Análisis Resident Evil 6, explotando el universo de la saga (Switch)
Ay, Resident Evil 6. ¿Qué podemos decir de este juego que no se haya dicho ya? Después del exitazo de Resident Evil 5 (recordemos, el juego más vendido de Capcom hasta la llegada de Monster Hunter: World), la compañía japonesa pensó: «oye, pues lo mismo la gente sí que quiere más pegar tiros y menos pasar miedo», y allá que fueron. Se soltaron la melena y empezaron a meter acción por todas partes, al más puro estilo superproducción de Hollywood. Ya si eso meterían algún zombi por allí y algún susto por allá, pero que tampoco fuese la prioridad. ¿El resultado? Un juego repudiado por los fans del survival horror pero que fue un absoluto éxito de ventas, que ofrecía una aventura divertidísima y espectacular, y, además, cargada de contenido.
Dame pam y dime tonto
Resident Evil 6 es una aventura de acción en tercera persona con un rato de survival horror, que nos lleva a descubrir cuatro campañas entrelazadas y repletas de tiroteos, explosiones y situaciones sin mesura ninguna al servicio de la diversión y el espectáculo. Un juego diseñado para disfrutarse en cooperativo, y si creemos que Resident Evil 5 gana enteros en compañía, en el caso de Resident Evil 6 nos parece casi imprescindible para poder disfrutar al máximo de lo que Capcom quería ofrecer.
Y es que ésa es la clave: si nos olvidamos de que esto tendría que ser un survival horror y abrazamos la acción cooperativa que acabó siendo, nos lo vamos a pasar en grande. Al fin y al cabo, es un juego muy variado y con un montón de contenido, con una propuesta palomitera que siempre entra bien. Sus campañas tienen sus altibajos, al igual que vamos a encontrar sus momentos menos inspirados, pero en general son muy entretenidas. Cada una, además, tiene un enfoque ligeramente diferente. La de Chris se lanza de cabeza a por la acción sin mirar atrás, la de Leon, de vez en cuando, recuerda a un survival horror, la de Jake y Sherry intentan encontrar una especie de medio camino entre acción, exploración y huida, y, finalmente, la de Ada, es como un poco más experimental y tiene un poco de todo.
Como muchos juegos de la época, peca de recurrir a los vicios de entonces, como quick time events totalmente pasados de moda que hoy, la verdad, son totalmente prescindibles. Algunas de las secuencias de acción son tan desmesuradas que simplemente tienes que reírte, pero dentro de ese caos hay muchas cosas que apreciar. El combate, por ejemplo, tiene muchas más posibilidades. Si lo jugamos con la idea de Resident Evil 4 no lo vamos a apreciar, ya que está diseñado para combinar los disparos con la acción cuerpo a cuerpo, saltando, esquivando, deslizándonos... y ahí hay mucho que pasó desapercibido en su día.
Destacar que, como cabe esperar, tenemos todo el contenido adicional creado para el juego hasta el momento, sin olvidarnos que la edición base ya venía bastante repleta, como modos muy interesantes como el de convertirnos en un enemigo de la partida de otro jugador cualquiera. Es, sin duda, algo muy a tener en cuenta, ya que pueden aportar muchas horas de diversión extra a la ya de por sí extensa historia.
La versión de Switch
Al igual que la versión de Resident Evil 5, esta adaptación se puede jugar y disfrutar perfectamente en Nintendo Switch, pero tiene su margen de mejora. Es una de esas adaptaciones hechas simplemente para cumplir, con varios aspectos que podrían estar más pulido. El más notable es el rendimiento, que peca, igual que el otro título, de contar con una tasa de imágenes por segundo desbloqueada, que puede llegar a los 40-50 en escenarios más cerrados o al mirar alguna zona con poca carga gráfica, pero que también baja hasta los ventitantos frames en secuencias complejas. Una opción para limitar la tasa de imágenes por segundo habría hecho todo más imperceptible.
En este caso, el juego a pantalla partida es menos recomendable. El rendimiento es ligeramente peor que el de Residen Evil 5, y si vais a jugar con un Joy-Con cada uno, el segundo stick se echa mucho de menos. Se puede completar el juego sin problemas, pero quizás no es la experiencia ideal, claro. Otro aspecto que nos ha chocado un poco es la vibración. Hay momentos en los que resulta muy molesta, ya que salta constantemente al máximo y casi sin razón aparente. Estás viendo una secuencia de vídeo en la que no está pasando nada, pero el mando está vibrando a tope, emitiendo un molesto ruido que no se corresponde con nada. Literalmente, en la intro hay un momento en el que Leon se echa la mano a la pistolera y el mando vibra como si estuvieses taladrando una viga de metal.
En cualquier caso, son pequeños detalles que nos dejan ver que es una adaptación en la que no se ha puesto demasiado esfuerzo, lo que no quita que, en general, Resident Evil se siga viendo muy, muy bien. Es una superproducción con todas las letras, y verla en la pantalla de Switch impresiona. Incluso jugando en el televisor sigue aguantando muy bien el tipo. Por último, mencionar que nos llega totalmente en castellano, incluyendo voces, algo a lo que no estábamos muy acostumbrados entonces.
Este bendito disparate, en cualquier parte
Resident Evil 6 no tiene nada de Resident Evil (bueno, unos 30 minutos de la campaña de Leon), pero si nos olvidamos de nombre nos queda una entretenidísima aventura de acción, con contenido para disfrutar durante muchísimas horas, y que se puede jugar perfectamente en Switch. Sí, al igual que con Resident Evil 5 podrían haberse currado un poco más la conversión, pero el resultado es lo suficientemente bueno como para disfrutar sin problema de este bendito disparate en la híbrida de Nintendo.
Hemos realizado este análisis en Switch con un código de descarga proporcionado por Koch Media.