Dying Light

Una aventura de acción y rol en mundo abierto con parkour y zombis

Tras agradar con el primer Dead Island en 2011, una aventura de acción y rol en en primera persona en mundo abierto con zombis, Techland volvió a apostar por la misma fórmula con Dying Light, un juego todavía más ambicioso, en el que añadían a la mezcla la movilidad con parkour. El juego transcurre en la ciudad ficticia de Harran, en pleno brote de una infección que transforma a las personas en muertos vivientes, y nos ponemos en la piel de Kyle Crane, un agente encubierto enviado para infiltrarse en la zona de cuarentena en una misión para encontrar un archivo importante, que pronto se ve envuelto en la lucha por ayudar a los supervivientes de la ciudad y buscar una cura para el virus.

Con brutales combates cuerpo a cuerpo en los que podemos usar todo tipo de armas para acabar con los zombis, las habilidades de parkour de nuestro personaje nos permiten movernos por la ciudad de manera fluida y dinámica, escalando edificios, saltando entre azoteas y sorteando obstáculos con agilidad, mientras intentamos no caer en las garras de las hordas de monstruos que habitan en los escenarios. Buscando recursos, obteniendo nuevas y mejores armas y realizando todo tipo de misiones para ayudar a los supervivientes, hay un ciclo de día y noche que afecta significativamente en el gameplay, ya que de día los infectados son más lentos y menos agresivos, pero al caer la oscuridad los zombis se vuelve mucho más rápidos, fuertes y agresivos, añadiendo a estos momentos mucho terror y tensión.

Además toda la campaña se puede jugar en solitario o en cooperativo, en compañía de un amigo, incluyendo también un curioso modo multijugador competitivo, en el que controlando un monstruo podemos invadir las partidas de otros jugadores.