Tras 30 capítulos, por fin hemos llegado a la esperadísima batalla final del Torneo de Poder de Dragon Ball Super, donde solo Jiren se interpone en la victoria y supervivencia del Universo 7. Sin embargo, tal y como ha demostrado el episodio de esta semana, la desventaja numérica del guerrero de las Tropas del Orgullo no parece que le vaya a afectar demasiado, dejando a Goku, Freezer, Vegeta y A17 en una situación desesperada.
El sacrificio de A17
El combate en sí comienza con Vegeta, quien debería de estar sin fuerzas tras haber liberado toda su energía en la explosión con la que consiguió derrotar a Toppo en el capítulo anterior, convirtiéndose en Super Saiyan Blue y lanzándose al ataque contra Jiren, obligando a A17 y a Goku a reaccionar y a ayudarle.
Esto da como resultado un interesante intercambio de golpes muy bien animado donde, ni siquiera siendo tres contra uno, consiguen hacerle el más mínimo rasguño a su oponente. Por suerte, Jiren baja la guardia al tumbar a Goku y Vegeta, momento que el androide aprovecha para colocarse en su espalda y atacar con una explosión de Ki que también acaba afectándole a él mismo.
Contra todo pronóstico, esto consigue dañar levemente al guerrero del Universo 11, lo que lleva a Goku y A17 a pensar que la única manera de derrotarle pasa por atacar con una técnica muy poderosa cuando este no pueda defenderse (algo un tanto obvio, por otra parte). De este modo, la nueva estrategia del Universo 7 consiste en que los dos saiyans distraigan a Jiren para que el androide pueda acertar con sus ataques.
Por desgracia, este plan no sirve de nada y acaban por lanzar un ataque conjunto de ráfagas de Ki que es violentamente contraatacado, lo que deja a los tres combatientes derribados en el suelo y casi inconscientes. Justo cuando parecía que Jiren iba a rematar la jugada, vuelve a aparecer Freezer con un ataque sorpresa. Sin embargo, la furia del malvado emperador no da muchos resultados y es derrotado una vez más con tan solo un par de golpes.
En este momento, A17 vuelve a levantarse y a encarar a Jiren, instante en el que Belmod aprovecha para contar el trágico pasado del héroe del Universo 11. Según explica, el poblado de este poderoso guerrero fue arrasado cuando era tan solo un niño por un poderoso villano. Tras quedarse huérfano, fue adoptado por un maestro con el que entrenó duramente junto a sus compañeros, aunque cuando por fin llegó la hora de enfrentarse al asesino de su familia, este seguía siendo demasiado fuerte y acabó con todos sus conocidos, incluyendo a su maestro.
Tras este último incidente, muchas de las personas con las que entrenó acabaron por darle la espalda, asustados por la fuerza de este maligno ser, lo que hizo que Jiren se sintiese traicionado y se obsesionase con la idea de llegar a ser el más poderoso del universo, considerando que todo se rige por la ley del más fuerte.
Tras esto, la batalla se reanuda y Jiren lanza un potentísimo ataque de Ki contra A17, quien se interpone con su escudo para proteger a los indefensos Goku y Vegeta. Viendo que no iba a ser capaz de detener esta técnica, el androide utiliza sus últimas fuerzas para escudar a los dos saiyans con una de sus barreras de Ki y hacer explotar el ataque de su rival.
Con esto último, A17 se sacrifica y recibe de lleno el impacto del golpe, muriendo en el acto y sin que suponga ningún tipo de penalización para el Universo 11, ya que cuenta como sacrificio propio y no como asesinato. Al menos, todo esto sirve para darles a Goku y Vegeta el tiempo suficiente para descansar y recuperar parte de sus energías, quienes consiguen levantarse a duras penas para seguir luchando contra Jiren, momento en el que finaliza el episodio.
Si bien el capítulo en sí nos ha dejado unas buenas secuencias de acción (con un dibujo mejorable, eso sí) y algún que otro momento memorable, lo cierto es que hay algunos detalles que no nos están terminando de convencer en lo que respecta a cómo se está llevando esta recta final de saga.
Por ejemplo, a pesar de estar prácticamente sin fuerzas, Goku es capaz de usar de forma casi permanente el Kaioken Blue sin sufrir ningún tipo de penalización o consecuencia por ello (aunque esto es algo que llevamos viendo durante todo el torneo). Que Vegeta sea capaz de adoptar su nueva transformación y luchar como hace de forma habitual tras haber hecho explotar toda su energía en el episodio anterior tampoco nos termina de cuajar, y la revelación sobre el pasado de Jiren nos ha resultado, cuanto menos, muy decepcionante por lo extremadamente tópica y cliché que resulta.
También tenemos ciertos detalles menores como la poca importancia que se le llega a dar a la muerte de A17 (Krilin ni llega a dedicarle unas palabras de consuelo a su mujer tras haber perdido a su hermano), algo que parece consecuencia de una narrativa apresurada por la presión de finalizar la serie en marzo.
Sea de un modo u otro, el próximo capítulo volverá a estar protagonizado por Vegeta, por lo que es de suponer que el orgulloso príncipe saiyan será el próximo eliminado, aunque, de momento, ninguno de los episodios en los que él ha sido la estrella nos han llegado a decepcionar, por lo que esperamos que, al menos, se despida del torneo por todo lo alto.
