Creative Assembly es una compañía prácticamente desconocida para los usuarios de consola, pero venerada por los usuarios de Pc. Estos británicos recientemente adquiridos por Sega, cuyo nombre sirve de buen aval para este título, son los responsables de la saga de estrategia Total War, que desde su primera entrega, Shogun, se ha ido haciendo un hueco cada vez mayor en el poblado género de estrategia para PC gracias a sus espectaculares batallas multitudinarias y a un cada vez más sólido componente de gestión de imperios, testimonial en Shogun, el primero de los juegos, y tremendamente variado en Medieval 2, el último.
En consola, sin embargo, se han prodigado muy poco. Su primer título fue Spartan: Total Warrior, lanzado hace dos años y pico para la anterior generación, que dejó muy buen sabor de boca. No hay mucha expectación por este Viking, quizás por la poca fama de Creative Assembly, o quizás también por lo precipitado de su anuncio y gestación. La primera vez que oímos hablar de él fue en la pasada Games Convention, donde fue presentado, y en tan solo unas semanas, el 28 de este mes, llegará a las tiendas. Hemos podido poner nuestras manos en la versión final para saber qué intenta ofrecernos Sega con este nuevo título de acción.
La ambientación no puede ser más predecible. En un género que actualmente se está decantando por aprovechar y homenajear las mitologías del pasado, especialmente la griega, Viking: Battle for Asgard nos sumerge en los mitos nórdicos para ofrecernos un juego de acción que combina elementos de varios géneros con bastante acierto. El universo vikingo, Midgard, ha sido asaltado por las fuerzas de la legión, un ejército del inframundo al servicio del malvado dios Hel. Nosotros, un guerrero vikingo llamado Skarin que cuenta con un oscuro pasado y fama de estar hechizado entre sus compatriotas vikingos, deberemos poner freno al ejército de la oscuridad y reconquistar para las fuerzas de la luz una serie de islas, con la ayuda de los guerreros que vayamos liberando.
Esta premisa no sería rara ni original si no fuese por el original diseño del juego, que podría definirse como una mezcla entre la última moda de los juegos de acción, es decir, acción frenética, con mucho gore, y secuencias interactivas de vez en cuando; libertad de movimiento al estilo GTA, con escenarios abiertos; y, finalmente, batallas masivas que recuerdan a juegos como Dynasty Warriors, donde nosotros no tenemos que matar a todos los enemigos, pero sí marcar la diferencia. En nuestras primeras horas con el juego, en las que pudimos liberar una isla y parte de otra, pudimos comprobar cómo se combinan estas diferentes ideas para crear un título interesante.
El "día a día" de Viking: Battle for Asgard nos sitúa en una parte de la isla donde estemos actuando, con el objetivo de liberarla, para lo cual tendremos que reunir un ejército lo suficientemente grande para asaltar el cuartel general de la Legión de Hel, además de otras condiciones. Todos estos requisitos los cumpliremos realizando submisiones, debidamente indicadas en el mapa, que generalmente nos requieren asaltar un lugar controlado por la Legión, liberar a los vikingos allí cautivos, y restaurar el estado de las cosas anterior. El juego ilustra muy bien la diferencia entre las zonas liberadas del mal, y las que todavía siguen en su poder. Usando filtros de imagen, los lugares "buenos" son normales, luminosos, resplandecientes, mientras que los que aún están en manos de la legión son oscuros y están verdaderamente envueltos en las tinieblas. Es llamativo ver cómo el juego cambia al pasar de una zona a otra, y cómo la vida vuelve a un lugar una vez lo hayamos liberado de sus ocupantes.

Aunque el juego cuenta con parte donde realizaremos asaltos acompañados de vikingos (se ponen en marcha desde el mapa, pulsando un botón para tocar "el cuerno de guerra"), la mayoría de las misiones requerirán que Skarin vaya en solitario, enfrentándose él solo a los soldados de la legión, y aprovechando el sigilo y los recovecos del escenario para lograr una ventaja. Una de las cosas que más haremos será, al atacar un lugar, intentar liberar antes que nada a los vikingos cautivos para que nos echen una mano, para lo cual tendremos que encontrar una ruta de entrada lo suficientemente segura.