Tempestades y galernas será la decimotercera misión de historia de Final Fantasy XVI. Comenzará nada más terminar Lo que el viento se llevó. Nada más empezar se activará el obelisco de la Puerta este del bastión Norvent y además, desbloquearás las habilidades de Garuda, que permiten usar ataques de aire y ciertas habilidades en salto.
Estarás en el Prado de la Gloriosa. Hay unos cuantos enemigos normales, y una salida bloqueada al este-sudeste. Encontrarás alguna Poción, Ultrapoción y Rubia de los valles si vas hacia ahí.
Nada especialmente interesante, más allá de eliminar enemigos para conseguir experiencia, PH y alguna Beliciita. Ve al noroeste y, junto a la orilla del río, habrá un cofre que contiene un Guiláptero.
Desde ahí sigue hacia el marcador, habrá varios enemigos por el camino. A estas alturas hay un poco de todo: soldados, lobos, dragones avis, pajarracos... La verdad es que deberías ir con fuerzas como para hacer frente a todas estas amenazas menores. Verás una secuencia tras cruzar el puente. No pinta bien. Llegados a este punto, ya te dejan hacer viaje rápido de nuevo. Si vas a la guarida, puedes hacerte con la Espada bastarda, la Espada bastarda mejorada y la Espada bastarda superior. Cuando creas que Clive está listo, regresa al Prado de la Gloriosa, cruza el puente y sigue hasta el Nido del Dragón. La zona estará atestada de elementales del viento, que son como los minibosses del capítulo anterior, pero algo más flojos. Dejan caer materiales útiles, así que no es mala idea eliminarlos a todos.
Obviamente, hay una buena cantidad de objetos comunes para recoger. De camino al marcador activarás el obelisco Nido del Dragón y verás una secuencia. Se abrirá el mapamundi y podrás dirigirte al Ojo del huracán, donde se activará Vástago del destino.