Microsoft parece haber puesto punto y final a la vida útil de Kinect, su tecnología de detección de movimiento que, en un principio, era obligatoria en los primeros modelos de Xbox One y que se fue dejando de lado poco a poco con los nuevos modelos de la consola.
Hoy, los de Redmond han anunciado que dejan de fabricar Kinect Adapter, el accesorio USB que permitía conectar Kinect a Xbox One S y Xbox One X, dos consolas que nacieron sin el puerto necesario para conectar el sensor de Microsoft.
"Después de una cuidadosa reflexión, hemos decidido dejar de fabricar Xbox Kinect Adapter para centrar nuestra atención en lanzar nuevos y demandados accesorios de juegos en Xbox One y Windows 10", ha dicho un portavoz de Microsoft a Polygon.
Gracias, Vandal.