El Departamento de Igualdad en el Empleo y la Vivienda de California, Estados Unidos, demandó el 20 de julio a Activision Blizzard tras una investigación de dos años en las que concluyó que en los distintos estudios de la compañía se producía discriminación salarial, acoso y abusos de distinto tipo contra las mujeres y colectivos minoritarios. Aaron Halon, jefe de Sledgehammer Games, el estudio de Activision responsable de Call of Duty: Vanguard, habló sobre la demanda al inicio de una presentación digital del juego al que este medio pudo acudir.
"El equipo y yo vamos a presentaros nuestro nuevo juego hoy y estamos realmente emocionados de compartirlo con vosotros, pero antes de empezar, me gustaría abordar algunos eventos recientes", arrancaba Halon.
"Las historias y el dolor que la gente ha compartido son simplemente devastadores".
"Nos encanta hacer juegos. Es lo que hacemos. Es el trabajo de nuestra vida y lo amamos. Pero más importante que eso es que todos somos humanos. Estamos aquí para los demás, trabajando codo a codo y cuidando unos de otros en los buenos tiempos y en los malos", continuaba el responsable del estudio de Foster City.
"De parte de Sledgehammer Games y de todos los equipos que apoyan Call of Duty: Vanguard, el acoso de cualquier tipo va en contra de lo que defendemos como estudio. Todos, sin importar el cargo, el puesto, la orientación de género o su identidad étnica, siempre tiene que ser tratado con dignidad, respecto e igualdad".
Halon aseguró no poder comentar la demanda en marcha, pero aseguró estar comprometido con que "todos los miembros del equipo se sientan seguros, bienvenidos y respetados".
Los primeros efectos de la demanda
La demanda contra Activision Blizzard fue recibida por parte de la compañía con negación. Frances Townsed, vicepresidenta ejecutiva de asuntos corporativos, secretaria corporativa y directora de cumplimiento, envió un email interno (filtrado a distintos medios) donde definía la investigación como "distorsionada y falsa".
La respuesta motivó, además de la retirada de la ejecutiva de la red de mujeres de Activision-Blizzard-King a principios de agosto, que más de 1000 trabajadores de la empresa firmaran un comunicado cargando contra la compañía. Un día después, los empleados convocaron una huelga que fue seguida tanto presencialmente como telemáticamente, y que tuvo el apoyo de compañeros de otras firmas como Ubisoft, también bajo la lupa de distintos organismos.
El director ejecutivo Bobby Kotick anunció a principios de agosto, haciendo referencia a los acosadores y otras ovejas negras de la compañía: "La gente asumirá responsabilidades por sus acciones". Poco después J. Allen Brack, presidente de Blizzard, dejó su cargo. Unos días más tarde despidieron a Luis Barriga, director de Diablo 4; Jesse McCree, diseñador jefe de ese título; y a Johnathan LeCraft, diseñador de World of Warcraft.
Los accionistas de Activision Blizzard preguntaron a la compañía sobre este tema en numerosas ocasiones durante la presentación de su último informe financiero. Un bufete de abogados representante de los accionistas también investiga a la empresa. Los patrocinadores principales de la Overwatch League y la Call of Duty League están bajándose del barco de sendas competiciones.
Activision Blizzard ha contratado a la compañía legal WilmerHale para realizar una auditoría externa para revisar las políticas y procedimientos en práctica, de modo que se promueva un entorno de trabajo más respetuoso e inclusivo, según Kotaku. WilmerHale es la misma empresa contratada por Amazon que impide que sus trabajadores se sindicalicen.