Si bebes algo rosa serás más rápido, rendirás mejor y puede que te sientas mejor. Y el motivo tiene más lógica del que creemos. Según un equipo de investigadores de la Universidad de Wensminster, se ha encontrado una relación directa entre las bebidas de color rosa y un aumento en la capacidad o el rendimiento deportivo en tareas como correr. ¿Por qué? Pues siendo algo simples en esta entradilla, se debe a una especie de efecto placebo que se encuentra en nuestra cabeza (vía Gizmodo).
Pink power!
En Warhammer 40.000, el famoso juego de miniaturas de Games Workshop, los Orkos creen que si todos sus vehículos son rojo o los pintan de ese color, irán más rápidos y serán más eficientes en el combate o las carreras. Y quizás razón no les falta, pero se trata de una creencia. Ellos creen que es así. Y algo parecido ha pasado en este estudio de la Universidad de Wensminster, que ha sido realizado en 10 personas distintas y cuyas conclusiones, científicas y veraces, podéis consultar aquí. La conclusiones, repetimos, son claras: lo que hace que corramos más rápido después de beber algo de color rosa es una variante del conocido efecto placebo. El ser humano basa su capacidad para el esfuerzo físico no solo en la ingesta de azúcares o carbohidratos como fuente de energía, también en su percepción de cara a lo que va a ingerir. Es decir, nuestro organismo responde de forma clara y directa a la energía de los alimentos y bebidas que cree estar ingiriendo.
En el estudio, un equipo dirigido por el nutricionista deportivo Sanjoy Deb, seleccionó a 10 personas sanas y deportistas y se les explicó que lo que iban a probar era una nueva bebida deportiva o energética, cada vez más habituales. La prueba luego los invitaba a correr sobre una cinta durante media hora, ajustando el ritmo a lo que les pareciera. Antes de cada sesión, se les suministraba un pequeño vaso con líquido que, lógicamente, no aportaba ningún tipo de caloría. En la primera sesión, el líquido era transparente. Para la segunda sesión, se les suministró exactamente la misma bebida que en la primera prueba, pero con un tinte de color rosa. Tras tomarse esta bebida, los participantes mejoraron su velocidad aproximadamente una media de medio kilómetro por hora y fueron capaces de correr más distancia, con una mejora del rendimiento en términos brutos del 4,4%.
Vale, hay efecto placebo. ¿Por qué sentido tiene que sea el rosa el color escogido? Lo tiene. Los seres humanos percibimos ese color como sinónimo de dulce, y por lo tanto, de fuente de azúcares. Al tomar el vaso con líquido de color rosa, los participantes del estudio creían que estaban tomando más azúcar y pensaban que tenían más energía cuando corrían. "No existe ningún vínculo preestablecido entre el color de una bebida y su sabor o su valor como nutriente, pero si el color rosa se percibe como más dulce, las expectativas sobre la ingesta de azúcar o carbohidratos son mayores. Ello hace plausible que la ingesta de un líquido rosa antes o durante el ejercicio tenga beneficios de tipo ergogénico (de mejora del rendimiento) debido a un potencial efecto placebo", explicaba Sanjoy Deb. "Además, hay un incremento en las sensaciones placenteras al correr bajo los efectos de la bebida rosa, por lo que pensamos que existe un mecanismo psicofisiológico que habíamos pasado por alto hasta ahora", concluía.
