Análisis de Resident Evil 6 (Xbox 360, PS3)

Resident Evil 6 es una mastodóntica superproducción, la más ambiciosa en la larga historia de la compañía japonesa Capcom. Es algo que palpamos desde el primer momento, uno de esos títulos en los que se nota que se han invertido muchos recursos humanos y económicos, y que va a por todas. Utilizamos muy a menudo el adjetivo espectacular para muchos juegos de acción, pero en el caso de la sexta entrega de Resident Evil le va como anillo al dedo. Espectacular e intenso, tanto que muchas veces te deja sin aliento, no da un segundo de respiro al jugador.

No dejaréis de alucinar, desde el principio hasta el final, con las mil y una peripecias que pasarán los protagonistas de esta larga aventura, que cuenta con tres campañas diferenciadas desde el inicio, más una cuarta que se desbloquea al acabar las tres primeras. En total más de 20 horas para acabarse una trepidante aventura de acción que sabe ser variada dentro de su mecánica de tiros, sutilmente diferente en cada una de las campañas. Hay algún que otro puzle, ciertos momentos de sigilo, incluso varias secciones de conducción, pero aquí lo principal es pegar tiros, y muchos.

Por si algún despistado se quedó en los antiguos Resident Evil y no ha jugado las dos últimas entregas de la saga principal, recordar que ya no estamos ante una aventura de terror o survival horror, aquí ya no tenemos que administrar de manera sabia un limitado inventario, contar cada bala, suspirar por encontrar una cinta de tinta para poder guardar una partida más, ni cada enfrentamiento con un zombi es algo desafiante y tenso. Resident Evil, desde su cuarta entrega, se ha vuelto un juego de acción directa, desde la quinta parte además cooperativa.

Y Resident Evil 6 se encuentra más a gusto que nunca en su nuevo género, el de la acción en tercera persona. Resident Evil 4 fue el giro radical dentro de la saga, pero todavía arrastraba elementos de lo que había sido hasta entonces, como su reducido inventario, puntos de salvado, o un control no demasiado fluido para tratarse de un juego de acción tan frenética. La quinta entrega ya dio un paso decidido hacia la acción sin reparos, aunque la novedad del cooperativo trajo consigo ciertos problemas, como un compañero de fatigas manejado por la máquina algo estúpido y derrochador de recursos.

Esta sexta entrega rompe definitivamente con el pasado de la saga, todo es distinto, desde el control a la interfaz, a pesar de incluir algunos guiños como los espray o las hierbas verdes para curarnos, pero poco más queda de aquellos míticos juegos de terror de hace años, a parte de sus personajes y mitología, cada vez más rica y compleja. Capcom se ha fijado en algunas de las sagas que más han triunfado en los últimos años –Call of Duty, Gears of War, Uncharted-, y ha cogido elementos de estos títulos para incorporarlos a su sexto Resident Evil. Esto nos brinda un juego de una intensidad a veces exagerada, espectacular en todo momento, que sabe ser siempre variado y entretenido, durante más de 20 horas, lo que tiene mucho mérito.

Si te gustan los juegos de acción y aventura es un título imprescindible, con un cooperativo impecable, tanto de manera local a pantalla partida como por internet. Toda la aventura está pensada y diseñada para jugarse en cooperativo, con multitud de situaciones sorprendentes en las que cada uno de los jugadores tiene que adoptar un rol diferente, pero siempre con un fin común. Y si piensas jugar solo no hay ningún problema, la IA de nuestro compañero, aunque no es brillante, tampoco estorba, no tendremos que molestarnos ni en ayudarle, no seremos la niñera de nadie, tampoco compartiremos la munición, y en cambio él sí nos salvará el pellejo en más de una ocasión.

Hay una eterna discusión de lo que fue Resident Evil, en lo que se ha convertido, y de si Capcom no podía haberlo hecho de otra manera. Las ventas les avalan, Resident Evil 5 fue la entrega más vendida de la saga, y todo apunta a que este sexto Resident Evil, que nos parece mucho mejor que el quinto, va a arrasar. Parece que el terror en su estado más puro, el survival horror que tan de moda puso la serie, se fue para no volver, y eso que Resident Evil 6 deja algunos destellos de esto, sobre todo en la campaña de Leon con muchos momentos de terror.

Habrá quienes quieran seguir lamiéndose las heridas y lamentándose de lo que ha hecho Capcom con la saga, lo respetamos, pero nosotros os animamos a que disfrutéis de un juegazo, divertido a rabiar, espectacular y trepidante como el que más, generoso en contenidos, y que luce y de qué manera como una multimillonaria superproducción de Hollywood, con todo lo bueno y lo malo que ello conlleva.

Cuatro campañas muy diferentes entre sí

Cuando se anunció Resident Evil 6 se dijo que tendría tres campañas principales, protagonizadas cada una por una pareja: Leon S. Kennedy y Helena Harper, Chris Redfield y Piers Nivans y Jake Muller junto a Sherry Birkin. Más tarde se supo que habría una cuarta campaña para un jugador con Ada Wong, una vieja conocida de la saga. Esto nos sonó a un extra, un añadido, pero nos hemos llevado una grata sorpresa al comprobar que la campaña de Ada es, en contenido y calidad, tan relevante como las otras tres, y de hecho argumentalmente es muy importante. En total hemos tardado 22 horas en superar las cuatro campañas.

Es muy interesante como las cuatro campañas se cruzan en varios momentos, y no será hasta completarlo con los cuatro personajes cuando comprendas la historia al completo. El guion no es ninguna maravilla, y siendo honestos casi nunca lo fue en una saga cuya mitología sí es bastante rica, compleja y enrevesada. Tras completar el juego, la historia se podría resumir en unas pocas líneas, y no hay ni grandes giros ni sorpresas, es un poco pobre, pero cumple su propósito de llevarnos de la mano en tan alucinante aventura de acción. Con el más difícil todavía por bandera, basa toda su fuerza en las espectaculares escenas de acción que plantea, una detrás de otra, sin demasiado tiempo para el reposo o la reflexión.

La campaña de Leon la hemos superado en unas 7 horas, la de Chris en 6, la de Jake en casi 5 horas, y la de Ada en 4. Las tres primeras se pueden jugar en el orden que quieras, están disponibles desde el principio, y de hecho nosotros las hemos jugado salteadas. Primero los dos capítulos de cada una, luego la de Leon hasta el final, en fin, cada jugador es libre de jugar los capítulos en el orden que quiera. Una vez superadas las tres campañas, se desbloquea la de Ada Wong, que tiene la peculiaridad de que no es cooperativa, es para un único jugador.

Si jugamos conectados a internet y llegamos a uno de esos momentos en los que nos cruzamos con la pareja de otra campaña, se busca a otros jugadores por internet que hayan llegado a esa misma situación, con la otra pareja. Y si los encuentra podremos llegar a jugar hasta cuatro jugadores online, cooperando por derrotar algún jefe o salir airosos de alguna escena complicada. Una buena y original idea por parte de Capcom, que imaginamos cuando haya millones de personas disfrutando a la vez del juego, tendrá su gracia. En particular una de estas situaciones nos ha parecido especialmente original, en la que estás compitiendo con la otra pareja sin saberlo, y si eres más hábil que ellos puedes llegar a perjudicarles bastante.

Antes de explicaros en qué consiste cada campaña, vamos a dejar claro que la que más nos ha gustado es la de Leon, con diferencia. Vuelven los zombis a Resident Evil, cierto terror y miedo gracias a la ambientación, algún puzle –menos de los que nos gustarían, y demasiado fáciles-, y el mejor diseño de niveles. De hecho en muchos momentos recuerda al genial Resident Evil 4, en sus dosis de aventura y acción, y creemos que será con diferencia la campaña que más guste a los seguidores de la saga.

La de Chris Redfield es acción pura y dura, como si de un Gears of War se tratara. En muchos momentos vamos con un pelotón de soldados y vivimos constantes situaciones de guerra, aunque hay una genial y terrorífica secuencia en un edificio de apartamentos con un enemigo invisible, que se queda en eso, una secuencia, para retomar rápidamente la acción más directa. Es la campaña que menos nos ha gustado, la menos inspirada y variada en nuestra opinión, aunque debemos admitir que jugada en cooperativo con un amigo es muy entretenida, ya que es acción sin freno.

La campaña Jake Muller con Sherry Birkin es la más atípica, las más variada y sorprendente. Hay de todo, desde intensos tiroteos, situaciones en las que hay que huir desesperadamente, escenas cuerpo a cuerpo sin armas, sigilo e infiltración, fases de conducción, y cuentan con su propio Nemesis, que nos pondrá de los nervios con su incansable constancia. Hay algunos escenarios abiertos y bastante amplios para explorar en los que tenemos que buscar varios códigos o llaves mientras somos acechados por decenas de enemigos, saliéndose de la linealidad que predomina en el juego, que precisamente por este tipo de situaciones es mucho menos lineal y encorsetado que otros títulos de acción en tercera persona.

Y por último tenemos la campaña de Ada, que es también muy variada, con sigilo, acción, puzles y hasta exploración. En las cuatro campañas hay abundantes escenas de conducción, algo que no nos esperábamos y que aporta mucha variedad. No vamos a desvelaros los vehículos que pilotaremos para no fastidiaros la sorpresa, pero pensar en alguno, y seguro que está. Como siempre vamos acompañados, uno de los jugadores por ejemplo conduce y el otro dispara, y en el sentido cooperativo son secuencias bien resueltas, jugablemente no tanto, a veces por un control un poco tosco, aunque aportan frescura al conjunto.

Hay muchos jefes finales, de esos que resucitan una y otra vez, y que cuando creemos que han sido definitivamente derrotados, vuelven a aparecer, algo clásico en la saga y en las buenas aventuras de antaño. En general la variedad de enemigos es muy destacable, así como su diseño, no estaremos matando el mismo tipo de criatura todo el rato, y a cada paso salen nuevos engendros, a cada cuál más horripilante y peligroso que el anterior. Han derrochado imaginación los creativos de Capcom en este aspecto.

La gran novedad son los J'avo, producidos por el nuevo virus C. Seres aparentemente humanos capaces de regenerar distintas partes de su cuerpo, lo que nos pondrá en muchísimos aprietos. Si les arrancamos un brazo regenerarán un tentáculo que les servirá de escudo, si les reventamos la cabeza o el torso puede que de ellos brote una peligrosa polilla o una cabeza con cuchillas, y maldeciremos en más de una ocasión estas terroríficas transformaciones, que los hacen muy complicados.

Para alegría de los muchos fans de la saga vuelven los zombis, más en forma que nunca. Serán muy protagonistas en la campaña de Leon y cuando decimos que están en forma es literal, ya que son más rápidos que nunca, saltan, se abalanzan e incluso portan armas arrojadizas o de fuego. Pero el "troceado" que podemos ejercer sobre sus cuerpos también es más completo que nunca, y será un placer arrancarles los brazos, piernas o la cabeza, aunque no olvidéis mirar al suelo, ya que cuando se arrastran son muy peligrosos.

Este tipo de enemigos, más la ambientación, son los que provocan que lo que jugamos con Leon se asemeje al terror clásico, al survival horror, y de hecho nos pegaremos algún que otro susto. Esta campaña es bastante oscura y tenebrosa, y en más de una ocasión nos tropezaremos con un zombi que estaba en el suelo o en una esquina en penumbra, llevándonos un sobresalto. Es un juego muy oscuro, de esos que empuja a jugarlo de noche con la luz apagada, y la pantalla de calibración del brillo es un poco de broma. Nos muestran el logo del juego, y dicen que bajemos el brillo hasta que apenas lo veamos, pero da igual cuánto lo bajes porque es enorme y siempre visible, un error un tanto tonto. No preocuparos, ya que el juego luego se ve oscuro sí o sí.

La munición escasea en cualquiera de las cuatro campañas, y los golpes físicos son muy importantes, para tumbar a los enemigos o ejecutarlos. Además están muy bien resueltos y son contextuales, por ejemplo al atacar a un zombi por la espalda lo ejecutamos con un espectacular golpe, y si portan un cuchillo o barra de hierro, acabamos con su "no vida" con su propia arma. Hay que tener en cuenta que tenemos una barra de fatiga, y si realizamos muchos golpes seguidos el personaje se cansa, por lo que no podemos abusar de este recurso, y hay que descansar entre golpes.

El inventario ya no es una molestia, aunque vuelve a ser limitado. Recogemos mucha munición, hierbas y granadas, aunque también gastamos los objetos con mucha rapidez, las amenazas son numerosas y muy peligrosas. Nos ha pasado en alguna ocasión quedarnos sin espacio en el inventario para más objetos, pero nada que no se solucionará recargando todas las armas o equipando las hierbas. Ahora las hierbas verdes y rojas una vez mezcladas podemos equiparlas, desaparecen del inventario y las tenemos a mano con tan solo pulsar un botón, una solución inteligente ya que nos tendremos que curar muy a menudo.

Si nuestra vitalidad llega a cero quedaremos tendidos en el suelo, y nuestra pareja podrá rescatarnos y resucitarnos. Mientras esperamos, podremos seguir moviéndonos y disparando desde el suelo, y si nos cargamos a algún enemigo puede que incluso nos levantemos solos, algo similar a lo que ocurre en Borderlands. El suelo cobra un inusitado protagonismo en Resident Evil 6, ya que nos podemos lanzar y disparar tumbados desde él, rodar, arrastrarnos, y nos caeremos de bruces muy a menudo ante ciertos golpes, lo que acaba siendo un pelín pesado.

Hay muchas novedades jugables, y una vez las asimilas y las entiendes, descubres que todo son buenas soluciones. Al inventario se accede con la cruceta digital en tiempo real, sin ir a un menú externo, mostrándose en la pantalla de acción los diferentes objetos, y aunque al principio puede parecer un poco extraño, luego descubres lo ágil que es equiparse un arma o granada, más rápido que nunca en la saga, algo imprescindible ante las elevadas e intensas dosis de acción.

Pero lo que no funciona de ninguna de las maneras, y es un error bastante grave y a la vez tonto, es el sistema de coberturas. Desde que Gears of War lo pusiera de moda al principio de la generación, casi cualquier juego de acción en tercera persona lo ha adoptado e incluso mejorado, y hemos visto cómo ha ido evolucionando este aspecto en los últimos años, al que cualquier jugador está familiarizado. En Resident Evil 6 está mal implementado, no es intuitivo y en definitiva no funciona, acabas por no usarlo. Si añades algo en tu juego, hazlo bien, y aquí Capcom ha cometido un traspié. Hay que acercarse a una pared o superficie, apretar el botón de apuntar, mantener pulsado, y pulsar hacia un lado el stick para asomarse, si es que tu propia cabeza te deja ver, lo que en muchas ocasiones ocurre. Mal.

Otro aspecto jugable muy discutible y que generará controversia es la abundante cantidad de quick time events -QTE-, casi abrumadora y un tanto pesada. Escenas en las que tenemos que aporrear uno o varios botones, mover como locos el stick izquierdo, o pulsar en el momento oportuno y de manera sincronizada una marca visual. Cada vez que te agarra un enemigo, cuando tienes que ejecutar a un jefe final, cuando hay una escena cinemática o muy espectacular, todo se resuelve con QTE, y creíamos que era algo ya superado en una aventura de acción. En Resident Evil 4 se introdujeron por primera vez, de manera más o menos sutil, y eso que estaban muy de moda por entonces gracias a Shenmue. Pero que un juego en pleno 2012 haga tal abuso de ello es cuanto menos discutible.

Vale existen títulos como Heavy Rain, pero basan su mecánica principal en ello. Pero en un juego de acción como este muchas veces cortan el ritmo, cuando no son injustos o frustrantes. Repetir varias veces una escena porque no hemos visto o apretado el botón a tiempo, porque no hemos sido lo suficientemente rápidos al aporrearlo, puro ensayo y error, nos parece desfasado. Juegos como Uncharted, o incluso el nuevo Tomb Raider como comprobaréis dentro de unos meses, han sabido resolver este tipo de situaciones de manera más natural e intuitiva, y sin duda en Resident Evil 6 se les ha ido la mano con tanto quick time event.

Por lo demás la jugabilidad funciona, a la cámara tan cercana que tantas dudas nos había generado en impresiones previas te acostumbras, y los mil y un tiroteos son divertidos y desafiantes, gracias al variado y espeluznante elenco de criaturas y a las pocas balas con las que contamos. Nosotros no contamos con pocas armas, pero os aseguramos que os sentiréis a menudo desbordados, lo más parecido a un survival horror que encontraréis en este Resident Evil. Es cierto que el control es todavía un pelín tosco y hay margen de mejora, pero es el mejor control dentro de la saga de largo.

Además de mucha munición, rompiendo cajas y abatiendo enemigos conseguimos puntos de habilidad, que se pueden utilizar para comprar habilidades antes de cada capítulo. Aumentar la potencia de las armas de fuego, mayor fuerza en el combate a corta distancia, mejorar la defensa, recudir el temblor de la mano al disparar, aumentar la probabilidad de golpes críticos, mayor daño a los zombis, a los J´avo, y un largo etcétera, teniendo además varios niveles de mejora cada habilidad.

Hay algunas muy peculiares como Lobo solitario, que consigue que tu compañero no te ayude cuando estás en apuros –evidentemente solo en el modo para un jugador-, y otras muy costosas como munición infinita para cada una de las armas. Solo podemos equipar tres de ellas, podemos configurar hasta ocho sets, y no es sencillo comprarlas y mejorarlas, son bastante caras y hace falta jugar mucho para desbloquearlas todas.

En los escenarios hay repartidos los Emblemas de serpiente, el típico coleccionable de los juegos de acción que consiste en observar el entorno con atención, encontrar un objeto determinado y dispararlo. Hay unos 80 de estos coleccionables pero en Resident Evil 6 tienen su gracia, ya que desbloqueamos en una galería interesantes documentos que nos cuentan más sobre la historia del juego, de la saga, de los personajes y las criaturas, con información muy valiosa para los fans. Incluso aclaran detalles de la historia que no quedan demasiado claros.

Algo que ya se ha convertido en un clásico de la saga es el modo Mercenarios, que no falta a su cita. Cuenta con sus propias habilidades desbloqueables, pueden participar uno o dos jugadores, incluso a pantalla partida, hay marcadores en línea, y podemos jugar con cualquier de los protagonistas principales. Como ya sabéis consiste en un escenario cerrado en el que hay que eliminar el mayor número de enemigos en un tiempo limite, aunque realizando ciertas acciones conseguimos unos segundos extra muy valiosos. De primeras hay tres escenarios disponibles, un número un tanto escaso, ya que se han regalado varios a través de las reservas, e intuimos que va a ser un modo muy susceptible de recibir cantidad de contenidos descargables de pago, en forma de nuevos personajes y escenarios.

Por último uno de los modos más curiosos y que nos ha sorprendido es Caza de agentes, en el que nos uniremos a la partida de otro jugador como una criatura. Cuando iniciamos un capítulo del modo campaña, podemos elegir varias opciones, como si queremos que el cooperativo sea solo con amigos o para cualquier jugador online, la región de esos jugadores, el propósito de la partida –jugar en serio, conocer la historia, conseguir medallas, divertirme, etcétera-, munición infinita, y si queremos tener Caza de agentes activado.

Si tenemos esta opción marcada, en cualquier momento podrá entrar un jugador en nuestra partida transformado en una criatura, cuyo objetivo será intentar matarnos. Dependiendo del momento de la campaña, apareceremos como un zombi, un J´avo, o cualquier de los muchos engendros, contando cada monstruo con movimientos propios, y sobre todo torpes. La idea es muy buena y tiene su gracia, se disfruta intentando amargar la partida a otros jugadores, y de conseguirlo se nos puntúa y participamos en marcadores en línea. El problema es que el control de estas criaturas es muy tosco y complicado, lento y errático, algo premeditado para que no sea fácil matar a los jugadores, pero que termina por ser un tanto frustrante y le resta diversión. Pese a esto, nos parece una buena y original idea, pero que no acaba de funcionar del todo muy bien.

Espectáculo por encima de todo

El apartado gráfico de Resident Evil 6, si se entra a valorar en detalle, muy técnicamente, por supuesto que tiene fallos, sobre todo muchas texturas en baja resolución, y la falta de efectos gráficos deslumbrantes. Pero el resultado en pantalla es realmente bueno y convincente, con una gran ambientación, localizaciones muy variadas, unos buenos modelados y animaciones de los personajes, un sinfín de criaturas a cada cual más horripilante que la anterior, y constantes cinemáticas siempre espectaculares, con una buena dirección cinematográfica, a la altura de cualquier película de Hollywood. Se mueve sólido, estable, sin problemas en la tasa de imágenes por segundo, y eso que en ocasiones muestra una gran cantidad de enemigos en pantalla.

El problema de sincronización vertical o tearing que criticamos en impresiones previas, se ha solucionado por completo en el producto final, y estamos ante uno de esos juegos que por encima de exquisiteces técnicas, luce como el mejor, gracias a sus enormes valores de producción. Creemos que en esta generación y con el motor gráfico MT Framework poco más puede hacer Capcom, y lo ha explotado hasta sus últimas consecuencias, dejando momentos visualmente muy impactantes.

El sonido también ralla a gran altura, con una buena banda sonora que acompaña a todo lo que acontece en pantalla a la perfección, y por primera vez en la saga principal, la numérica, llega a nuestro país con un buen doblaje al castellano. Hay personajes que nos convencen más o menos, como casi siempre pasa en estos casos, y por ejemplo no nos gusta nada la voz elegida para Ada Wong, pero en general es un trabajo de doblaje muy profesional. Hay algún pequeño fallo al principio de la aventura de Leon, con personajes secundarios que hablan en inglés, pero es algo que después no se vuelve a repetir.

Comentar que hemos analizado la versión de Xbox 360, que viene en dos DVD. En el primero está el juego entero, con voces en inglés y subtítulos en castellano, y si queremos disfrutar de las voces en los otros idiomas –francés, alemán, italiano y español- hay que insertar el segundo disco e instalar las voces que queramos, una solución un tanto peculiar por parte de Capcom. Evidentemente en PlayStation 3 y gracias a la capacidad del Blu-ray, todo el contenido viene incluido en un único disco.

Resident Evil se desmelena

En su escalada hacia la acción en tercera persona que comenzó con la cuarta entrega, la saga en su sexta parte se convierte en aventura de acción total, mastodóntica, con cuatro campañas, decenas de horas de diversión y abordando la acción en tercera persona desde diferentes ángulos, incluso con algún destello del survival horror que un día fue. Su desmedida ambición le juega alguna mala pasada, como algunos problemas en el control o el excesivo uso de los QTE para resolver multitud de situaciones, que a veces frenan el ritmo y frustran, y se acaban haciendo pesados.

Pero es muy loable el notable esfuerzo de Capcom por hacer un juego de acción variado, que intenta sorprenderte en cada nueva secuencia, en el que no sabes qué te va a sorprender detrás de la próxima esquina, si un frenético tiroteo, un brutal jefe final, una escena de sigilo, algún pequeño puzle, o incluso una fase de conducción. Entretenido a rabiar desde el principio hasta el final, Resident Evil se encuentra muy a gusto en esta nueva fórmula, y queda bastante claro cuál va a ser el futuro de la serie en los próximos años.

Si eres fan de la saga, si lo fuiste y ahora estás desencantado con el rumbo que ha tomado, si te gustan los juegos de acción en tercera persona, de aventura, y o si simplemente disfrutas con las grandes superproducciones del mundo de los videojuegos, creemos debes probar este Resident Evil 6, que no va a dejar indiferente a nadie. Tan imperfecto como ambicioso, tan frenético y agotador como divertido, Japón, a base de fuerza bruta, nos demuestra que sigue sabiendo hacer grandes juegos.