "¿Cómo no vas a darle una oportunidad? ¿Significa que toda tu vida debería acabarse por un error? ¿Sin oportunidad de cambiar? ¿De qué estáis hablando? ¿Y quién eres tú para tomar esa decisión?", concluye el actor, que ha protagonizado los éxitos de la saga Jumanji y que está rodando la adaptación del videojuego Borderlands junto a Eli Roth.
