Pocas sagas se nos ocurren que hayan tenido una evolución más polémica y polarizada que Paper Mario. Tras dos entregas de rol por turnos absolutamente sobresalientes e imprescindibles para cualquier aficionado del género, la serie decidió desviarse de sus orígenes para ofrecernos unas aventuras muy experimentales y con un enfoque muy distinto que no terminó de convencer a todos por igual.
Ojo, estamos hablando de muy buenos juegos, aunque eso no evitó que el recuerdo de sus excepcionales orígenes roleros siguiese ensombreciendo a todo lo que vino tras Paper Mario: La Puerta Milenaria. Esto es algo que se entiende perfectamente cuando se juega precisamente a esta obra maestra de GameCube, ya que no se trata tan solo de la mejor aventura de rol que ha protagonizado el icónico fontanero (lo que no es decir poco precisamente), sino de todo un referente de su género que desborda calidad y personalidad por los cuatro costados.
Hasta ahora, la única forma que teníamos de disfrutar de esta joya era poseyendo una copia del juego original, así como una GameCube o una Wii, por lo que acceder a ella no era una tarea sencilla, algo que ahora por fin va a cambiar gracias al lanzamiento de una cuidadísima remasterización para Nintendo Switch que se lanzará el 23 de mayo y que ya hemos podido probar.
Una recreación fiel e impecable de uno de los mejores juegos de rol de la generación de 128 bits
Como su análisis está a la vuelta de la esquina, hoy vamos a centrarnos en ofreceros unas rápidas impresiones sobre lo que nos está pareciendo tras haber podido jugar sus tres primeros capítulos. Si esta es vuestra primera vez con esta entrega de la saga, debéis saber que estamos ante un divertidísimo juego de rol con combates por turnos en el que viajaremos hasta Villa Viciosa, una ciudad repleta de canallas, mafiosos y delincuentes.
El motivo de nuestro viaje es doble: rescatar (otra vez) a Peach, quien ha desaparecido en misteriosas circunstancias, y encontrar un tesoro legendario que parece ocultarse tras una misteriosa puerta que lleva más de mil años cerrada. Como suele ocurrir con las aventuras roleras de Mario, aquí lo que prima es el humor, la exploración de los escenarios y la resolución de montones de pequeños puzles.
No nos dejan hablar demasiado sobre ello todavía, pero el viaje es una sorpresa tras otra que no deja de bombardearnos con toda clase de nuevas e inesperadas situaciones. Tan pronto estaremos explorando una mazmorra de corte clásico que nos tocará guiar a un grupo de diminutos seres por un intrincado árbol o participar en un torneo de lucha libre en el que deberemos hacer acciones concretas durante los combates para dar espectáculo y ascender puestos en la clasificación y mucho más.
Es un juego variadísimo y divertido como él solo que nunca sabes por dónde te va a salir y que, además, sabe acompañar todo ello con un diseño de niveles impecable que aprovecha con mucho ingenio la peculiaridad de que todo, incluidos los personajes, esté hecho de papel y materiales caseros.
A medida que avancemos adquiriremos numerosas habilidades y compañeros que nos permitirán acceder a lugares previamente inaccesibles, así como interactuar con diversos elementos clave para resolver rompecabezas muy bien integrados en los niveles. Todo esto nos obligará a usar nuestra materia gris constantemente para encontrar la forma de avanzar, algo que también requiere buenas dotes de observación, pues los escenarios juegan muchísimo con la perspectiva para ocultar secretos y caminos que no son tan aparentes a primera vista.
Sumadle un sistema de combate tremendamente divertido que apuesta por las acciones con comandos interactivos para permitirnos potenciar nuestros ataques y reducir el daño recibido si pulsamos los botones en el momento adecuado. Por supuesto, esto también deriva en que cada enemigo tiene sus propias peculiaridades únicas y animaciones que nos tenemos que aprender, por lo que os podéis hacer una buena idea de lo bien que os lo vais a pasar peleando.
Es más, en este juego los combates son una obra de teatro con su correspondiente público, y más allá de pelear tendremos que estar pendientes de contentar a nuestros fans para que con sus aplausos recarguen nuestra energía especial, la cual nos permite ejecutar nuestras técnicas más poderosas. Hasta es posible que se caigan partes del decorado para hacernos daño a nosotros y a los enemigos o que alguien intente ayudarnos o entorpecerse desde su butaca arrojándonos objetos.
Han pasado 20 añazos desde su lanzamiento original, pero Paper Mario: La Puerta Milenaria sigue siendo un juego fresco, original, exquisitamente diseñado, ingenioso y sobre todo, brutalmente divertido y con un encanto y un carisma que ya quisieran muchos, y todo eso se mantiene en esta remasterización, ya que, por lo que hemos podido jugar, es exactamente el mismo juego que jugamos en aquel entonces.
La historia, los diálogos, los escenarios, los puzles, las mazmorras, las mecánicas de juego, los personajes… A nivel de contenido no se ha tocado absolutamente nada más allá de incluir un mayor número de tutoriales opcionales y un personaje que nos permite practicar los comandos interactivos de los combates, algo que nos resultará especialmente útil para aprender a ejecutar las técnicas acrobáticas, gracias a las cuales podremos hacer ataques con muchísimo más estilo para ganar una mayor cantidad de energía del público con cada acción. También nos ha parecido ver una mayor cantidad de extras por desbloquear en el menú, como bocetos e ilustraciones, pero es algo que no hemos podido comprobar todavía.
Sin embargo, la gran novedad la tenemos en el espectacular remozado que ha recibido su apartado audiovisual, un trabajo que nos ha recordado mucho al de Metroid Prime Remastered, por lo que está más cerca de lo que esperaríamos de un remake que de una simple remasterización. Basta una rápida comparativa con la versión original de GameCube para comprobar la enorme cantidad de detalle que ha ganado todo: la iluminación es mucho más compleja y convincente, los materiales de los que están hechos los personajes tienen bastante más calidad, los propios "modelados" de los personajes están mejor construidos y nos permiten apreciar las diferentes "piezas" con las que están hechos, el uso del color está bastante mejor y hay secuencias, como el vídeo de introducción, que se han rehecho por completo.
Además, hay nuevas animaciones, como el poder ver ahora cómo los escenarios de combate se "despliegan" al inicio de una batalla, los efectos están más elaborados y, por supuesto, ahora todo luce en alta definición y en panorámico. Sí, a nivel técnico la versión original sigue aguantando muy bien el tipo gracias a su peculiar estilo artístico, pero os podemos asegurar que tras haber tenido frente a frente la edición de GameCube y esta remasterización el salto que hay entre una y otra es gigantesco. De hecho, nos atreveríamos a decir que es de los juegos más bonitos que hemos jugado en la consola.
Esto es algo que también podemos aplicar a la banda sonora, la cual se ha revisado por completo con nuevas remezclas instrumentales que son una auténtica pasada. Es más, hasta se permiten el lujo de incluir varias versiones distintas de sus temas de combate para adaptarlos a la temática de cada capítulo, tal y como hemos visto en las últimas entregas de la saga, un detalle que podría parecer menor, pero que aporta muchísimo y consigue que sea un juego mucho más variado a nivel musical. Eso sí, si sois unos nostálgicos y preferís jugar con los mismos arreglos de GameCube os alegrará saber que los podéis escuchar con una medalla especial que se puede conseguir casi al principio.
Tan imprescindible ahora como hace 20 años
Salvo sorpresa inesperada de última hora, lo que llevamos jugado de Paper Mario: La Puerta Milenaria en Nintendo Switch nos ha vuelto a confirmar lo que ya sabíamos: que sigue siendo un juegazo único en su especie que ha envejecido como el buen vino. Todo un ejercicio de buen diseño de niveles, mecánicas ingeniosas e inteligentes y fantásticos combates por turno que dan como resultado una compra imprescindible para cualquiera que nunca haya tenido la oportunidad de descubrir esta maravilla hasta ahora o para quienes deseen rejugarla dos décadas después pasta revivir una aventura de las que dejan huella.
No vamos a negar que nos hubiese gustado ver alguna novedad más, ya que todo es tan fiel que hasta se han mantenido los pocos puntos débiles del original (algunas vueltas de más que nos hacen dar, unas misiones secundarias bastante flojas y una mazmorra opcional de 100 pisos que es un auténtico tostón), pero no descartamos que todavía nos pueda sorprender con algún añadido que no se haya promocionado, pues nos queda muchísimo por jugar.
Sea de un modo u otro, lo volvemos a repetir: si te gustan los juegos de rol con combates por turnos y te apetece algo diferente, repleto de situaciones distintas, con multitud de sorpresas y con un sentido del humor finísimo donde lo que prime sea la diversión por encima de todo lo demás, harías bien en marcar el 23 de mayo en tu calendario.
Hemos escrito estas impresiones gracias a un código de descarga que nos ha facilitado Nintendo.
