Análisis de Final Fantasy XIV: A Realm Reborn (PS3)
Para rematar la faena, A Realm Reborn cuenta con un gran doblaje tanto al inglés como al japonés (en nuestro caso preferimos este último), lo que termina de imprimirle la fuerza necesaria a los vídeos más importantes del juego, aunque no todos están doblados. Eso sí, tenemos que mencionar que todos los textos nos llegan sin traducir y el inglés del que hace uso no es precisamente fácil, por lo que cualquiera que no domine la lengua se sentirá algo perdido, especialmente cuando interactúe con los piratas de Limsa Lominsa o con otros personajes que usen acentos y jergas.
Lo que está por venir
Como bien sabe cualquiera que ya lleve unos años en el género, un MMORPG es un juego en constante evolución y gran parte de su éxito o fracaso dependerá del apoyo continuo que sus desarrolladores le den. De hecho, de poco servirá ese 9,5 que hoy le hemos dado si Square Enix no consigue llevar A Realm Reborn por un buen camino en los próximos meses, aunque sin duda, siempre es interesante saber qué es lo que está por llegar en un futuro.
Además de la implementación de DirectX 11, Yoshida ha anunciado que el ritmo de actualizaciones de contenido será trimestral, de forma que cada tres meses podamos disfrutar de nuevas aventuras y enfrentamientos. Entre las novedades más interesantes nos encontramos con la implementación de la Torre de Cristal, heredera de Final Fantasy III, la cual será reconvertida en una gigantesca mazmorra para jugadores de nivel máximo.
La historia también seguirá avanzando y habrá nuevos Primals a los que hacer frente, como Shiva, Ramuh y Leviatán, entre otros añadidos que se irán incluyendo poco a poco, como las arenas de PvP en las que podremos enfrentarnos a otros jugadores. Eso sí, no podemos tener más curiosidad por saber cómo será el Gold Saucer, ya que Square Enix ha prometido que el famoso parque de atracciones de Final Fantasy VII será implementado en algún momento para así permitirnos participar en minijuegos de carreras y snowboarding.

Conclusiones
Milagro. Esa es la única palabra que se nos ocurre para describir lo que ha ocurrido con Final Fantasy XIV. De ser uno de los mayores fracasos que hemos tenido el dudoso placer de probar, ahora ha pasado a convertirse en uno de los juegos que más nos han hecho disfrutar en mucho tiempo, devolviéndonos la esperanza en un género que cada vez parece más estancado y saturado.
Sí, está en inglés y tiene cuotas, dos elementos que pueden parecer casi suicidas en un mercado que cada vez aboga más por lo gratuito. Pero creednos, si no tenéis problemas con la lengua de Shakespeare y si el equipo comandado por Yoshida no pierde el rumbo y sigue por este camino, esa mensualidad estará más que justificada, ya que por contenidos y diversión no será.
Final Fantasy XIV: A Realm Reborn desprende amor hacia esta veterana saga por los cuatro costados y a pesar de lo mucho que pueda desagradar que sea online a los fans más conservadores, eso no quita que sea un juego que merezca ser tratado con el mismo respeto que sus predecesores. Por desgracia, se trata de un título que le viene algo grande a PlayStation 3 y que arrastra ciertos problemas técnicos (especialmente los relacionados con la tasa de imágenes por segundo) que merman su potencial y le impiden brillar todo lo que debería.

Si no tenéis un buen equipo donde poderlo disfrutar, o simplemente sois de los que preferís jugar en el salón de vuestra casa tumbados en el sofá, Final Fantasy XIV sigue siendo una opción de compra muy recomendable y disfrutable en PS3, especialmente si tenéis pensado haceros con una PS4 en el futuro, ya que con la compra del juego también recibiréis una copia de la de nueva generación, versión que esperamos que sí pueda mover con soltura el bello reino de Eorzea.
