Análisis METAL SUITS: Contraataque - Estética 16 bits y esencia de la vieja escuela en un indie de acción en 2D (Xbox Series X, Switch, PS5, PS4, Xbox One)

Corre el año 4373. Kevin es un condecorado héroe de guerra que disfruta de sus últimos días de vida en una residencia para ancianos junto a su inseparable perro Andy. Su paz se ve alterada cuando los golida, una raza de alienígenas invasora, decide atacar su tranquilo mundo. Tanto él como su perrito desaparecen en la infinidad del espacio… para renacer años más tarde enfundado en un traje robótico que ha sido especialmente diseñado para su mullido cuerpo. Ahora que ha revivido, solo puede pensar en una cosa: vengarse de los malvados seres invasores que destruyeron todo lo que él amaba para así de paso reestablecer la normalidad en una humanidad que parece ahora condenada a la extinción.
Para ello primero tendrá que explorar los nueve planetas que conforman el sistema Helios, descubierto por la humanidad tiempo atrás y aprovechado como una nueva galaxia en la que el ser humano ha vuelto a recuperar la esperanza de vida.
Cada uno de ellos cuenta con su propia atmósfera, así como con una flora y fauna particular. Además, también se ocultan en ellos toda clase de tesoros y de objetos escondidos que le permitirán desbloquear nuevas zonas nunca exploradas por la humanidad.
Para completar tan ardua tarea, Kevin cuenta con la ayuda de una asistenta que le proporciona nuevos trajes robóticos que potencian sus habilidades como cíborg, y sin los cuales está destinado a morir una y otra vez al más mínimo contacto enemigo. Pero la ayuda más significativa de todas es, como no podría ser de otra manera, la nuestra.
Un homenaje desarrollado con mucho cariño
METAL SUITS: Contraataque es, como podéis ver, una aventura de acción en 2D a la vieja usanza, dotada de un frenético ritmo de juego con el que se pretende realizar un claro homenaje a los clásicos del género aparecidos en la generación de los 16 bits. Pese a su simple apariencia, la obra firmada por el estudio Eggtart Inc., que hasta el momento ha firmado interesantes propuestas como el hack & slash Demong Hunter y el juego de cartas Age of Solitaire, no tiene nada que envidiar a los grandes abanderados de este estilo de juego. Nada más lejos de la realidad: estamos ante una aventura de acción clásica en la que nuestro objetivo consiste en alcanzar el final de cada fase eliminando hordas de enemigos en el proceso, pero donde nuestra capacidad para trazar una buena estrategia es casi tan importante como nuestros reflejos y agilidad a la hora de esquivar ataques y de superar obstáculos a priori insalvables.
Lo primero que salta a la vista es su peculiar presentación, con un papel más que destacado del estilo pixelart. Aunque es cierto que los escenarios no muestran un gran nivel de detalle, las animaciones de Kevin y de los enemigos que encontramos por doquier son más que suficientes para otorgar un toque único. Al margen del homenaje que realiza a tiempos pretéritos, algo que se deja entrever tanto en los momentos cumbre de la partida como en los menús o en la forma de presentar el argumento, el estudio coreano ha puesto especial énfasis en dotar de personalidad al compendio de animaciones y de efectos especiales de los que disfrutamos mientras recorremos los escenarios por los que se compone la aventura.
Como cada uno de los nueve planetas que visitamos hace gala de su propia ambientación (zonas desérticas o repletas de vegetación; heladas o de origen volcánico, etc.), la apariencia de los mapas cambia con bastante frecuencia, lo que otorga un soplo de aire fresco a la partida cada vez que nos movemos de fase. A nivel estético hay poco o nada que reprochar a METAL SUITS: Contrataque, pero por desgracia no sucede lo mismo con la parte sonora, ya que, si bien las melodías que conforman este apartado no están mal, no existe una gran variedad y acaban tornándose en algo repetitivas. Dejando esto al margen, lo cierto es que no hay voces ni nada particularmente llamativo en el plano técnico.
Un traje, una habilidad
Con respecto a la parte jugable, el título sigue la mecánica habitual de los juegos del género: desplazamientos rápidos, algunas fases con saltos, objetos que se esconden tras zonas del mapeado que podemos romper, etcétera. La peculiaridad de este METAL SUITS viene dada por lo tanto por la presencia de un total de diez trajes con los que potenciamos la armadura de Kevin. Cada uno de ellos cuenta con unos atributos específicos en cuestiones como agilidad, resistencia, potencia de ataque y demás. Sin el traje, somos básicamente carne para la picadora, ya que el mínimo contacto con un ataque enemigo nos hará morder el polvo en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, equiparnos con un traje implica mayor capacidad de protección (con algunos podemos resistir varios golpes, con otros no tanto), así como una serie de condiciones que determinan nuestra velocidad de movimiento o estilo de ataque.
Desde ametralladoras a lanzallamas, pasando por guitarras que lanzan electricidad, ninjas con su correspondiente espada o puñetazos de gran fortaleza: existen tres tipos de ataque, uno que generalmente aplicamos a larga distancia, otro pensado para el cuerpo a cuerpo y un tercero, seguramente el más útil, que tiene forma de devastador ataque especial. A medida que avanzamos por los mapeados descubrimos nuevas cápsulas con las que podemos intercambiar un traje por otro, lo que puede que nos permita acceder a una zona antes inaccesible, o tal vez algún ataque especial que vaya mejor para derrotar a este o aquel enemigo.
El traje que se esconde tras cada cápsula es una incógnita, por lo que no siempre es posible saber a ciencia cierta con qué habilidades tendremos que buscarnos la vida. De hecho, en ocasiones da la impresión de que algunos juegan a nuestra contra y no a nuestro favor, por lo que ya desde los primeros compases de partida queda claro que será imprescindible rejugar algunas fases y escenarios para averiguar qué opción es la que mejor nos conviene en cada caso. El tema de la rejugabilidad es esencial, ya que además de superar a los enemigos para llegar al final de cada fase, tendremos que preocuparnos por encontrar los objetos ocultos (algunas medallas, los propios trajes o los corazones que nos otorgan más vidas en caso de morir) para así obtener el 100% de todos los planetas de la galaxia.
Al final de cada planeta, como no podía ser de otra forma, nos espera un jefe final de armas tomar que suele exigir que demostremos nuestra pericia a los mandos de Kevin. Estos enfrentamientos representan los momentos estelares del juego y, creednos, será necesario, al margen del nivel de dificultad que hayamos elegido (fácil, medio o difícil), repetir alguna que otra vez estos combates para poder superar a los jefes más temibles. El juego sufre de algunos picos de dificultad a los que tendremos que enfrentarnos en cualquier modo de juego que seleccionemos. El modo fácil es bastante asequible, pero no prometemos que los jugadores menos experimentados no se frustren ante algunas situaciones, sobre todo relacionadas con los momentos de plataformas. Los que busquen retos difíciles tienen aquí un hueso bastante duro de roer, dado que, a mayor nivel de dificultad, más inteligentes serán nuestros oponentes (reaccionan más rápido cuando nos detectan, atacan con más frecuencia, etcétera.)
Pese a lo que pueda aparentar a simple vista, la exploración tiene un peso muy importante en la aventura, sobre todo si queremos encontrar los objetos que se ocultan por los escenarios. En este sentido, echamos de menos la presencia de un mapa en algún lugar de la pantalla con el que podamos orientarnos mejor. También es interesante destacar que, pese al innegable protagonismo de la acción, la mejor opción para superar las fases más difíciles no es correr como locos disparando a todo lo que se ponga por delante: a veces es aconsejable pensar qué vamos a hacer, aprender los patrones de los enemigos y jugar con los objetos explosivos que suelen estar presentes por doquier. Junto a ellos, también es importante evitar otros elementos del mapeado que en ocasiones son incluso más peligrosos que los ataques enemigos.
Conclusiones
Es una aventura con tintes clásicos, uno de esos juegos independientes que dan una impresión inicial distinta a lo que transmiten cuando nos sumergimos en su puesta en escena. METAL SUITS: Contrataque mezcla los conceptos más interesantes de la acción bidimensional con otros más propios de los metroidvania, especialmente en lo que se refiere a la exploración y a la obtención de trajes y de habilidades especiales, pero sin la profundidad de estos últimos (es una pena que no se haya incluido un mapa). Más bien todo lo contrario: aunque toma prestado el concepto de explorar escenarios para descubrir tesoros ocultos, la verdadera protagonista de la mecánica de juego es la acción, los disparos, los momentos frenéticos en los que las explosiones cubren prácticamente toda la pantalla sin saber exactamente qué está sucediendo o si sobreviviremos para contarlo. Y aunque algunos altibajos en el nivel de dificultad (en cualquiera de los tres modos que hay disponibles hoy en día) le restan algo de gracia al asunto, la diversión está aquí garantizada.
Además, Eggtart está muy implicada en el desarrollo de actualizaciones que amplían y/o mejoran el contenido que ofrece hoy por hoy esta aventura, como bien demuestra la primera actualización aparecida principios de febrero. Con todo, queda patente que hay motivos más que de sobra para que os sumerjáis en la historia de venganza de Kevin. ¿A qué estáis esperando?
Hemos realizado este análisis en Xbox Series X con un código proporcionado por Xbox.
NOTA
Puntos positivos
Puntos negativos
En resumen
Últimos análisis de Xbox Series X, Switch, PS5, PS4 y Xbox One




