Un nuevo caso de acoso y abuso ha salido a la luz en la industria del videojuego: en esta ocasión es Bungie, compañía responsable de Destiny 2 y creadora de la saga Halo, quien ha sido denunciada por 26 ex empleados por sexismo, crunch, cultura machista, protección de abusadores por parte de recursos humanos, microagresiones y desigualdades estructurales a lo largo de la última década hasta este mismo año. El portal especializado IGN ha publicado declaraciones de estas personas y la compañía, por su parte, ha respondido con un extenso comunicado firmado por Pete Parsons, su CEO, en el que pide perdón y promete tomar más medidas.
En las experiencias compartidas por los ex desarrolladores de Bungie que han hablado con IGN hay una enorme relación de situaciones de acoso y abuso en el entorno laboral, desde malas prácticas en la producción de los videojuegos de la compañía, con momentos de alta carga de trabajo de hasta 100 horas a la semana y una gestión ineficiente, hasta agresiones e insultos a trabajadores por su género o identidad sexual que incluso definen la compañía como "pesadilla sexista".
Bungie promete tomar más medidas, aunque admite que llegan 'demasiado tarde'
Parsons, CEO de la compañía, ha querido pedir perdón en una carta abierta publicada en la página oficial de Bungie: "Me gustaría disculparme ante todas aquellas personas que alguna vez no se hayan sentido en un ambiente seguro, justo o profesional trabajando en Bungie (...) Nuestras acciones o, en algunos casos, el hecho de que hayamos mirado hacia otro lado, les han provocado sufrimiento. Quiero pedir perdón a nivel personal, pero también en nombre de todos los que forman parte de la familia de Bungie, ya que soy consciente de la empatía y la tristeza que han sentido al leer estas historias".
En el comunicado explican que es la primera vez que son conscientes al completo de todo lo que se cuenta en el artículo de IGN, aunque a pesar de eso aseguran haber realizado ya acciones contra estos casos despidiendo a los protagonistas sin importar su puesto o el tiempo que llevaban en la compañía. Aun así, asegura que queda trabajo por hacer: "Nuestro progreso hasta el momento me anima a seguir adelante, pero sé que no es suficiente y que llega demasiado tarde.
Además, tampoco borra de un plumazo las malas experiencias que han tenido algunas personas en nuestro estudio (...) Leyendo todas estas historias y analizando tanto los sucesos que ya conocíamos como los que acabamos de conocer, queda claro que nos queda mucho por hacer".