Tras el parón de la semana pasada, Dragon Ball Super ha regresado con más fuerza que nunca gracias a un espectacular capítulo en el que, por fin, Vegeta ha sido el protagonista absoluto, deleitándonos con el genial y emocionante principio del fin del Torneo de Poder.
Vegeta contra Jiren
Esta vez el episodio comienza justo donde se quedó el anterior, con los ocho últimos supervivientes del Torneo de Poder preparados para luchar entre ellos, es decir, el Universo 7 (Goku, Vegeta, Freezer, Gohan y A17) contra el Universo 11 (Dyspo, Toppo y Jiren). Eso sí, antes de que se reanude la batalla, Zenosama decide juntar a todos los espectadores en una única grada para animar el ambiente, lo que provoca ciertas tensiones entre los miembros de los dos últimos universos participantes, quienes saben que el fin de uno de los dos bandos está a tan solo nueve minutos.
Tras este breve inciso, Goku y Jiren comienzan a combatir, mientras A17 y Gohan hacen lo mismo contra Toppo. Por su parte, Freezer se dispone a enfrentarse a Dyspo. Sin embargo, antes de que la batalla entre Goku y Jiren pueda escalar, Vegeta decide meterse por medio para luchar él mismo contra el poderoso guerrero del Universo 7, aunque es rechazado rápidamente, por lo que Kakaratto retoma el relevo.
Mientras ambos luchan, el orgulloso príncipe saiyan se da cuenta de que puede "ver" los ataques de Jiren, por lo que vuelve a sumarse a la batalla, dando pie a un interesante intercambio de golpes en el que el guerrero del Universo 11 es capaz de rechazar con facilidad a sus dos rivales. Sin embargo, en un momento dado Vegeta comienza a esquivar sus puñetazos y contraataca con un potente golpe al estómago que pilla a su enemigo totalmente por sorpresa.
Esto da paso a uno de los mejores momentos de todo Dragon Ball Super a nivel de animación, con una pelea entre Vegeta y Jiren realmente espectacular y con una coreografía muy cuidada y frenética. Aunque en un principio parece que el saiyan consigue presionar a su rival, este no tarda en reaccionar y en contraatacar ferozmente con un letal combo finalizado por una poderosísima ráfaga de Ki que empuja a Vegeta hasta el límite del ring, quien consigue salvarse justo en el último momento.
Antes de retomar la batalla, el capítulo nos lleva de vuelta a la batalla entre Freezer y Dyspo. Aunque podría parecer que este último no es rival para el malvado emperador del Universo 7, el veloz guerrero consigue pillar a Freezer por sorpresa y golpearle sin piedad contra una roca. Del mismo modo, vemos cómo Gohan y A17 lo están pasando realmente mal contra Toppo, dejándonos claro que el Universo 11 tiene ventaja actualmente, a pesar de estar en inferioridad numérica.
De este modo, regresamos al enfrentamiento entre Vegeta y Jiren, donde vemos al primero lanzar un potentísimo Final Flash que arrasa con todo y que sorprende incluso a los propios Dioses de la Destrucción. Por desgracia, el orgulloso saiyan canta victoria antes de tiempo, ya que su ataque no llega a hacerle ni un solo rasguño a su rival, quien contraataca y lo derrota con un único golpe, dejándole inconsciente en el suelo y al Universo 7 en una situación cada vez más desesperada.
Con esta escena finaliza este gran episodio, el cual nos ha dejado con muchísimas ganas de que llegue la semana que viene, especialmente tras ver en su avance que Vegeta conseguirá un poder que superará al del Super Saiyan Blue. No sabemos a qué se refieren exactamente con esto (¿comenzará a despertar el Ultra Instinto o llevará el Super Saiyan Blue más allá de su límite?), pero todo apunta a que los próximos capítulos no nos van a dejar ni un solo momento de respiro a poco que mantengan este genial ritmo.
