A finales de 2012, Firaxis consiguió sorprender a todo el sector con el lanzamiento de XCOM: Enemy Unknown, el juego con el que el estudio devolvió a la actualidad una de las sagas de estrategia por turnos más querida por los jugadores de PC. Recuperar series clásicas y actualizarlas nunca es una tarea fácil, y hacerlo con la enorme calidad que desprendía este juego mucho menos, por lo que el anuncio de su secuela, XCOM 2, fue uno que recibimos con los brazos abiertos cuando 2K Games lo hizo oficial el pasado mes de junio.
Ahora, y a tan solo un mes de que se produzca su esperado lanzamiento, hemos tenido acceso a una versión prácticamente final de este título, y nuestras primeras impresiones no podrían ser más positivas, tal y como os contaremos a lo largo de las próximas líneas.
Eso sí, hay muchísimas características y novedades sobre las que no podemos hablar todavía, así que nos centraremos principalmente en las sensaciones que nos han transmitido nuestras primeras horas en esta nueva guerra contra los invasores alienígenas.
Para empezar, tenemos que destacar que ahora la historia se ambienta 20 años después de los hechos sucedidos en su predecesor, en un futuro en el que la humanidad ha perdido su lucha contra los extraterrestres y estos dominan el mundo con sus mentiras a través de la corporación Advent, con la mayor parte de la población totalmente adoctrinada y sometida.
Sin embargo, no todos los humanos están dispuestos a rendirse y un pequeño grupo de rebeldes está preparándose para contraatacar y recuperar el control de nuestro planeta. Así pues, nosotros seremos los encargados de liderar nuevamente esta guerra, aunque en vez de operar como una gran organización intergubernamental (con todos los recursos y el despliegue militar que eso suponía en la primera parte) tendremos que hacerlo desde las sombras, comenzando como un pequeño grupo de rebeldes para acabar extendiendo nuestra influencia por todo el mundo y revivir el proyecto XCOM.
Esta interesante premisa argumental es algo que se ha traducido a nivel jugable de muchas formas distintas, empezando por la importancia que tiene el sigilo ahora en los primeros compases de la mayoría de las misiones. Aunque vayamos por partes. Si no jugasteis a XCOM: Enemy Unknown tenéis que saber que estamos ante un juego de estrategia por turnos en el que controlaremos a un reducido grupo de comandos de élite mientras los movemos por escenarios que se encuentran divididos en casillas de un modo muy similar a lo visto en los juegos de rol tácticos como Fire Emblem o Disgaea.
Las bases jugables son exactamente las mismas del título anterior, por lo que tendremos la posibilidad de realizar hasta dos movimientos con cada personaje cuando nos toque actuar. Hay dos distancias de recorrido y si queremos movernos muy lejos tendremos que invertir nuestras dos acciones (si nos movemos a una casilla iluminada con el color azul solo gastaremos una, mientras que las naranjas indican que necesitan dos de ellas). Realizar técnicas y ataques también nos requerirán puntos de acción y muchas de ellas harán que el turno termine de forma automática tras realizarlas.
Hay que tener en cuenta que si un personaje muere, lo perderemos para siempre, y que los enemigos a los que nos enfrentaremos no se andan con rodeos y son capaces de eliminarnos de un plumazo si no tenemos cuidado, lo que nos obligará a avanzar con cautela, buscando coberturas de forma constante y las mejores posiciones para acabar con ellos de forma segura. Además, también podemos ordenar a nuestras unidades que permanezcan alerta para disparar a cualquier enemigo que intente moverse y se ponga en su línea de tiro, algo que nos resultará vital y que tendremos que aprender a dominar.
Hasta aquí, tal y como podéis ver, todo lo que hemos dicho se podría aplicar perfectamente a Enemy Unknown (incluyendo esos porcentajes que te hacen plantearte el disparar incluso cuando te marcan que tienes un 90% de probabilidades de acertar), pero no tardaremos en darnos cuenta de que si bien el juego es prácticamente el mismo, la forma de afrontarlo se siente muy diferente.
Por ejemplo, ahora comenzaremos muchas de las misiones en sigilo, lo que nos permitirá movernos por el mapa sin que los enemigos sepan de nuestra presencia o nos busquen. Gracias a esto, podemos desplegar nuestras tropas para inspeccionar el terreno y tener localizados a nuestros rivales para que luego no nos sorprendan en el peor momento posible, colocar a nuestros soldados en posiciones estratégicas y preparar todo tipo de espectaculares emboscadas para empezar con ventaja antes de que empiecen los tiros.
Evidentemente, esto es mucho más fácil de decir que de hacer, ya que tendremos que vigilar las rutas de los alienígenas y abrirnos camino contra todo tipo de trampas y obstáculos que pudiesen delatarnos y provocar la alarma. Aquí entra en juego otra de las novedades de esta entrega: la mayor interactividad con los escenarios.
En XCOM 2 casi todas las estructuras que veamos pueden ser derribadas y destruidas de un modo u otro, muchos objetos pueden ser utilizados como arma (por ejemplo, podéis hacer estallar una gasolinera en la que haya extraterrestres cerca para calcinarlos) y otros tantos requerirán que pongamos en práctica nuestras habilidades de pirateo, ya sea para desactivar unos focos o abrir una puerta (tener un buen hacker en vuestro pelotón es vital). Hasta el fuego puede extenderse con el paso de los turnos, por lo que mucho ojo con esto.
Todo esto, sumado a la gran cantidad de nuevas armas y habilidades de las que dispondremos para nuestros soldados (mención especial para los drones y las armas cuerpo a cuerpo), dotan de una profundidad mucho mayor al desarrollo de los enfrentamientos y nos animan a cambiar el chip para crear todo tipo de estrategias según lo que vaya sucediendo a lo largo de la misión.
La sensación que nos han dejado las misiones que hemos jugado (que por cierto, son muy variadas tanto a nivel de diseño como de objetivos) es la de estar ante el mismo XCOM que nos conquistó hace más de tres años, pero al mismo tiempo se siente como algo nuevo y fresco gracias a todas las posibilidades estratégicas que nos ofrece.
Por supuesto, además de combatir también tendremos que encargarnos de gestionar nuestra base de operaciones y nuestros recursos a lo largo de la campaña, administrando las investigaciones científicas que queremos realizar, las armas y objetos que necesitamos desarrollar, evaluando las misiones que queremos aceptar, asignando tareas a nuestro personal según sus capacidades, etcétera.
Una novedad importante en este sentido la tenemos en que nuestra base ahora puede volar por el mundo, por lo que tendremos que decidir nuestros movimientos y seleccionar los países a los que queremos acudir para ayudar. Realmente y hablando en términos generales, la parte de gestión del juego sigue siendo muy parecida, aunque hay ciertas novedades aquí de las os hablaremos cuando llegue la hora de realizar su análisis.
En cuanto al apartado gráfico, el título luce realmente bien, con una dirección artística muy superior a lo visto en la primera entrega y bastante más inspirada. Además, los modelados también han recibido una mejora notable, especialmente en lo referente a los humanos, sin olvidarse de ofrecer unos diseños de enemigos de primer nivel (algunas criaturas a las que haremos frente son realmente espectaculares). Los escenarios también se han visto beneficiados por esta mejora gráfica y artística, destacando sobre todo los ambientados en ciudades, repletos de multitud de detalles y elementos, aunque los de campo abierto no nos han parecido tan brillantes. Los efectos y la iluminación también son dignos de mención.
Algo que nos gustaría señalar es lo mucho que nos ha gustado la nueva interfaz: cómoda, útil, muy intuitiva, informativa y bastante elegante, lo que nos permitirá tenerlo todo bien controlado con un solo vistazo, así como saber rápidamente qué beneficios y desventajas nos conllevaría cada acción. Se nota que esta entrega ha sido desarrollada en exclusiva para PC y es algo que queda muy patente en cosas como esta y en lo bien que se adaptan sus controles al teclado y ratón.
Finalmente, del sonido decir que se mantiene una banda sonora con un estilo muy similar al de Enemy Unknown, con temas de calidad que ambientan realmente bien todo lo que sucede en pantalla. Los efectos son de primer nivel: variadísimos, nítidos y muy contundentes cuando tienen que serlo, y el doblaje español está repleto de voces famosísimas tanto del cine como de la televisión, con actores profesionales que han hecho un gran trabajo a la hora de dar vida a sus personajes.
Como podéis ver, XCOM 2 nos está gustando tanto como esperábamos. Quizás carezca del factor sorpresa y de la capacidad de impacto que tuvo su primera parte, pero eso no está impidiendo que lo estemos disfrutando igual o incluso más, abstrayéndonos por completo en la guerra por recuperar nuestro planeta. Uno de esos juegos capaces de desafiarnos a cada paso y de hacernos sentir como auténticos estrategas (pocos títulos nos recompensan con una sensación tan satisfactoria como cuando en este somos capaces de llevar a cabo una emboscada exitosa) mientras las horas se nos pasan volando. La Resistencia va a necesitar un Comandante que la lidere a partir del 5 de febrero, ¿estáis preparados para la guerra que se avecina?
Hemos realizado estas impresiones con una beta que nos ha proporcionado 2K Games.