Análisis de Final Fantasy XIV: A Realm Reborn (PS4)

Nota: Este análisis se centra en las novedades de esta versión PS4. Para leer más detalles sobre el juego, os recomendamos leer nuestro análisis original de PC.
Ya han pasado varios meses desde que Eorzea renaciera en PC y se estrenara por primera vez en PlayStation 3, ofreciéndonos unos de los MMORPGs que más hemos disfrutado en mucho tiempo y que gracias a su calidad todavía consigue mantenerse muy en forma a día de hoy, algo de lo que muy pocos juegos del género pueden presumir tras su primer mes y que demuestra lo mucho que los jugadores están disfrutando sus aventuras en este fantástico mundo.
Ahora, las fronteras de Eorzea se han ampliado para que los usuarios de PlayStation 4 también puedan adentrarse en este reino de fantasía desde su consola de nueva generación, lo que se ha traducido en una conversión ejemplar e infinitamente superior a lo visto en PlayStation 3. Si sois de los que preferís jugar en consolas sobre el PC, pero no os convencieron las limitaciones técnicas que sufría el juego en la anterior máquina de Sony, esta es la versión que esperabais.
Eorzea en la nueva generación
Lo primero que hay que destacar, y que probablemente será lo que más os interese a muchos, es lo bien que se ve el juego en PS4. El trabajo que se ha realizado ha sido realmente bueno, hasta el punto de que luce prácticamente igual de bien que en PC, a excepción del sistema de iluminación, que es algo inferior, aunque aun así mantiene un nivel bastante alto. Algo parecido podríamos decir de los efectos climatológicos, que están un poco más logrados en compatibles, pero no mucho más. Hasta se nos permite escoger la resolución nativa, a elegir entre 1080p y 720p, así como el número de efectos que queremos que se muestren en pantalla.
En cuanto a su rendimiento, suele mantener una tasa de imágenes por segundo bastante alta, aunque en ciudades o sitios con altas concentraciones de gente, el motor se resiente bastante (eso sí, nunca se convierte en algo injugable), incluso aunque bajemos a 720p. Quitando eso, pocas quejas más podemos ponerle, ya que en mazmorras, explorando el mundo, cumpliendo FATEs, etcétera, todo va como la seda. A fin de cuentas, es ahí cuando más nos interesa que el juego vaya fluido. Destacar también lo rápidas que resultan las cargas.
Por otra parte, comentar que la interfaz es completamente configurable, por lo que podremos personalizarla a nuestro gusto para que muestre la información que queramos donde más cómodo nos resulte. Además, al igual que en compatibles, se nos da la opción de cambiar entre las barras de habilidades para los controles con teclado y ratón o las paletas para el mando. Esto significa que esta vez sí tenemos compatibilidad de forma nativa con teclado y ratón, una gran ventaja frente a PS3, donde se nos limitaba a usar el DualShock 3.

Ya que hablamos de los controles, mencionar que si optamos por jugar con mando, ahora podremos usar el panel táctil del DualShock 4 para controlar un cursor con el que seleccionar ciertos elementos. No es demasiado útil ni especialmente preciso, pero nos permitirá acceder a algunas funciones con mayor comodidad. Además, gracias al altavoz del pad se nos darán varios avisos a través de él, como cuando nos llaman para una Duty o cuando la barra de límite se ha cargado.

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