El fundador de Paypal ahora metido a filántropo tecnológico Elon Musk dio la campanada hace unos días con la presentación de su peculiar Lanzallamas de uso urbano, para "todos los públicos", nacido en el seno de su nueva apuesta, la compañía The Boring Company que está ubicada en California, Estados Unidos.
El artilugio, cien por cien funcional, tiene un precio de 500 dólares la unidad, unos 400 euros, y se anunció entre bromas a pesar de ser un arma cien por cien real. Musk prometió producir una tirada de 20.000 unidades que rápidamente ha sido cubierta por sus seguidores: en apenas unos días se ha agotado el stock del arma.
El lanzallamas ha sido uno de los hits del sector tecnológico de finales de enero y ha proporcionado a Musk la para nada desdeñable cantidad de 10 millones de dólares gracias a sus reservas. No ha estado libre de polémica, pues el artilugio, que para su creador es inofensivo y cumple todos los estándares, no está siendo bien visto por todos.
De hecho, en el Estado de California se ha presentado una queja formal contra la comercialización del dispositivo alegando que no debería ponerse a la venta, a lo que el propio Musk ha respondido que es más seguro que "un cuchillo de cortar carte". Quizás por ello ha comenzado a regalar un extintor valorado en 30 dólares a todos su compradores.
