"Otro juego de zombis". Este probablemente sea el pensamiento que más de uno tuvo cuando Warner Bros. anunció Dying Light, lo nuevo de Techland, creadores de Dead Island, un título que si bien no supo estar a la altura de lo que se esperaba de él (especialmente tras su espectacular tráiler de presentación), sí que consiguió unas buenas ventas que permitieron que el estudio ganara algo de relevancia internacional.
Ahora, con este proyecto, la desarrolladora quiere ofrecernos una auténtica experiencia zombi de nueva generación, y no solo con su apartado gráfico, sino también con su jugabilidad, con la cual apuntan a diferenciarse lo suficiente de cualquier título de nomuertos que hayamos visto hasta la fecha.
Todavía es pronto para decir si han conseguido esto y para juzgar la calidad final del juego, pero una cosa os podemos asegurar tras haber jugado sus primeras dos horas: nos está sorprendiendo y gustando mucho.
Para no caer en demasiados spoilers, simplemente diremos que su historia nos llevará a encarnar a un agente especial al que envían a la ciudad de Harran, la cual está en cuarentena tras haber sido víctima de una infección que ha convertido a casi todos sus habitantes en zombis. Allí tendremos que cumplir una misión secreta, pero justo en el momento de nuestra llegada todo se tuerce y acabamos siendo rescatados por un grupo de supervivientes que tiene su base de operaciones en un gigantesco edificio conocido como "La Torre", por lo que no tardaremos en integrarnos e infiltrarnos entre sus filas a la vez que intentamos cumplir con nuestro objetivo.
En lo que respecta a su apartado jugable, decir que estamos ante un título de acción en primera persona con ciertas dosis de terror que se desarrolla en un mundo abierto. Una de las principales características del título es que tendremos una gran movilidad, ya que nuestro personaje será capaz de hacer parkour, lo que nos permitirá escalar edificios, saltar de uno a otro y movernos con mucha libertad, algo que tal y como iremos descubriendo, nos será fundamental para sobrevivir.
Lo cierto es que todas estas acciones resultan muy intuitivas y tras un práctico tutorial que tendremos que superar en los primeros minutos, nos sorprenderemos moviéndonos por la ciudad como si fuera nuestro campo de juegos particular. Eso sí, al principio el parkour no es demasiado ágil y quizá nos cueste un poco calcular las distancias de caída (si caemos desde un punto demasiado elevado nos haremos daño), ya que estas habilidades las podremos ir mejorando a lo largo del juego.
Hablando de mejorar, el título cuenta con ciertos toques de rol que nos permitirán desarrollar tres árboles de habilidades distintos: Agilidad, Supervivencia y Potencia. Lo interesante es que para subir de nivel en cada uno de ellos tendremos que hacer cosas distintas, como practicar parkour para el de Agilidad, cumplir misiones (tanto principales como secundarias) para el de Supervivencia y matar enemigos para el de Potencia. Cada vez que subamos de nivel una de estas tres características, recibiremos un punto que podremos invertir en algunas de sus habilidades disponibles, lo que nos irá permitiendo sentir la progresión de nuestro personaje a la vez que vamos mejorando.
El equipamiento también tiene mucho de juego de rol, y si bien las ropas que nos podremos poner son meramente estéticas, todas nuestras armas contarán con estadísticas muy diferentes e incluso con un código de colores para indicarnos su calidad. Al igual que en Dead Island, tendremos un completo sistema de artesanía que nos permitirá crear todo tipo de objetos con los materiales que recojamos, e incluso reforzar nuestras armas para hacerlas todavía más letales. Eso sí, mucho ojo con abusar de ellas, ya que tienen una durabilidad limitada, al igual que el número de veces que las podremos reparar, algo que nos obligará a buscar constantemente nuevo equipamiento con el que poder defendernos para no quedarnos vendidos en el momento más inoportuno.
En cuanto a los combates, al menos en estos primeros compases nos han parecido extremadamente simples, con un botón para atacar y otro para pegar patadas y así aturdir durante unos segundos a los rivales, aunque por lo que hemos podido ver en el árbol de habilidades de Potencia y Agilidad, iremos desbloqueando muchos movimientos nuevos que prometen dar bastante más juego, como contras y agarres con los que lanzar volando a nuestros enemigos, así como otras técnicas avanzadas que estamos deseando probar. Todas las armas que hemos encontrado por el momento son cuerpo a cuerpo, así que no hemos tenido la oportunidad de probar las de fuego para comentaros lo que nos parecen.
Una de las características que más nos han gustado del juego está en su ciclo día/noche, con el que Techland ha conseguido que temamos de verdad la caída del sol. El motivo de esto lo encontramos en lo temibles y aterradores que se vuelven los zombis por la noche. Si bien por las mañanas y tardes son nomuertos lentos y torpes que podremos dejar atrás con gran facilidad, cuando las horas de luz acaban mutan volviéndose mucho más agresivos, ágiles y letales, convirtiéndose en unos cazadores realmente letales que no dudarán en acabar con nosotros.
Debido a esto, siempre estaremos mirando al cielo para tener controlado cuánto de sol nos queda y así poder buscarnos un refugio donde pasar la noche tranquilamente y a salvo. Eso sí, si queremos jugárnosla e intentar sobrevivir sin dormir, decir que durante las horas de oscuridad los puntos de experiencia que recibiremos se duplicarán, aunque ya os avisamos que estos momentos son realmente tensos y están muy conseguidos, por lo que preparaos para correr, saltar y trepar por vuestras vidas cómo os pille la noche en un mal sitio.
Las pocas misiones que hemos podido probar no es que cuenten con un diseño especialmente original y suelen consistir en ir del punto A al punto B para hacer algo, y así sucesivamente, aunque están muy bien hiladas a nivel argumental (incluso las secundarias), que las hacen bastante amenas. Además, las situaciones que nos plantean son más o menos variadas, aunque eso no nos evitará sentirnos como "el chico de los recados" del que todo el mundo quiere aprovecharse.
Gráficamente estamos ante un título bastante potente (al menos en PC, que es donde hemos jugado), con unos modelados bastante buenos, una distancia de dibujado realmente alta (ver toda la ciudad desde lo alto de un edificio es toda una experiencia), y unos efectos muy conseguidos que consiguen crear una ambientación genial, destacando especialmente la iluminación. Nuestro único "pero" lo encontramos en el modelado de varios supervivientes de La Torre, los cuales se notan muy inferiores al de los protagonistas. Por lo demás, tal y como ya hemos dicho, se trata de un juego que a nivel visual se siente realmente como parte de la nueva generación.
Finalmente, en lo que respecta al sonido, tenemos unos efectos de mucha calidad, una banda sonora que encaja bien y que ambienta adecuadamente cada situación (aunque no suele tener demasiada presencia) y lo mejor de todo, un sobresaliente doblaje al español, con voces muy conocidas del cine y de la televisión que están tan bien escogidas como interpretadas.
Como decimos, Dying Light nos está sorprendiendo mucho, ya que se siente como algo más que simplemente "otro juego de zombis". La mezcla de parkour, mundo abierto, rol y zombis le sienta realmente bien, y añadidos como el ciclo día/noche no hacen más que sumar a un conjunto muy sólido que nos está pareciendo bastante divertido y entretenido. Además, entra con mucha facilidad por los ojos y encima cuenta con una genial versión española, por lo que si no se tuercen las cosas con el paso de las horas, podríamos estar perfectamente ante el primer gran juego de zombis de la generación (hablando de PS4, Xbox One y PC) y una de las primeras sorpresas del prometedor año 2015.