Análisis de Shadow of the Tomb Raider (PS4, Xbox One, PC)
Hoy en día es raro el triple A que se desarrolla por un único estudio. Normalmente, los estudios internos de una editora se ayudan entre sí, e incluso es bastante habitual recurrir a la subcontratación. Eidos Montreal fue uno de los estudios que le echó una mano a Crystal Dynamics durante el desarrollo de Tomb Raider y Rise of the Tomb Raider, pero para esta tercera entrega del reinicio de la saga se convierte en el estudio principal de desarrollo. Os contamos qué tal lo han hecho.
Arqueóloga experimentada
Shadow of the Tomb Raider es un juego de acción y exploración en el que continuamos con las nuevas aventuras de Lara Croft. La arqueóloga, más experimentada que en sus juegos anteriores, vuelve para cerrar esta trilogía dedicada a contarnos cómo se convirtió en la saqueadora de tumbas que la llevó a convertirse en un auténtico fenómeno de los videojuegos.
La fórmula ha sufrido poquísimos cambios en comparación con Rise of the Tomb Raider, y mantiene esa combinación ahora tan popular de zonas abiertas y lineales, que hemos visto en juegos tan dispares como God of War o The Evil Within II. Así, podemos marcar nuestro ritmo, explorando y haciendo secundarias cuando se nos apetezca, y pasando a la acción más guiada de las principales cuando queramos.
En este caso, se nos hace un poco un arma de doble filo. En las misiones principales y guiadas, Shadow of the Tomb Raider es una auténtica pasada, con un ritmo perfecto y secuencias que nos dejan sin aliento. Cuando nos ponemos a explorar, hay algunas secundarias que son para apagar la consola: misiones de recadero que ni siquiera intentan disimularlo y que deberíamos haber olvidado ya en 2018.
La solución, pensaréis, es omitir las secundarias. Bueno, podríamos, pero, por ejemplo, hay tumbas a las que sólo podemos acceder tras completar una secundaria de recadero. Al menos no son muchas, y tampoco es que arruinen la experiencia, pero el echarnos las manos a la cabeza cuando un juego no dura chorrocientas horas, como pasó con Spider-Man, sólo consigue que los desarrolladores sientan presión y acaben metiendo relleno para poder decir que el juego dura una cantidad de horas que la comunidad apruebe.
Dicho esto, queremos dejar claro que es un juego entretenidísimo, en el que se nos pasan volando las horas, y en el que, por suerte, nos podemos parar (o no) tanto como queramos. Si nosotros lo que queremos es historia y experiencia más lineal, podemos ir al marcador correspondiente y seguir adelante. La historia, dicha sea de paso, es la típica de la saga, con alguna sorpresilla, pero cuyo mayor propósito es justificar el viaje.
Lara la exploradora
Algo que nos ha llamado la atención es que en Shadow of the Tomb Raider la exploración cobra más protagonismo que la acción. No los hemos contado, pero creemos que la media de tiroteos es bastante más baja que en los títulos anteriores, y en los enfrentamientos se nos dan muchas herramientas para fomentar el sigilo.
Ahora Lara es una auténtica depredadora, y puede cubrirse de barro y ocultarse en cualquier parte para atacar. Desde una esquina, desde la rama de un árbol o entre la maleza: nadie está a salvo de la señorita Croft. Nosotros lo hemos jugado en difícil (la tercera dificultad de cuatro) y el sigilo es prácticamente obligatorio. Es bastante difícil sobrevivir contra varios enemigos a la vez a base de disparos, así que acechar desde las sombras y aprovechar el entorno siempre ha sido nuestra prioridad.
Otra de las novedades son los tramos submarinos, que también cobran mayor protagonismo. No son una revolución, pero sí que le aportan variedad al juego, y personalmente creemos que funcionan bien. También se ha añadido la posibilidad de hacer rápel, ampliando las posibilidades a la hora de recorrer los escenarios.
Esto nos lleva a una novedad que nos ha encantado: poder elegir la dificultad, no sólo de los combates, sino de la exploración y de los puzles de manera individual. Entendemos, y nos parece genial, que haya ayudas para quienes las necesiten, pero también está genial que los jugadores más experimentados tengan la oportunidad de pensar sin que el juego te marque todos y cada uno de los caminos disponibles y haga brillar todas las piezas del puzle que tienes delante.
Poder explorar sin que marcas blancas o amarillas nos indiquen el camino, o enfrentarnos a los puzles "a ciegas", ha cambiado la experiencia a mejor para nosotros. Poder pensar y buscar un camino es algo que hemos agradecido enormemente, y que nos ha hecho sentirnos más dentro del juego. Esto no es nuevo, y ya lo hacían juegos como Silent Hill 3, pero ojalá lo retomen más juegos de ahora en adelante.
Como es habitual, también tenemos un árbol de habilidades y opciones de crafteo, ya sea para conseguir nuevos trajes, mejorar las armas o crear curas o cócteles molotov en el campo de batalla. Los recursos básicos no nos van a faltar a poco que exploremos, pero siempre podemos desviarnos un poco y cazar animales o recolectar frutos y madera.
Saqueando tumbas como nunca antes
Hemos analizado Shadow of the Tomb Raider en Xbox One X, y nos hemos pasado la inmensa mayoría del tiempo con la boca abierta. La calidad gráfica que ha alcanzado Eidos Montreal nos parece simplemente increíble, haciendo que sea uno de los juegos con mejores gráficos de la generación.
En One X ofrece dos modos, uno a 4K y 30 imágenes por segundo y otro a 1080p y 60 imágenes, ambos, por supuesto, con HDR. Los escenarios y personajes son tan complejos y ricos en detalle que si tenéis una tele 4K vais a apreciar ese extra de definición, además de otras mejoras gráficas, con bastante diferencia; no obstante, pasamos de unos dos millones de píxeles a ocho millones. A 1080p no se ve mal en absoluto, y jugarlo a 60 imágenes por segundo es un auténtico gustazo. El rendimiento en ambos modos es excelente, y apenas vemos algunas caídas de frames o cómo se desactiva la sincronización vertical en momentos muy puntuales.
En general, tenemos un juego redondo en lo visual, con algunas secuencias brutales que te dejan sin respiración, y que, a falta de verlo en otras plataformas, vuelve a demostrar la bestia que es Xbox One X. Algo más decepcionados estamos con el sonido, que a pesar de funcionar generalmente bien, con muy buenas composiciones y geniales efectos de sonido, tiene bastantes problemillas, como volúmenes totalmente desequilibrados en un diálogo, música que desaparece o efectos de sonido que no se reproducen. Suele ser algo puntual, pero chocante. Eso sí, vuelve a estar doblado al castellano, con un trabajo bastante bueno.
El final es el principio
Shadow of the Tomb Raider es un gran juego con el que nos lo hemos pasado genial. Eidos Montreal ha hecho un muy buen trabajo, aunque sospechamos que no ha tenido el presupuesto que tenía Crystal Dynamics para el anterior, y ha tenido que hacer algunos sacrificios para ofrecer un buen puñado de horas de contenido en una época en la que la gente se revoluciona en internet si un triple A se puede terminar en 20 horas.
Esto se traduce en algunas secundarias muy mejorables y algún que otro paseo innecesario, pero también hay secundarias trabajadas y divertidas. En cualquier caso, siempre nos permite pasar de ellas e ir a por la siguiente misión principal si no queremos distracciones. Además, al menos en Xbox One X, es sencillamente espectacular, con uno de los mejores apartados gráficos hasta la fecha. No es perfecto, pero en general está a un gran nivel, y a poco que disfrutarais con las anteriores entregas, no podéis perdéroslo.
Hemos realizado este análisis en Xbox One X con un código de descarga proporcionado por Koch Media.