Unidos para la ocasión en aquel magnífico Metropolis Street Racer, Sega y Bizarre Creations vuelven a trabajar juntas para dar forma al peculiar juego de acción que nos ocupa, mezclando sangre fría y dinero en un cúmulo de divertimentos poco ortodoxos, y alejándose claramente del mítico título de conducción que se convertiría en el precursor de la afamada serie Project Gotham Racing.
Esta vez, y bajo un frenesí omnipresente en el desarrollo de nuestras misiones, la nueva propuesta a cargo de los chicos de Bizarre promete presentar un macabro evento en el que se premiará al máximo nuestras correctas habilidades como mercenarios, así como nuestra capacidad para sobrevivir en un ambiente exento de buenas maneras.
Y es que cuando la diplomacia toca su fin, comienza la acción, comienza The Club.
Batallar por enriquecerse
Movida expresamente por el dinero, la organización que dará nombre al juego será la encargada de elaborar los sangrientos pseudo concursos en los que participarán todo tipo de competidores. Estos, como si de asesinos a sueldo se tratara, deberán completar todo tipo de pruebas aniquilando al mayor número de enemigos, prologando la jarana de los asiduos clientes al siniestro espectáculo, y luchando al mismo tiempo por sobrevivir a la carnicería. En este sentido, cada personaje contará con sus propias razones para participar en este circo hostil, desvelándose toda una serie de motivaciones personales tales como afán de riqueza, sed de venganza, e incluso intenciones ocultas y más trascendentales que se irán desvelando a medida que se desgrane la trama del título.
A fin de potenciar la rejugabilidad, cada uno de nuestros mercenarios (a cada cuál más pintoresco), contará en su haber con una historia definida y marcada, al tiempo que hará gala de unas habilidades en las que será capaz de presentar una mayor destreza en sus ejecuciones. De este modo, nos toparemos con individuos tremendamente duchos en el preciso manejo de las armas, otros capaces de aniquilar adversarios con el simple uso de sus manos, e incluso sujetos con poderosos reflejos que nos servirán para salvaguardarnos de las situaciones más comprometedoras.
Como comentábamos, las características estancas de cada jugador no harán sino que propiciar una aventura parcialmente distinta para cada uno de ellos.
Donde la estrategia no llega
Haciendo un uso de la acción más veloz, en The Club no habrá tiempo para tomar de forma pausada nuestras decisiones acerca el combate. Tanto es así que la mecánica del título (marcadamente arcade) residirá en retarnos a completar las diversas fases que se irán sucediendo en el menor tiempo posible, encadenando el mayor número de enemigos abatidos, y relegando en última instancia cualquier tipo de elaborada estratagema a niveles casi testimoniales. La cámara, similar a la vista en Resident Evil 4, se situará por encima de nuestro hombro derecho, dando una perspectiva completa de todo aquello que nos rodee, y facilitando las perspectivas sin perder de vista a nuestras presas.
Así pues, nuestro cometido, fiel a la esencia de la propia organización, no será otro que el de acabar sin piedad con toda persona en pie, haciendo uso del entorno y de nuestra pericia sobre el mismo, todo ello sin olvidar nuestra recurrente obligación de divertir al extasiado público que allí nos jaleará. Para ello contaremos con un nutrido arsenal que nos facilitará la dura tarea, así como diversos elementos que, repartidos por el entorno (véase bidones de gasolina o cajas de explosivos), se convertirán en la perfecta alternativa para destrozar a un número elevado de contrincantes de la manera más efectiva. Cabe destacar, que la propia esencia de The Club no buscará la exploración ni la resolución de puzles, dado que nuestro omnipresente objetivo pasará por acabar con todo sin perder ni un solo segundo de nuestro valioso tiempo.
Una vez terminada la misión, nosotros recibiremos nuestra merecida recompensa y nos aseguraremos aliviados la permanencia en la siguiente fase. Del mismo modo, los espectadores, atentos a nuestros movimientos en sus monitores, recibirán su dinero, fruto de las apuestas acerca de esta competición clandestina.
Al margen de la modalidad para un solo jugador, el título también incorporará un soporte para juego en línea, donde multitud de personas de todo el globo podrán enfrentarse entre sí para conseguir la mayor puntuación y batir reiteradamente sus propias marcas.
Párate a mirar…si puedes
Técnicamente esta creación de Bizarre Creations no presentará grandes alardes gráficos, si bien es cierto que contará con una serie de detalles dignos de mención. En este sentido, nuestros personajes contarán con unos modelados definidos, frente a unos adversarios bastante acordes a nuestros violentos mercenarios. Por su parte, los efectos de luz y el sistema de partículas crearán multitud de explosiones caóticas con una tasa de cuadros por segundo que apenas se resentirá, todo ello en unos escenarios repletos de enemigos que irán saliendo a nuestro paso. Dichos entornos nos trasladarán a través de diversas localizaciones, yendo desde refinerías, campos militares, o bases subterráneas.
En definitiva, parece que Bizarre Creations aparca sus ostentosas máquinas a cuatro ruedas para adentrarse en una aventura donde primará el espectáculo violento y la piedad no existirá. Con el único fin de aniquilar a toda presa humana que salga a nuestro paso, esta nueva obra del estudio de desarrollo situado en Liverpool se perfila como una particular continuación al ya de por sí nutrido catálogo de acción que tanto prodiga en esta generación.
El momento para comprobar las oscuras intenciones que se esconden tras los virulentos combates a cargo de la clandestina organización toca su fin, y es que el espectáculo más encarnizado dará comienzo en pocos meses. Señores, hagan sus apuestas.
