Este cursor del que hablamos en PlayStation 3 se controla con la palanca derecha emulando un ratón de PC. Como es fácil de imaginar, no es la mejor solución del mundo –hay varios grados de sensibilidad para ajustar su velocidad-; por suerte no llega a molestar puesto que casi siempre se utiliza fuera de la batalla –hay excepciones, como al resucitar mediante dinero-, pero nos deja claro que el juego ha sido pensado a nivel jugable con PS Vita en mente para hacer uso de la pantalla táctil, mucho más intuitiva. No queremos recomendar categóricamente una versión sobre otra, pues ambas tienen sus ventajas, y en el caso de la doméstica son los gráficos en alta definición -1080p- con una fluidez más estable o el multijugador de manera local. Una lástima que la compatibilidad de ambas versiones se limite ha guardado en la nube y no en juego cruzado o mejor aún, cross-buy, que resolvería este dilema entre muchos compradores con ambas consolas.

El campo de batalla sigue el estilo habitual del género en cuanto a acción: escenarios compuestos por pantallas, desplazamiento con ligera perspectiva –es importante fijarse en las sombras con los enemigos aéreos para colocarnos en su plano- y multitud de escabechinas en combates masivos. Un ligero problema de este tipo de juegos, y que Dragon´s Crown sufre, es que en los momentos de mayor caos es difícil localizar a nuestro personaje en pantalla –aunque una flecha indica su posición- entre tantas explosiones, tres compañeros, ocasionalmente el ladrón haciendo su trabajo, el hada, un puñado de enemigos y efectos de magias a toda pantalla. De alguna forma es parte de la diversión multijugador y la intensidad del combate, así que es un defecto relativo, pero lo decimos a modo de advertencia: quien no disfrute de este bombardeo de animaciones que contra los jefes finales alcanza su máxima expresión lo pasará peor que Stevie Wonder jugando a ¿Dónde está Wally?
La jugabilidad difiere mucho según la clase elegida. Por centrarnos en uno de los que probablemente será el más popular, el caballero –está recomendado para todo tipo de usuarios-, se comporta muy al estilo beat´em up, con un control sencillo basado en un botón de ataque, otro para saltos, recogida de armas y clavar su espada en el suelo –para causar un gran impacto-. Hay movimientos para elevar rivales en el aire, caer en picado, defensa, deslizamientos, embestidas, etc. movimientos básicos fáciles de aprender. En esto no hay grandes diferencias frente a un juego arcade. Ahora bien, las armas, armaduras, accesorios e ítems hacen que los parámetros del personaje sean muy variables independientemente de su nivel. El equipo, además, debe ser reparado en la ciudad –con dinero-, y hay ingentes cantidades de objetos que conseguir a lo largo de los niveles, tanto que algunos jugadores lo han comparado con un Diablo en 2D.

Otro detalle importante sobre nuestro héroe o heroína son sus habilidades adquiridas mediante gasto de unos puntos obtenidos superando misiones. En un menú que simboliza dos mazos de cartas tenemos habilidades exclusivas de la clase y otras comunes para todos. Las primeras hacen referencia a mejorar técnicas o movimientos del personaje, por ejemplo y utilizando nuevamente al caballero como ejemplo, oleadas de impacto al caer con fuerza, ataques con escudo, opciones de proteger a compañeros más débiles y de llamar la atención de los enemigos. Estas ventajas tienen un requisito de nivel concreto y se pueden seleccionar repetidamente, subiendo la mejora de sus efectos –también se irá incrementando el gasto de puntos y nivel requerido-. En el caso de habilidades generales para todas las clases encontramos el aumento de salud, mejoras en evasión, mayor recuperación de vida y similares.